domingo, 16 de diciembre de 2012

Vargas se fue 'en hombros' de Serpa



Como sucedió con sus amigos Ernesto Samper Pizano (ex presidente), Aristides Andrade (ex senador) y Mario Camacho Prada (ex gobernador), entre otros, Horacio Serpa Uribe tampoco abandonó a Fernando Vargas Mendoza, y eso quedó corroborado el 19 de agosto de 2011.

Ese día, el gobernador de Santander se deshizo en elogios hacia su conmilitón, quien debió dejar la Alcaldía de Bucaramanga después de ser destituido e inhabilitado a ocupar cargos públicos por los próximos diez años en un fallo de segunda instancia de la Procuraduría General de la Nación que detectó falta disciplinaria ‘gravísima’ y que Vargas Mendoza faltó al principio de transparencia que debe caracterizar la tarea de todo funcionario público.

Rompiendo el orden del día de la ‘rendición de cuentas correspondiente al año 2010’ - porque el uso de la palabra les correspondía a los miembros del gabinete municipal escasas veces reunido-, Serpa Uribe tomó el micrófono para decir que, “una cosa quedó evidente: la transparencia y la honradez del alcalde de Bucaramanga. Para nada tiene que ver este episodio con hechos de corrupción, con malos manejos, con peculado, con apropiación de recursos públicos”.



Fernando Vargas se retira unos meses antes a la fecha en que lo vamos a hacer el resto de funcionarios públicos, pero ya fue absuelto por la comunidad. En todas partes se comenta claramente que este es un episodio de tipo administrativo en el que quedó esencialmente claro, incluso como lo han manifestado las propias entidades de control, que no hubo mano metida como es asunto que desafortunadamente se presenta tan frecuentemente en las personas que ejercen funciones públicas”, dijo Serpa en un discurso de 14 minutos.

Sin importarle que una docena de asistentes se retirara del recinto tildándolo de traidor por no haber hecho cabildeo con el procurador Alejandro Ordóñez para evitar la sanción a Vargas Mendoza, el gobernador Serpa Uribe aplaudió “la posición de Fernando Vargas frente a la determinación de una autoridad nacional, de acatamiento, de respeto, de decir como persona que ejerce un liderazgo muy importante y trascendente en la comunidad que ha estado gobernando, que atiende esa determinación -lo que no quiere decir que esté de acuerdo con su contenido-, pero en guarda de la institucionalidad asume una posición que lo enaltece. Todos sabemos que esta clase de determinaciones pueden ser objeto de análisis en diferentes jurisdicciones, y con toda seguridad que hacia el futuro vamos a tener noticias diferentes sobre este episodio, pero lo que demuestra la posición de Fernando Vargas es un alto grado de madurez, es un sentido extraordinario de responsabilidad frente a la comunidad que ha venido dirigiendo y que va a continuar dirigiendo, y una manera de responder adecuadamente al sentido del Estado en un sistema político democrático”.



En un tono que por instantes alcanzaba su peculiar vibrato, Serpa Uribe afirmó: “como ciudadano bumangués me sentí muy bien gobernado. Usted le cumplió a nuestra ciudad. Como funcionario público me sentí muy bien acompañado. Nosotros desde un principio asumimos una responsabilidad adicional a las que están señaladas en los reglamentos y es que no es posible que aquí en Bucaramanga y en el departamento de Santander continua presentándose esa situación tan inconveniente de las confrontaciones permanentes entre quienes tienen la responsabilidad de ejercer funciones de gobierno. Hay que trabajar coordinadamente y asumir actitudes que correspondan al interés social. Lo cumplimos. Usted apreciado Fernando, estuvo a la vanguardia de este cometido tan esencial y aquí en Bucaramanga y en Santander le hemos ofrecido a todas y a todos los colombianos un ejemplo de buen gobierno a partir de la forma como los gobernantes asumimos la responsabilidad de gobernar”.

Interrumpido por arengas como ‘¡alcalde amigo, el pueblo está contigo!, expresadas por algunos dirigentes comunales, así como los gritos hilarantes de dos personas a quienes nada se les entendía, un Serpa Uribe autoconvertido en el encargado de sacar del ruedo en hombros a Vargas Mendoza a la usanza de la Santamaría, aseveró: “los liberales consideramos que usted ha cumplido una tarea muy importante en el seno de nuestra colectividad. Y quiero reiterar que a nuestro partido, que tiene muy importantes dirigentes y esto no es ninguna manifestación de exclusión ni de censura, le falta tener más líderes, y en Santander es evidente esta circunstancia. Santander requiere colocar a más líderes en las grandes ligas, y en esas grandes ligas van a jugar los liberales. Fernando, usted va a estar ahí porque tiene capacidad y porque tiene condiciones y porque tiene apoyo popular y porque se ha sabido en la gestión pública ganar el respeto de sus conciudadanos, que eso es esencial en el ejercicio de la actividad pública”.

Serpa Uribe recalcó que tiene la “absoluta seguridad” de que “habrá muchísimas ocasiones en las que el pueblo bumangués, santandereano y colombiano lo aclamará y le rescatará para el porvenir político y administrativo sus calidades, su condición de hombre probo, su labor al frente de la Alcaldía de Bucaramanga y de muchas otras disposiciones que tendrá”.



Como el veterano matador que le habla a un novillero, el gobernador caviló: “el corazón de los políticos, Fernando, está surcado de cicatrices. El buen político, la persona que asume responsabilidades frente a la comunidad, tiene que superar muchísimas dificultades: la incomprensión, la ingratitud, la derrota, las sanciones, muchos de nuestros grandes héroes incluso la muerte. Lo importante es poder caminar por las calles y por los caminos de Colombia con la frente en alto, porque usted no tiene que desmerecer nada ante la comunidad, porque usted ha cumplido cabalmente con sus responsabilidades y porque su corazón que empieza a ser surcado de cicatrices lo identifica como un político que va a tener ese corazón siempre fortalecido, al lado del clamor de su gente y siempre asistido por sus buenos comportamientos”.

No conforme con la exaltación, Serpa anotó: “Para mí es grato haber tenido una larga historia de relación y de amistad con usted. Para mí ha sido siempre motivo de satisfacción y de orgullo haber recibido su apoyo de diferentes maneras en el ejercicio de mis actividades políticas. Para mí, querido Fernando, es inmensamente grato tener la seguridad de que aquí en Bucaramanga hay un hombre de sus dimensiones, que va a figurar en los espacios políticos, pero que sobre todo es un hombre confiable, del cual se puede decir con orgullo: ¡soy su amigo!”.

‘No tuve nada que ver’, Vargas

En los 42 minutos previos, Fernando Vargas Mendoza, empezó por decirle a Serpa Uribe que “sin su apoyo no hubiese sido posible la transformación de esta ciudad”, y al general José Ángel Mendoza, comandante de la Policía Metropolitana, que gracias a su trabajo “Bucaramanga está como la ciudad más segura de Colombia”, aunque las tasas de hurto y riñas callejeras indiquen lo contrario.

Vargas Mendoza elaboró un balance de sus tres años y ocho meses de administración, al que llamó ‘Un sueño hecho realidad’. “Con la frente en alto hoy rindo cuentas a los bumangueses con la tranquilidad del deber cumplido. Presento mi balance de gestión con la satisfacción y la responsabilidad que significa el cumplir con la palabra empeñada. A los bumangueses del estrato uno al seis les reitero que durante mi vida siempre he actuado con transparencia, anteponiendo los intereses generales a los personales”, dijo.

Según Vargas Mendoza, las razones por las que debió abandonar el cargo de alcalde, “obedecen a decisiones adoptadas en el trámite administrativo de un convenio suscrito con una universidad pública de reconocida prestancia regional, la Universidad de la Paz, para dotar a los colegios oficiales de mi ciudad de herramientas tecnológicas en tecnologías de información, y no al manejo indebido de dineros ni a situaciones de corrupción”.

Alentado por los ¡vivas! que le lanzaban en el auditorio del sexto piso de la Alcaldía, Vargas Mendoza insistió que la sanción en su contra “obedece a un trámite interno del equipo jurídico y administrativo donde el alcalde no tuvo nada que ver. Yo tengo delegada la contratación y el secretario de Educación (Luis Alfonso Montero) muy diligentemente llevó a cabo ese convenio con Unipaz. Fernando Vargas no seleccionó la universidad, ni elaboró ni ejecutó el convenio; lo hizo nuestro secretario en su autonomía que tiene, y las fechas que no coinciden en los convenios no tuvo nada que ver el alcalde porque eso lo manejan el equipo jurídico del alcalde y el equipo jurídico del secretario de Educación, y sin embargo fui sancionado”.

“Como colombiano demócrata acepto y acato la decisión de la Procuraduría General. No es bueno debatir los fallos judiciales en otros lugares que no sean los estrados judiciales. Hay que acatar las disposiciones de la justicia colombiana, gústele o no le guste a uno”, agregó y dijo: “Queda muy en claro que en el convenio en mención según la Procuraduría en su investigación jamás hubo manejo indebido de dineros ni situaciones de corrupción; fue un trámite interno administrativo el que llevó a mi destitución”.

En su último acto de gobierno, Vargas Mendoza remarcó -como lo hizo en todos sus discursos desde enero de 2008- que sentó “las bases para la construcción de una ciudad moderna, competitiva y global” y que “los índices de gestión y desempeño fiscal alcanzados por mi administración quedan en los niveles más altos de excelencia administrativa, razón por la cual fuimos seleccionados para competir con cuatro mandatarios más por el honroso reconocimiento del mejor alcalde de Colombia que hace la Fundación Colombia Líder”.

Dijo que “hoy Bucaramanga es la ciudad de moda de Colombia por sus indicadores y por su proyección”, que deja “grandes obras de infraestructura” y que “los nueve grandes megaproyectos (sic) que nos propusimos en el primer día, hoy son una realidad. Hoy muchos de ellos están en construcción, otros están en diseños, otros están en procesos licitatorios, pero todos los nueve megaproyectos están totalmente financiados”.

Se refería al embalse del río Tona (“que le asegura el agua a la ciudad”), el viaducto de la carrera novena (“que va a ser el puente más bello de Colombia, muy similar al puente -Golden Gate- de San Francisco” -Estados Unidos-), cuatro intercambiadores (“ya iniciamos con el primero, el de Neomundo” y “los otros tres quedan financiados con valorización”), cablelínea de la Comuna 14 (teleférico a Morrorrico de 40 mil millones cuya licitación fue declarada desierta y con dificultad por la inestabilidad de los suelos), Metrolínea (“según los estudios hoy tenía que transportar 120 mil pasajeros y está en cerca de 60 mil pasajeros”), Coliseo Bicentenario (“uno de los más modernos del país” –con las sillas más caras de Colombia-), vitrina del calzado de San Francisco (“a la altura de los mejores lugares del mundo”), tres megacolegios en Villas de San Ignacio, Los Colorados y barrio Claveriano (“para romper el espinazo de la pobreza”), remodelación del Teatro Santander, Centro Cultural del Oriente y Parque Centenario, (“no teníamos un espacio para el arte y la cultura”), Banco para Todos (“13 mil millones de pesos puestos en las manos de los más pobres de mi ciudad”), ‘Isabú en su barrio’ (“que beneficia a 70 mil familias pobres”), la ‘Universidad del Pueblo’ (“un programa modelo en Latinoamérica que sirvió para que el Banco Interamericano de Desarrollo incluyera a Bucaramanga en las ocho Ciudades Sostenibles del Mundo” -6.000 alumnos y 1.900 egresados-) y la internacionalización (“se nos vino encima la globalización y Bucaramanga no podía quedarse aislada, no podíamos seguir fabricando los zapatos en La Joya y vendiéndolos en Cañaveral”).

Se le quedó por fuera “una superautopista urbana por la ciudad” (sic) de seis carriles “que valdría 390 mil millones de pesos”, de la cual habló en la audiencia ante la Procuraduría pero que omitió en esta ocasión en la que volvió a decir que Bucaramanga ‘es la ciudad con la tasa de pobreza extrema más baja de Latinoamérica, la tasa de pobreza más baja de Colombia, el primer ingreso per cápita mensual, el tercer lugar de desempleo más bajo, el segundo mayor índice de desarrollo humano y la más alta cobertura en educación superior’.

Un ‘paraíso terrenal’ -hay unos cuantos que no lo creen- del que Fernando Vargas fue alcalde hasta la semana anterior. Su amigo Horacio Serpa Uribe no le falló a la cita, como sí al menos 50 de los 57 periodistas que en diciembre pasado al calor de una cerveza, con carne, yuca y papa servidos en plato desechable, suscribieron una carta de ‘apoyo a la gestión’ del hoy ex alcalde, pero que esta vez no se aparecieron para la ‘rendición de cuentas’.

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