El alcalde de
Bucaramanga se pegó el viaje a la posesión del presidente de Estados Unidos
para “cruzar algunas palabras” y hablarle de las cualidades de la capital
santandereana.
Me puse en la tarea de
consultar funcionarios en el Departamento de Estado, la propia Casa Blanca, el
FBI, la Central de Inteligencia CIA, reporteros de medios estadounidenses, las
fotografías de las agencias AFP, Reuters y AP, e imágenes satelitales, así como
los boletines de prensa de la Alcaldía de Bucaramanga.
Según estos últimos, el presidente Barack
Hussein Obama y el alcalde de Bucaramanga, Fernando Vargas Mendoza, rompieron
todas las normas de protocolo y seguridad que se acostumbran para las
ceremonias de posesión y demás actos de este tipo donde se encuentre presente
el mandatario de la aun primera potencia mundial.
En medio de los 2,5 millones de invitados y
curiosos que asistieron a la posesión en Washington, Vargas y Obama se dieron
las mañas para burlar a los 42.000 soldados, marines, policías y miembros de la
Guardia Nacional y no solamente se saludaron a la distancia, sino que se
estrecharon la mano en el Salón Central del Capitolio y se volvieron a ver en
una cena de honor en la Casa Blanca.
Según su oficina de prensa, Vargas “cruzó
algunas palabras” con Obama, en el acto al que asistió “en representación de los
alcaldes latinoamericanos y como invitado especial del Gobierno
norteamericano”.
Acomodado
en la tercera fila de los invitados especiales -en la que Vargas dijo haberse
sentado con todos los gastos pagos por parte de su anfitrión-, el alcalde de
los bumangueses aprovechó un descuido del cordón de seguridad conformado por 16
guardaespaldas y cuando el sucesor de George W. Bush estaba saludando a otras
personalidades como Jimmy Carter y Bill Clinton, se le acercó decidido a
cumplir su sueño de decirle que “representaba a una tierra
de gentes honestas y trabajadoras, cuyas prodigiosas manos e inquietas mentes
producen los mejores zapatos, confecciones, joyas y artesanías del mundo".
No
ha trascendido a los medios de comunicación qué cara puso o cuál fue la
reacción de Obama, pero a raíz de este contacto Vargas sí declaró que su nuevo
amigo: “Es un hombre excepcional, receptivo e
inteligente”.
Concepto que cuando se entere deberá alentar
al mandatario estadounidense, a quien le espera una recesión económica
comparable con la crisis de 1929, más otros asuntos de igual importancia como
la presencia de tropas americanas en Irak y Afganistán, la situación de Oriente
Medio, la búsqueda de fuentes alternativas energía, la industria automotriz al
borde la quiebra y las peores cifras de desempleo en las últimas tres décadas.
Voceros de Obama a los que consulté
no supieron precisar si el alcalde Vargas le llevó un par de zapatos “made in
Bucaramanga”, un anillo con un balón de fútbol para su esposa Michelle o un paquete
de obleas con arequipe para sus hijas Sasha y Malia.
En cambio, sí manifestaron el interés de Obama
en conocer en qué estado se encuentran las obras de Metrolínea, cuya
inauguración estaba prevista para el próximo mes de julio, luego para
septiembre y finalmente anunciada para diciembre de 2009, como regalo de
Navidad.
Extraoficialmente se informó que Obama estaría
dispuesto a enviar un puente metálico en caso de que presente alguna falla el
que fue instalado “provisionalmente” hace 14 meses en la vía que de Girón
conduce a Palonegro, aeropuerto que algún día aspirará a conocer ya sea en
misión oficial o porque nuevamente vuelva a desatender su agenda y su seguridad
para venir a comprar zapatos en el barrio San Francisco o ser testigo de la
recuperación del espacio público en la calle 35 o en la carrera 33.
Vargas, por su parte, declaró que: “Al mundo y
en especial a Colombia le esperan mejores días. El presidente Barack Obama es
un conciliador, humanista y progresista y por eso estamos seguros que las
relaciones de Colombia y de Bucaramanga con los Estados Unidos serán las
mejores. En su discurso de posesión dejó clara su política de amistad con las
naciones, en busca de un mayor equilibrio mundial que permita erradicar la
pobreza y la miseria de millones y millones de ciudadanos”.
Con aliados internacionales de la talla de
Vargas Mendoza, el presidente Obama ahora deberá emprender la tarea de rehacer
a Estados Unidos, como lo anunció en su discurso de 18 minutos de duración,
afrontando las corrientes heladas y “lo que traiga la tormenta”, para “seguir
siendo la nación más próspera y poderosa sobre la Tierra”.
Obama y Vargas no solo coinciden en que ambos
apellidos tienen repetida la vocal a, sino que los dos tienen propiedades en
ese país de 300 millones de habitantes. El primero nació en Honolulu, de padre
inmigrante keniano; y el segundo en Bolívar, un pueblo de la provincia de Vélez,
lo cual de por sí es un pretexto para hablar de su juventud en la Universidad
de Columbia y en el Colegio Santander, respectivamente.
Además comparten su afición por el golf y su
visión geoestratégica, lo cual le ha permitido a Vargas Mendoza llevar a cabo
varias ruedas de negocios con compradores internacionales, proyectando el
nombre de esta ciudad en el concierto mundial.
El alcalde anunció que a pesar del escaso
tiempo de su permanencia en la capital estadounidense, aprovechó para invitar a
colegas suyos al “Gran
Encuentro Iberoamericano de Alcaldes, que se desarrollará en Bucaramanga el
próximo 7 de agosto”.
Con
razón, en el periódico conservador El Frente
titularon a seis columnas “My president:
In Bucaramanga city we make the best shoes”, trascribiendo el espontáneo saludo
que Vargas Mendoza le diera “al oído” del nuevo presidente, que en sus 47 años
de vida no ha pisado Latinoamérica y lo más cerca que ha estado es a diez
metros de la frontera con México.
Vargas
Mendoza retornó satisfecho porque en la tercera fila tuvo la ocasión de
codearse con “los más destacados dirigentes políticos, empresariales,
religiosos, militares, artísticos, e intelectuales del mundo”, e incluso
departir con la abuela de Obama, Sarah Onyango.
Analistas
políticos subrayaron que las cadenas de
televisión y los periódicos estadounidenses no se percataron del abrazo entre
Obama y Vargas, así como la naciente amistad de que la que con certeza mucho se
dirá de ahora en adelante no solo en las publicaciones económicas que le harán
seguimiento a la balanza comercial Estados Unidos-Bucaramanga, sino a la
cercanía entre estos dos dignatarios que en la próxima ocasión que se les dé
revisarán el avance en la construcción de los teleféricos a Morrorrico y al
aeropuerto, obras a las que se comprometió Vargas Mendoza y en las que Estados
Unidos podría brindar su soporte tecnológico y de capital.
En
Bucaramanga, mientras tanto, los críticos de Vargas Mendoza enmudecieron, pues
nunca sospecharon que un alcalde ‘criollo’ escalara tan alto en el corazón del
capitalismo.
Pues no lo veo aquí. Foto HD de altísima resolución. Se puede ver la cara de cada uno de los invitados. http://gigapan.com/gigapans/15374/
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