Como sucedió con sus amigos Ernesto Samper Pizano (ex presidente), Aristides Andrade (ex senador) y Mario
Ese día, el
gobernador de Santander se deshizo en elogios hacia su conmilitón, quien debió
dejar la Alcaldía de Bucaramanga después de ser destituido e inhabilitado a
ocupar cargos públicos por los próximos diez años en un fallo de segunda
instancia de la
Procuraduría General de la Nación que detectó falta
disciplinaria ‘gravísima’ y que Vargas Mendoza faltó al principio de
transparencia que debe caracterizar la tarea de todo funcionario público.
Rompiendo el orden
del día de la ‘rendición de cuentas correspondiente al año 2010’ - porque el uso de la palabra
les correspondía a los miembros del gabinete municipal escasas veces reunido-, Serpa
Uribe tomó el micrófono para decir que, “una cosa quedó evidente: la
transparencia y la honradez del alcalde de Bucaramanga. Para nada tiene que ver
este episodio con hechos de corrupción, con malos manejos, con peculado, con
apropiación de recursos públicos”.
“Fernando Vargas se
retira unos meses antes a la fecha en que lo vamos a hacer el resto de
funcionarios públicos, pero ya fue absuelto por la comunidad. En todas
partes se comenta claramente que este es un episodio de tipo administrativo en
el que quedó esencialmente claro, incluso como lo han manifestado las propias
entidades de control, que no hubo mano metida como es asunto que
desafortunadamente se presenta tan frecuentemente en las personas que ejercen
funciones públicas”, dijo Serpa en un discurso de 14 minutos.
“
Sin importarle que
una docena de asistentes se retirara del recinto tildándolo de traidor por no
haber hecho cabildeo con el procurador Alejandro Ordóñez para evitar la sanción
a Vargas Mendoza, el gobernador Serpa Uribe aplaudió “la posición de Fernando Vargas frente a
la determinación de una autoridad nacional, de acatamiento, de respeto, de
decir como persona que ejerce un liderazgo muy importante y trascendente en la
comunidad que ha estado gobernando, que atiende esa determinación -lo que no
quiere decir que esté de acuerdo con su contenido-, pero en guarda de la
institucionalidad asume una posición que lo enaltece. Todos sabemos que esta
clase de determinaciones pueden ser objeto de análisis en diferentes
jurisdicciones, y con toda seguridad que hacia el futuro vamos a tener noticias
diferentes sobre este episodio, pero lo que demuestra la posición de Fernando Vargas es un
alto grado de madurez, es un sentido extraordinario de responsabilidad frente a
la comunidad que ha venido dirigiendo y que va a continuar dirigiendo, y una
manera de responder adecuadamente al sentido del Estado en un sistema político
democrático”.
En un tono que por instantes alcanzaba su peculiar vibrato, Serpa Uribe afirmó: “como ciudadano bumangués me sentí muy bien gobernado. Usted le cumplió a nuestra ciudad. Como funcionario público me sentí muy bien acompañado. Nosotros desde un principio asumimos una responsabilidad adicional a las que están señaladas en los reglamentos y es que no es posible que aquí en Bucaramanga y en el departamento de Santander continua presentándose esa situación tan inconveniente de las confrontaciones permanentes entre quienes tienen la responsabilidad de ejercer funciones de gobierno. Hay que trabajar coordinadamente y asumir actitudes que correspondan al interés social. Lo cumplimos. Usted apreciado Fernando, estuvo a la vanguardia de este cometido tan esencial y aquí en Bucaramanga y en Santander le hemos ofrecido a todas y a todos los colombianos un ejemplo de buen gobierno a partir de la forma como los gobernantes asumimos la responsabilidad de gobernar”.
En un tono que por instantes alcanzaba su peculiar vibrato, Serpa Uribe afirmó: “como ciudadano bumangués me sentí muy bien gobernado. Usted le cumplió a nuestra ciudad. Como funcionario público me sentí muy bien acompañado. Nosotros desde un principio asumimos una responsabilidad adicional a las que están señaladas en los reglamentos y es que no es posible que aquí en Bucaramanga y en el departamento de Santander continua presentándose esa situación tan inconveniente de las confrontaciones permanentes entre quienes tienen la responsabilidad de ejercer funciones de gobierno. Hay que trabajar coordinadamente y asumir actitudes que correspondan al interés social. Lo cumplimos. Usted apreciado Fernando, estuvo a la vanguardia de este cometido tan esencial y aquí en Bucaramanga y en Santander le hemos ofrecido a todas y a todos los colombianos un ejemplo de buen gobierno a partir de la forma como los gobernantes asumimos la responsabilidad de gobernar”.
Interrumpido por
arengas como ‘¡alcalde amigo, el pueblo está contigo!, expresadas por algunos dirigentes
comunales, así como los gritos hilarantes de dos personas a quienes nada se les
entendía, un Serpa Uribe autoconvertido en el encargado de sacar del ruedo en
hombros a Vargas Mendoza a la usanza de la Santamaría, aseveró: “los liberales
consideramos que usted ha cumplido una tarea muy importante en el seno de
nuestra colectividad. Y quiero reiterar que a nuestro partido, que tiene muy
importantes dirigentes y esto no es ninguna manifestación de exclusión ni de
censura, le falta tener más líderes, y en Santander es evidente esta circunstancia.
Santander requiere colocar a más líderes en las grandes ligas, y en esas
grandes ligas van a jugar los liberales. Fernando, usted va a estar ahí porque
tiene capacidad y porque tiene condiciones y porque tiene apoyo popular y
porque se ha sabido en la gestión pública ganar el respeto de sus
conciudadanos, que eso es esencial en el ejercicio de la actividad pública”.
Serpa Uribe recalcó
que tiene la “absoluta seguridad” de que “habrá muchísimas ocasiones en las que
el pueblo bumangués, santandereano y colombiano lo aclamará y le rescatará para
el porvenir político y administrativo sus calidades, su condición de hombre
probo, su labor al frente de la Alcaldía de Bucaramanga y de muchas otras
disposiciones que tendrá”.
Como el veterano matador que le habla a un novillero, el gobernador caviló: “el corazón de los políticos, Fernando, está surcado de cicatrices. El buen político, la persona que asume responsabilidades frente a la comunidad, tiene que superar muchísimas dificultades: la incomprensión, la ingratitud, la derrota, las sanciones, muchos de nuestros grandes héroes inclusola muerte. Lo importante
es poder caminar por las calles y por los caminos de Colombia con la frente en
alto, porque usted no tiene que desmerecer nada ante la comunidad, porque usted
ha cumplido cabalmente con sus responsabilidades y porque su corazón que
empieza a ser surcado de cicatrices lo identifica como un político que va a
tener ese corazón siempre fortalecido, al lado del clamor de su gente y siempre
asistido por sus buenos comportamientos”.
Como el veterano matador que le habla a un novillero, el gobernador caviló: “el corazón de los políticos, Fernando, está surcado de cicatrices. El buen político, la persona que asume responsabilidades frente a la comunidad, tiene que superar muchísimas dificultades: la incomprensión, la ingratitud, la derrota, las sanciones, muchos de nuestros grandes héroes incluso
No conforme con la
exaltación, Serpa anotó: “Para mí es grato haber tenido una larga historia de
relación y de amistad con usted. Para mí ha sido siempre motivo de satisfacción
y de orgullo haber recibido su apoyo de diferentes maneras en el ejercicio de
mis actividades políticas. Para mí, querido Fernando, es inmensamente grato
tener la seguridad de que aquí en Bucaramanga hay un hombre de sus dimensiones,
que va a figurar en los espacios políticos, pero que sobre todo es un hombre
confiable, del cual se puede decir con orgullo: ¡soy su amigo!”.
‘No tuve nada que ver’, Vargas
En los 42 minutos
previos, Fernando Vargas
Mendoza, empezó por decirle a Serpa Uribe que “sin su apoyo no hubiese sido
posible la transformación de esta ciudad”, y al general José Ángel Mendoza,
comandante de la
Policía Metropolitana , que gracias a su trabajo “Bucaramanga
está como la ciudad más segura de Colombia”, aunque las tasas de hurto y riñas
callejeras indiquen lo contrario.
Vargas Mendoza
elaboró un balance de sus tres años y ocho meses de administración, al que
llamó ‘Un sueño hecho realidad’. “Con la frente en alto hoy rindo cuentas a los
bumangueses con la tranquilidad del deber cumplido. Presento mi balance de
gestión con la satisfacción y la responsabilidad que significa el cumplir con
la palabra empeñada. A los bumangueses del estrato uno al seis les reitero que
durante mi vida siempre he actuado con transparencia, anteponiendo los
intereses generales a los personales”, dijo.
Según Vargas Mendoza,
las razones por las que debió abandonar el cargo de alcalde, “obedecen a
decisiones adoptadas en el trámite administrativo de un convenio suscrito con
una universidad pública de reconocida prestancia regional, la Universidad de la
Paz, para dotar a los colegios oficiales de mi ciudad de herramientas
tecnológicas en tecnologías de información, y no al manejo indebido de dineros
ni a situaciones de corrupción”.
Alentado por los
¡vivas! que le lanzaban en el auditorio del sexto piso de la Alcaldía, Vargas Mendoza
insistió que la sanción en su contra “obedece a un trámite interno del equipo
jurídico y administrativo donde el alcalde no tuvo nada que ver. Yo tengo
delegada la contratación y el secretario de Educación (Luis Alfonso Montero) muy
diligentemente llevó a cabo ese convenio con Unipaz. Fernando Vargas no
seleccionó la universidad, ni elaboró ni ejecutó el convenio; lo hizo nuestro
secretario en su autonomía que tiene, y las fechas que no coinciden en los
convenios no tuvo nada que ver el alcalde porque eso lo manejan el equipo
jurídico del alcalde y el equipo jurídico del secretario de Educación, y sin
embargo fui sancionado”.
“Como colombiano
demócrata acepto y acato la decisión de la Procuraduría General.
No es bueno debatir los fallos judiciales en otros lugares
que no sean los estrados judiciales. Hay que acatar las disposiciones de la
justicia colombiana, gústele o no le guste a uno”, agregó y dijo: “Queda muy en
claro que en el convenio en mención según la Procuraduría en su investigación
jamás hubo manejo indebido de dineros ni situaciones de corrupción; fue un
trámite interno administrativo el que llevó a mi destitución”.
En su último acto
de gobierno, Vargas Mendoza remarcó -como lo hizo en todos sus discursos desde
enero de 2008- que sentó “las bases para la construcción de una ciudad moderna,
competitiva y global” y que “los índices de gestión y desempeño fiscal
alcanzados por mi administración quedan en los niveles más altos de excelencia
administrativa, razón por la cual fuimos seleccionados para competir con cuatro
mandatarios más por el honroso reconocimiento del mejor alcalde de Colombia que
hace la Fundación Colombia
Líder ”.
Dijo que “hoy
Bucaramanga es la ciudad de moda de Colombia por sus indicadores y por su
proyección”, que deja “grandes obras de infraestructura” y que “los nueve
grandes megaproyectos (sic) que nos propusimos en el primer día, hoy son una
realidad. Hoy muchos de ellos están en construcción, otros están en diseños,
otros están en procesos licitatorios, pero todos los nueve megaproyectos están
totalmente financiados”.
Se refería al
embalse del río Tona (“que le asegura el agua a la ciudad”), el viaducto de la
carrera novena (“que va a ser el puente más bello de Colombia, muy similar al
puente -Golden Gate- de San Francisco” -Estados Unidos-), cuatro
intercambiadores (“ya iniciamos con el primero, el de Neomundo” y “los otros
tres quedan financiados con valorización”), cablelínea de la Comuna 14
(teleférico a Morrorrico de 40 mil millones cuya licitación fue declarada desierta
y con dificultad por la inestabilidad de los suelos), Metrolínea (“según los
estudios hoy tenía que transportar 120 mil pasajeros y está en cerca de 60 mil
pasajeros”), Coliseo Bicentenario (“uno de los más modernos del país” –con las
sillas más caras de Colombia-), vitrina del calzado de San Francisco (“a la
altura de los mejores lugares del mundo”), tres megacolegios en Villas de San
Ignacio, Los Colorados y barrio Claveriano (“para romper el espinazo de la
pobreza”), remodelación del Teatro Santander, Centro Cultural del Oriente y
Parque Centenario, (“no teníamos un espacio para el arte y la cultura”), Banco
para Todos (“13 mil millones de pesos puestos en las manos de los más pobres de
mi ciudad”), ‘Isabú en su barrio’ (“que beneficia a 70 mil familias pobres”), la ‘Universidad del
Pueblo’ (“un programa modelo en Latinoamérica que sirvió para que el Banco
Interamericano de Desarrollo incluyera a Bucaramanga en las ocho Ciudades
Sostenibles del Mundo” -6.000 alumnos y 1.900 egresados-) y la internacionalización
(“se nos vino encima la globalización y Bucaramanga no podía quedarse aislada,
no podíamos seguir fabricando los zapatos en La Joya y vendiéndolos en
Cañaveral”).
Se le quedó por
fuera “una superautopista urbana por la ciudad” (sic) de seis carriles “que
valdría 390 mil millones de pesos”, de la cual habló en la audiencia ante la
Procuraduría pero que omitió en esta ocasión en la que volvió a decir que Bucaramanga
‘es la ciudad con la tasa de pobreza extrema más baja de Latinoamérica, la tasa
de pobreza más baja de Colombia, el primer ingreso per cápita mensual, el
tercer lugar de desempleo más bajo, el segundo mayor índice de desarrollo
humano y la más alta cobertura en educación superior’.
Un ‘paraíso
terrenal’ -hay unos cuantos que no lo creen- del que Fernando Vargas fue
alcalde hasta la semana anterior. Su amigo Horacio Serpa Uribe no le falló a la
cita, como sí al menos 50 de los 57 periodistas que en diciembre pasado al
calor de una cerveza, con carne, yuca y papa servidos en plato desechable,
suscribieron una carta de ‘apoyo a la gestión’ del hoy ex alcalde, pero que esta
vez no se aparecieron para la ‘rendición de cuentas’.
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