La mano derecha del presidente-candidato asegura “es carreta que en la
historia de Colombia lo único que habido es tiranía, persecución e inequidad”.
Defiende a su amigo, dice que la historia le tendrá un pedestal por haber
refundado a una sociedad en crisis y que es “carreta” que se vaya a perpetuar
en el poder.
No hay quien le
gane. El defensor número uno del presidente Álvaro Uribe Vélez es su paisano y
asesor, José Obdulio Gaviria. Se llama el propagandista de Uribe y no le
molesta que en la escala criolla lo comparen con el Goebbels, que hizo las
veces de ministro de Propaganda en la Alemania de Adolfo Hitler.
Es un tipo
reposado y hasta cierto punto tolerante, a pesar de que no le faltan quienes lo
critican o le reprochan en la calle o en los foros a los que asiste. Habla con
versatilidad de Platón y Descartes como de los orígenes de la guerrilla en
Colombia.
Gaviria, quien
militó en la izquierda y a quienes algunos columnistas le endilgan ser primo
del narcotraficante Pablo Escobar, acaba de lanzar su libro ‘A Uribe lo que es
de Uribe’ –Editorial Planeta-, en el que entre otras cosas dice que espera que
sirva “como manual para formar un gran ejército de publicistas de la doctrina
que ilumina la acción del presidente”.
A sus opositores
les responde diciendo que echan mano de un guión repleto de lugares comunes,
“adobado con un largo repertorio de prejuicios, cierta dosis de maledicencia y
una infinita desmemoria por los hechos positivos”, de este Gobierno que tal
como van las cosas y las encuestas se prolongará, al menos por ahora, otros
cuatro años.
En marzo de 2006 abordé a este abogado natural
de La Ceja (Antioquia), que se sostiene en que la Política de Seguridad
Democrática no tiene reversa y que hay que llevarla hasta las últimas
consecuencias.
Pregunta: ¿Por qué seguir apostándole a la negociación
con los paramilitares que no declaran todos sus crímenes ni tienen la intención
de reparar y menos de pedir perdón?
Respuesta: No me
gustan esos verbos de ‘apostar’ o frases manidas como ‘ganar confianza’, ‘hacer
lo posible para que haya una solución política negociada al conflicto’. Lo que
sabemos es que no tiene ninguna razón de ser actividad armada con carácter
político en Colombia. En cualquier escenario hoy eso se llama terrorismo.
Algunos sectores ven con una lupa tan extremadamente negativa la
institucionalidad que creen que en el país puede haber partidos políticos en
armas, que con cierta legitimidad confronten al Estado. Como nosotros creemos
que eso no existe hoy en ninguna circunstancia, ni quienes se levantan contra
el Estado ni quienes como criminales dicen defender al Estado contra la
guerrilla, entonces la solución debe ser la del artículo 2 de la Constitución,
ejercicio firme de la autoridad para proteger la vida, honra y bienes de los
ciudadanos.
Pregunta: En el papel todo funciona, pero la realidad
es más compleja, ¿o no?
Respuesta: Claro,
el problema es más grave y como esas organizaciones tienen tanto dinero puesto
que prácticamente controlan la venta de la droga ilegal, el secuestro, y tenían
la manija del robo a los oleductos, porque se les ha dado muy duro, entonces no
deja de ser conveniente para los propósitos primeros de una sociedad, como es
la paz, que si esas organizaciones deciden hacer un acuerdo de desmovilización
y reinserción, inmediatamente se les acoja. Estamos hablando de compatriotas
que cometieron errores, que han cometido crímenes, pero que están organizados y
que merecen una bienvenida por parte de la sociedad en el caso de que haya
arrepentimiento.
Yo no diría si
conviene que siga un proceso con los paramilitares; lo que digo es que conviene
que se promuevan acuerdos de desmovilización y reinserción con guerrilleros del
ELN, de las FARC, los demás pequeños grupos que existan y las AUC.
Pregunta: ¿A qué responde el cambio de actitud del ELN
en buscar unos acercamientos e incluso no boicotear las elecciones? ¿Es sincero
o le están jugando a la coyuntura electoral?
Respuesta:
Recordemos una frase del Che Guevara, fundador in pectore del ELN: ‘En cualquier lugar en donde nos sorprenda una
declaración de paz amigable, bienvenida sea’. El ELN es una organización
considerada como terrorista, su función y actividad principal es matar, incluso
sacerdotes y maestras, perseguir, secuestrar, destruir infraestructura e
incluso sabotear elecciones. Recordemos que era común en la década de los 70
una consigna como ‘Votar es apoyar la tiranía’, ‘Pueblo con hambre no vota, se
organiza y lucha’. De allí a lo que expresó recientemente el comandante Antonio
García hay una distancia sideral y es una distancia favorable para la sociedad
colombiana. Ojalá persistan en esa línea, que es la del Grupo Replanteamiento
que tuvo el ELN en la década del 70, es la misma línea que tuvieron los
‘intelectuales’ del ELN, que se llama ahora Corriente de Renovación Socialista,
y ojalá esa sea la línea que predomine este año en el ELN y que termine en una
organización política que tenga vida hasta donde legítimamente dentro de la Ley
de Justicia y Paz se pueda y que además desarrolle actividades sociales
decentes, respetables, como es por ejemplo dictar conferencias, escribir
artículos, dar entrevistas como esta, actuar dentro de la civilidad.
Pregunta: El presidente Uribe Vélez aseguró que el 7
de agosto de 2002 se convertiría en el “primer soldado de la Patria” para
exterminar a los violentos. ¿Será que estos cuatro años no han suficientes para
lograr ese propósito y, como dice Hugo Chávez, ‘no nos han dejado gobernar’ y
falta otro periodo para cumplir la tarea?
Respuesta: Hay
dos cosas implícitas en su pregunta. Una la reelección. Quitémonos de la cabeza
el cuento de que la reelección es ilegítima, que es antidemocrática, que
permite la perpetuación de alguien en el poder, eso es carreta. En cualquier
sociedad civilizada hoy el ejercicio de la autoridad y el liderazgo no se
perpetúa, se reproduce por decisión y voluntad popular. Eso fue lo que se hizo
con la reelección, levantar una prohibición negativa, un impedimento que nos
tenía convertidos en una sociedad sin dirección administrativa.
Por ejemplo
España en el periodo pos Franco ha tenido gobiernos de 12 y 8 años con unos
resultados esplendorosos. Lo mismo le pasa a Inglaterra o a cualquier sociedad
civilizada y con desarrollo económico, con programas de largo aliento. Yo creo
que los colombianos tenemos derecho a experimentar esa figura.
El otro asunto
es el de la Seguridad Democrática. Con el presidente Uribe ha habido una serie
de sinsentidos que hicieron carrera y se han convertido en frasecitas de
batalla, que las repiten como loros o cacatúas. Por ejemplo, que el presidente
Uribe es un tiranuelo, un paramilitar o un hombre a quien solo le interesa la
guerra. ¿Quién dijo que los presidentes en Colombia hacen la guerra? ¿Quién
dijo que la Fuerza Pública tiene como función hacer la guerra? Los Estados no
hacen la guerra contra sus pueblos. Los Estados y particularmente los Gobiernos
están constituidos para buscar la felicidad de los pueblos y ésta surge del
primer servicio y necesidad que le presta el Estado, la seguridad. La seguridad
es un bien que no está inscrito dentro de esa metáfora que los políticos
inventamos de izquierda-derecha; la seguridad es un bien que otorga la
izquierda, el centro y la derecha, y que la otorgan no porque quieran, sino
porque es su obligación principal.
La vida sin
seguridad, como dijo Hobbes, es triste, solitaria, sórdida, bestial y breve.
Imagínense la vida de los bumangueses las carreteras están interrumpidas por
terroristas que matan al que vaya caminando por ellas o destruyen toda la
infraestructura como puentes y oleoductos. Es una vida triste, solitaria,
sórdida, bestial y breve. Ese fue el gran error de los partidos que
contradijeron al presidente Uribe en la campaña, pensar que presentarse como un
adalid de la oferta de seguridad era una actitud fascista o de extrema derecha,
sin entender que era una necesidad del pueblo todo, adscrita a cualquier
ideología.
Pregunta: ¿Quién ha sido terrorista puede arrepentirse
y al día siguiente ya no serlo?
Respuesta: Es ex
terrorista.
Pregunta: ¿Y el que ha asesinado puede ser ‘ex
asesino’?
Respuesta: Quien
ha sido cristiano y deja de serlo es ex cristiano, y quien era ateo y deja de
serlo también. Un Papini, un gran pensador ateo que de un momento a otro se
convierte en un cristiano. Aquí el cristianismo nos da unos elementos que nos
enseñan a entender el problema. El cristianismo dice: cuando usted ha pecado y
tiene una decisión de hacer un examen de conciencia, pues cierre los ojos, pida
la iluminación divina y comience a pensar, ¿pecó o no pecó? Y si pecó piense si
se va a arrepentir o no, y si ha decidido arrepentirse piense también si tiene
contrición de corazón, propósito de enmienda y si ha decidido hacer confesión
de boca. Ese es el procedimiento que deben hacer las organizaciones
terroristas, y por lo tanto quien siendo terrorista hoy se arrepienta y haga
contrición de corazón, propósito de enmienda, satisfacción de obra y confesión
de boca, es un ex terrorista, no es un terrorista.
Los ejemplos son
muchos. Pensemos en el Congreso de hoy y en cuántas personas que estuvieron en
actividad terrorista están totalmente arrepentidas y son funcionarios o
servidores públicos ejemplares.
Pregunta: El actor Bruce Willys, el duro de matar, ha
dicho que el mal colombiano no tiene más remedio que una invasión de marines estadounidenses. ¿Qué le
responde?
Respuesta: Que
nos invadan con turismo, con inversión, con grandes posibilidades de inmersión
de nuestros productos en el mercado internacional porque para eso se trabajó el
TLC, para que compren nuestros productos y estamos hablando de 7.000 productos
manufacturados porque Colombia no es un país productor de petróleo como Venezuela.
Necesitamos que nos invadan con productos baratos sobre todo en el
instalamiento industrial y que nos permitan invadirlos con productos como las
frutas o los bocadillos y tanta producción manufacturera o artesanal.
Lo demás son
pendejadas que en buena parte nosotros hemos hecho correr. Quienes peor hablan
de Colombia en Estados Unidos son los colombianos. Dicen que este es un país en
guerra civil y yo no he podido ver una guerra civil, yo veo matones muy ricos,
¿pero guerra civil? Esa es una confrontación de clases sociales, de etnias, de
puntos de vista religiosos. Si usted piensa en las guerras religiosas europeas,
ahí sí había una guerra civil. O en Ruanda, sí hubo una guerra entre hutus y
tutsis, o en las luchas entre ricos y pobres en la década de los 60 en América
Latina o las luchas de liberación nacional, ¿pero qué luchas de esas tenemos en
Colombia? Aquí lo que hay simple y llanamente son unas organizaciones
multimillonarias dedicadas a destruir la infraestructura y la vida social.
Entonces ese señor lo que está repitiendo son ciertas sandeces que politólogos
colombianos con buena audiencia en Estados Unidos repiten a diario: que no
tenemos solución distinta a que nos invadan y que nos conviertan en un
protectorado.
Pregunta: ¿Por qué los colombianos deberían votar por
la reelección de Uribe y no por una alternativa como Antanas Mockus o Carlos
Gaviria?
Respuesta: No,
no hay ninguna razón, simplemente lo que es la carrera por la Presidencia es un
marco que se llama democracia y la democracia supone unas elecciones libres y
sinceras. Libres en el sentido de que nadie nos coarte la libertad de votar y
que nadie vaya a las urnas a robar. En ese sentido la Registraduría y el
Consejo Nacional Electoral tienen unas obligaciones sustanciales. Cuando digo
sinceras es que cualquiera pueda ganar.
La campaña
comenzó realmente el 12 de marzo. El presidente está listo en el partidor. Ya
conocemos el candidato liberal (Horacio Serpa) y al candidato de la izquierda
(Carlos Gaviria Díaz), más Mockus, más (Álvaro) Leyva, más los demás
candidatos. Que el pueblo decida y diga este señor merece un nuevo periodo,
está actuando bien, es un buen líder de la Nación, o remplacémoslo. En Estados
Unidos lo hacen cada rato. En cualquier parte del mundo se hace cada rato e incluso
como en los sistemas parlamentarios los que se presentan son los partidos y no
los candidatos, los partidos se van renovando en el poder de una manera
tranquila, apacible y sin que eso suponga como aquí cada rato se hace creer,
una especie de tragedia nacional, el que un candidato presidencial u otro gane.
De manera que no
veo que haya una obligación de nadie votar por el presidente; simplemente lo
que hay es un menú muy elevado intelectualmente, bien nutrido de propuestas y
de temas, y en consecuencia que en ese menú escoja el pueblo.
Pregunta: ¿Cómo juzgará la historia a personajes como
Álvaro Uribe, Luis Fernando Londoño o José Obdulio Restrepo?
Respuesta: ¿Quién
es Aristides Fernández?
Pregunta: No tengo la más remota idea.
Respuesta: Un
tipo muy importante a finales del siglo XIX, principios del XX. Así que cuando
a alguien le pregunten dentro de 30 años quién fue José Obdulio Gaviria, dirá:
‘no tengo ni idea’. Pero Álvaro Uribe Vélez sí está a la altura de personajes
como (Francisco de Paula) Santander, fundador con (Simón) Bolívar de toda
nuestra estructura legislativa y administrativa. Creo que va a estar a nivel de
un hombre como (Rafael) Nuñez, estoy seguro de que está al nivel de (Rafael)
Reyes y creo que es un hombre al nivel de (Enrique) Olaya (Herrera). En
consecuencia su oferta actual será uno de los hitos y además mojón de
referencia en toda la historia de Colombia.
Nosotros tenemos
una gran historia. Ese cuento de que nosotros somos una especie de país paria y
que aquí todo ha sido violencia y que lo único que ha habido es tiranía,
persecución e inequidad, eso es carreta. Uno de los textos de historia, porque
curiosamente los mejores historiadores no son colombianos, es un manual llamado
‘Colombia, una nación a pesar de sí misma’ que muestra a Colombia en la
estructura de las naciones democráticas como un ejemplo y una de las mejores
formaciones democráticas, más tranquila, más estable y con una
institucionalidad que inclusive ha nutrido la Ciencia Política del mundo. Por
ejemplo el control constitucional es una figura nuestra, como el Frente
Nacional, que es una salida extrema a una situación de violencia, y muchas de
las figuras de la Constitución del 91 tienen sabor criollo. De manera que
dentro de 50 años nuestros nietos estarán diciendo que el presidente Uribe hizo
un gran papel de refundación y reestructuración de una sociedad en crisis.
Pregunta: ¿Pero así como usted dice que Uribe da la
talla de Santander, otros afirman que se está pareciendo al Emperador Napoleón?
Respuesta: ¿Eso
sería un elogio o es una crítica? Porque Napoleón es el fundador de
instituciones perennes. Napoleón, además de guerrero, es quien le da un salto
cualitativo a la Revolución Francesa que fue una carnicería. La gran revolución
democrática del mundo no fue la francesa, que tuvo ribetes de sainete, de
carnicería y todos los elementos de una sociedad en disolución. En cambio
Napoleón le da una salida institucional a Francia y la convierte además en la
punta de lanza de la historia del siglo XIX. El liberalismo se consolida
políticamente a través de Napoleón, no de los revolucionarios como Robespierre.
El Código Civil y todo lo que es la formulación del actual derecho
administrativo es obra napoleónica, aunque él no redactara códigos, pero sí
dirigía las comisiones.
En consecuencia
si están diciendo de Uribe que es un Napoleón en ese sentido, me parece que le
están haciendo un gran elogio. Pero si lo que están pensando es en guerra,
están simplemente perdidos en el cuentesito de que el Estado colombiano le hace
la guerra al pueblo colombiano. El pueblo unido a su Gobierno, a su Parlamento
y a sus jueces, le está haciendo la guerra al terrorismo y es una política que
no tiene alternativa, porque es una obligación constitucional y es la única
salida a una sociedad civilizada. Creer que quienes le declaran la guerra a la
sociedad tiene razones legítimas, son razones partidos políticos a quienes hay
que hacerles la venia en el debate sobre lo económico, lo político y lo social,
es simplemente estar perdidos en el viejo esquema de que nosotros teníamos una
guerra civil y un conflicto social y político armado. Eso no existe, está
demostrado con hechos y esta tarea, la de la Seguridad Democrática, que es
consolidar la institucionalidad no tiene posibilidad de retroceder, hay que
llevarla hasta sus últimas consecuencias que es la vigencia absoluta del
artículo 2 de la Constitución Nacional.
“Quien siendo terrorista
hoy se arrepienta y haga contrición de corazón, propósito de enmienda,
satisfacción de obra y confesión de boca, es un ex terrorista, no es un
terrorista”.
“Dicen que este es un país
en guerra civil y yo no he podido ver una guerra civil, yo veo matones muy
ricos, ¿pero guerra civil?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario