domingo, 15 de diciembre de 2013

Bumangueses están 'arrechos' con el alcalde Luis Francisco Bohórquez


La jornada de este jueves 12 de diciembre no era de respaldo a Luis Francisco Bohórquez Pedraza. Por el contrario, los cientos de bumangueses que caminaron desde el parque San Pío por la carrera 33 y luego tomaron la calle 36 hasta llegar al céntrico parque García Rovira, lo hicieron porque están inconformes con el millonario cobro de valorización que el alcalde pretende imponerles.


Salvo un jubilado de Ecopetrol que aceptó con resignación pagar los 14 millones de pesos por ese concepto, los demás ciudadanos con los que he hablado o me han escrito lo que expresan es que no están dispuestos a cancelar este nuevo ‘peaje’, así les otorguen nuevos plazos.


Conscientes de que no se trata de un problema de tacañería –como el burgomaestre lo aseveró cuando hace unos días los instó a "dejar esa cultura zapatoca"–, lo que alegan estas personas es que resulta exorbitante la cuantía por la que les está llegando el recibo. Debido a ello, cientos de personas con pancartas y camisetas marcharon de 2 a 5 de la tarde, mezclándose trabajadores, comerciantes, ancianos y amas de casa de los estratos tres y cuatro (clase media) con profesionales y empresarios estratos cinco, seis –y más si es posible– muchos de los cuales era la primera vez en su vida que hacían este recorrido a pie pero que en esta ocasión lo llevaron a cabo por cuanto sienten que les están metiendo a sus bolsillos.


Un ataúd con la cinta morada de ‘Valorización’ y una enorme rata gris de espuma en cuya larga lengua roja también estaba escrita la misma palabra, desfilaron lentamente hasta la Alcaldía, donde después de entonar los himnos de Colombia y de Santander, los manifestantes procedieron a quemar recibos de valorización dentro del catafalco y posteriormente a incinerar el roedor.




Ni Bohórquez ni funcionario alguno salieron a dar la cara, lo cual provocó que los indignados corearan que si el alcalde no reversa la medida, estarán dispuestos a seguir marchando e incluso considerar la revocatoria de su mandato.


Bohórquez se defiende diciendo que esta es una herencia de la administración del destituido Fernando Vargas Mendoza, y que de todas maneras estos recursos son necesarios para la construcción de obras como los intercambiadores del Mesón de los Búcaros y de la Carrera 15 con Avenida Quebradaseca.


Habrá que ver finalmente qué instrucciones le dan sus jefes políticos al alcalde y quién gana este pulso: Bohórquez Pedraza o los bumangueses 'arrechos'. 

viernes, 13 de diciembre de 2013

Se alarga el 'parto' de Santurbán

MinAmbiente aún no anuncia cuál será la delimitación del páramo.

Por Pastor Virviescas Gómez/Especial para El EspectadorLa ministra Luz Helena Sarmiento se reunió con el gobernador de Santander en la primera mesa de concertación para la delimitación de Santurbán
Quienes estaban esperando que este jueves 12 de diciembre de 2013 la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luz Helena Sarmiento Villamizar, anunciara en Bucaramanga cuál será la delimitación del páramo de Santurbán, se quedaron con los crespos hechos.
La espera se prolongará entre dos y tres meses más, le dijo a El Espectador la ministra Sarmiento Villamizar antes de ingresar a una reunión de ‘concertación’ a puerta cerrada con los alcaldes de la provincia de Soto Norte (California, Vetas, Matanza, Suratá, California y Tona, Santander); el gobernador de Santander, Richard Alfonso Aguilar Villa; y el director de la Corporación Autónoma Regional para la Meseta de Bucaramanga, Ludwing Arley Anaya, entre otros asistentes.
Participación, inclusión y construcción son los términos que repitió Sarmiento Villamizar, anunciando con ellas que a partir de esta ‘mesa institucional’ se conformarán dos mesas más, pero que la tarea es definir quiénes participarán, bajo qué metodología, en qué fechas y quiénes serán los ‘guardianes del agua’. “La línea de páramo no es el punto importante de la discusión… No vamos a concertar lo que es la línea como tal, pues esta es el resultado de un ejercicio técnico con criterios ambientales, sociales y económicos; lo que vamos a trabajar en las mesas es la estrategia integral que permita a los que se van a afectar por la decisión no quedar en el limbo y destinados a la pobreza absoluta”.
¿Si la decisión está tomada, para qué hacer más reuniones?, le preguntó El Espectador. “Trazar una línea es muy fácil, pero las implicaciones que tiene si la sacáramos hoy serían muy fuertes para todas las personas y creo que debemos tomar una decisión responsable, y hacerlo no es sencillamente firmar una resolución sino saber todas las consecuencias que tiene y preparar a toda la comunidad”.
Explicó que “el objetivo del Ministerio es proteger el agua para todo los bumangueses y toda la gente del área metropolitana, pero también el mejoramiento de la calidad de vida de la gente que está allá. En medio ambiente todos hablamos de que tenemos unos derechos, pero nadie habla de los deberes”.
La ministra insistió en que lo fundamental es “garantizar el servicio ecosistémico del agua”, que “el Gobierno Nacional no toma decisiones arbitrariamente” y declaró que “así no sea un proceso fácil de llevar, será un ejemplo para todo el país”.
Aunque advirtió que a la discusión no se le puede dar un tinte político o electoral, ronda la preocupación de que el Gobierno Nacional esté haciendo otros cálculos teniendo en cuenta que en marzo de 2014 hay comicios y un anuncio de esta magnitud no dejará conformes a todas las partes, lo cual puede verse reflejado en la conformación de Senado y Cámara, e incluso en las pretensiones reeleccionistas del presidente Juan Manuel Santos, quien desde el comienzo de su mandatado ha alentado la ‘locomotora minera’ a la vez que ha reconocido que el 70 por ciento del agua que consumen los colombianos proviene de los páramos.
El gobernador Aguilar Villa manifestó que “la mejor fórmula es que haya el equilibrio socioeconómico y que prevaleciendo el medio ambiente hay que pensar muy bien qué van a hacer las personas de Soto Norte”, pero se mostró a la expectativa de las coordenadas que divulgue la ministra, apoyada en el concepto técnico brindado por el Instituto de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
El alcalde de Tona, Francisco Javier González, señaló que le ha planteado a Minambiente que en su caso “nos den un manejo especial teniendo en cuenta que somos un municipio agropecuario y que la región puede ser sostenible desde el punto de vista de seguir practicando la agricultura y por supuesto cuidando el medio ambiente como lo hemos hecho durante muchos siglos. Se nos debe permitir seguir viviendo en la región”. Acotó que no deben ser los bumangueses quienes paguen un impuesto al agua, sino la empresa del Acueducto Metropolitano que “recibe grandes ganancias, aunque ellos lo nieguen, por la ‘producción’ de agua”.
Sí se sabe que el área del páramo superará las 11.700 hectáreas que conforman el Parque Natural Regional de Santurbán, creado en diciembre de 2012 por la presión de los miles de ciudadanos que en cinco ocasiones han salido a marchar bajo la consigna de “Santurbán se respeta; agua sí, oro no”.
Los movimientos ambientalistas, que no fueron invitados a la reunión de hoy, insistieron en que así los convoquen no concurrirán por cuanto no hay discusión porque el Gobierno tiene la obligación de hacer respetar la prohibición constitucional de impedir la minería en los ecosistemas de páramo, y sobre todo la megaminería a la que aspiran empresa como Eco Oro (antigua Greystar), AUX, Leyhat, Continental y Anglo Gold Ashanti.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Rikaruwa o los guardianes del Planeta Azul

                                                             Foto Pastor Virviescas Gómez

Muchos se han preguntado qué hacen por estos días dos indígenas del pueblo UWA en el Bloque N de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB. ¿Cómo así que editando?, comentan otros. Pues bien, Wachurú y su Cacique Síriso llevan tres semanas de intensas jornadas sentados frente a los computadores, alejados de las montañas ancestrales, guiados por el profesor Frank Rodríguez.

Indígenas, docente y estudiantes elaboran entre todos “Rikaruwa: Guardianes del Planeta Azul”, la serie documental que busca “poner en valor muchos de los trabajos que están haciendo los UWA, la comunidad que a finales de los años noventa saltó a la actualidad por su propuesta de suicidio colectivo si las petroleras explotaban sus territorios. Ellos hoy siguen en su lucha porque a muy corta distancia de sus resguardos hay explotaciones de varias empresas y se han dado cuenta que el deterioro de la naturaleza, o de la Madre Tierra como ellos le llaman, está a su alrededor. Entonces lo que queremos es mostrar cómo ellos siguen siendo guardianes de ese espacio, sobre todo en la frontera formada por los municipios de Cerrito y Concepción (Santander) y Cubará (Boyacá)”, explica Rodríguez.

Rikaruwa no solamente habla de la recuperación de la tradición artesanal, que se había dejado de lado, sino también del papel de la mujer dentro de ese pueblo, como líder interna y como promotora de la cultura, pasando por los hábitos alimenticios, que han variado sustancialmente debido a la presión de los colonos que en su afán de ‘tumbar monte’ han hecho desaparecer animales y especies vegetales. Asimismo muestra las olimpiadas de los UWA, que a través de un proyecto etnoeducativo especialmente dirigido a los niños, se lograron rescatar.

Un trabajo arduo de ocho capítulos que ha sido posible gracias a la financiación de Autoridad Nacional de Televisión –que aportó 90 millones de pesos–, la Facultad de Comunicación y Artes Audiovisuales de la Universidad Autónoma de Bucaramanga –que suministra personal y equipos– y la Asociación AsoUWA, que avala la iniciativa y acompaña a los productores por ríos, selvas y páramos.

                                                                            Foto Iván Luna

La idea surgió del investigador Javier Vesga, quien durante varios años ha convivido con los UWA. Fue él quien le comentó al profesor Rodríguez y con el beneplácito de los indígenas echaron a rodar el sueño. “Éramos conscientes de que estar en el territorio no era tan fácil y la mayoría de quienes trabajaron en la serie son egresados o estudiantes del Programa de Artes Audiovisuales de la UNAB. Así que decidimos mezclar sonidistas, directores de fotografía, realizadores y director general que fuéramos de la ciudad, mientras que los dos productores de campo, tres traductores y tres guías son UWA. El Cacique nos acompañó durante todo el recorrido y muchas veces tuvimos que pedirle permiso para respetar su misticismo; en otras sencillamente no pudimos grabar porque no contamos con su aprobación”, dice.

Fueron 17 días de rodaje, con dos unidades de trabajo, con una planta eléctrica transportada a lomo de mula, ahorrando al máximo las baterías de las cámaras, realizando caminatas de seis horas y más, durmiendo en el piso donde iban llegando, adaptándose a una alimentación que no era precisamente de hamburguesas, perros calientes y Cocacola, recuerda Rodríguez, haciendo memoria de su aventura en la selva.

Vómito, diarrea y dolores musculares fueron palabras con las que tuvieron que habituarse durante su trabajo de campo, pero el profesor quería que sus muchachos conocieran lo que es desenvolverse en condiciones agrestes, reemplazando los ‘mil y un’ documentales que se han hecho sobre los hippies de Cabecera del Llano y adentrándose en otra realidad, con compatriotas que tienen otras costumbres y otra cultura, con el propósito de ayudarles a tener herramientas para su vida profesional, tal como también los ha estimulado el director del Programa de Artes Audiovisuales, Carlos Acosta Posada.

                                                                           Foto Iván Luna

A pesar de contar con un guión para cada capítulo, la misma magia del documental hizo que después de algunas travesías extenuantes llegaran a determinado lugar donde supuestamente los estaba esperando alguien, pero ya se había ido, así que tenían que hacer ajustes sobre la marcha y aprovechar al pescador que estaba montando trampas o a la tejedora que topaban en el rancho. “Fue una maratón que solo se hizo posible porque nuestros muchachos respondieron. Teníamos que grabar 25 minutos por capítulo, lo cual quiere decir que son un poco más de 200 minutos para pantalla y grabarlos en 17 días así lleváramos dos unidades era todo un reto, pero era la única forma de hacerlo por los recursos que daba la Antv”, asevera.

En lo personal, Frank Rodríguez se resistía a creer que “lo único que teníamos de tradición o de sangre indígena eran los Yariguíes y los Guanes, y entonces son museos llenos de huesos. Mi papá y mi mamá son de la provincia de García Rovira, y con ellos veíamos en los días de mercado en Málaga a unos ‘tunebos’ –les molesta que les digan así porque esa era la forma en que les llamaban los invasores españoles y los evangelizadores que vinieron a imponerles su religión–. Luego una amiga en Bogotá me explicó que en Santander quedan indígenas vivos y ya después con Javier Vesga me ‘encarreté’ en el tema”.

Su inquietud por hallar esas raíces alentó a que recorriera con su equipo de jóvenes de la UNAB las comunidades de Támara, Taburentes y Aguablanca, las tres localizadas entre las jurisdicciones de Cerrito y Concepción, en una especie de terreno comanche, uno más de los que tanto abundan en este país en el que el Estado sólo hace presencia esporádica y no precisamente con obras de infraestructura.

“Lo que estamos diciéndole a nuestros paisanos y al país entero es que sí hay indígenas en Santander. Uno no puede pretender cambiarles la vida a los UWA con un documental, pero sí que tengan un material como este, decir que existen y que están en ese territorio que les pertenece, donde por siglos han pescado, cosechado sus alimentos ladera arriba y luego celebrado sus ritos de canto en lo más alto de esas breñas que comprenden las cimas de la Sierra Nevada del Cocuy –‘La casa de los dioses’–”, añade.

La nómina completa es: investigador principal, Javier Vesga; productora de campo, Caya Machá Bócota; realizadores Angélica Meza e Iván Luna; directores de fotografía y cámaras, Rolando Angarita y Juan Manuel Soto; editoras Yodi Torres y Sara Reyes; traductores Síriso Barrosa y Wachurú Tegría; productora general, Ibeth Johana Rey, y la dirección de Frank Rodríguez. La musicalización es de Natalia Morales.

La serie “Rikaruwa: Guardianes del Planeta Azul” se transmitirá durante este mes de diciembre –en fechas y horarios que están por establecer– por el canal TRO y los demás canales regionales en los que tiene injerencia la Autoridad Nacional de Televisión. También harán una presentación y un foro en Bucaramanga y elaborarán unas ‘maletas’ con el paquete completo, las cuales serán entregadas en las escuelas de los UWA, beneficiando directamente a los más de 3.400 integrantes de ese pueblo indígena que se caracteriza por ser seminómada –una condición cada vez más difícil ante el acecho de esos seres que se apodan blancos y que destruyen todo lo que encuentran a su paso–.

                                                                             Foto Iván Luna

De viva voz
Rikaruwa es el nombre que los indígenas UWA le dan a la zona de Santander que ellos habitan y uno de esos guardianes de la vida y del medio ambiente es Wachurú Tegría, quien dice sobre la serie documental: “Para nuestro pueblo es muy importante porque vamos a poder plasmar nuestra cultura, nuestra forma de pensar y de hacer las cosas”.

Wachurú es tímido, pero toma un poco de confianza y explica que los UWA habitan la zona en la que convergen Santander, Norte de Santander, Boyacá y Arauca, llegando prácticamente hasta la frontera con Venezuela. “Nuestro principal peligro es la explotación petrolera y queremos denunciar la presencia de empresas como Ecopetrol. Estamos llamados a desaparecer por esa explotación”, expresa, lamentando la forma en que ha bajado el nivel de ríos como Cugón, Covaría y Tambojabá y menguado tanto la pesca como las cosechas, así los ingenieros respondan que no es culpa de sus perforaciones.


La Tierra para Wachurú es su hogar y por eso la aman y la cuidan, de ahí que sean sus guardianes. “Ella nos quiere, pero si la dañamos se pondrá furiosa con nosotros. Nuestro territorio es para vivir armónica y espiritualmente; no para la explotación. ¿Qué les vamos a dejar a nuestros hijos? ¿Contaminación? ¿Creen que los chinos van a tomar petróleo o a comer billetes? Por favor entiéndalo”, concluye. Le espera regresar a su cultivo de plátano, yuca, ocumo y maíz, y que el Ejército y la guerrilla no les sigan amargando su existencia.

John Sudarsky, carta 'verde' a la Presidencia de Colombia

Entrevista al senador y precandidato que dice que su colectividad pasa por una etapa crucial: reiterar su identidad o en las alianzas con otras fuerzas, desvanecerse y desaparecer.


Desde el mismo momento en que a los ‘verdes’ les dio por juntarse con Álvaro Uribe, el senador John Sudarsky Rosenbaum y la representante Ángela María Robledo conformaron la disidencia, inspirados en aquel principio mockusiano que dice: “No todo vale”.

Sudarsky es hoy además de parlamentario, precandidato presidencial por Alianza Verde, nadando contra la corriente, porque además alega que sus conmilitones fijaron unas reglas y después las cambiaron.

Ingeniero industrial con doctorado en educación de la Universidad de Harvard, exprofesor de la Universidad de los Andes, exasesor de Planeación Nacional, expresidente de Industrias Spring, quindiano de 66 años y origen judío, ayudó a detectar crasos errores en el fracasado proyecto de Reforma a la Justicia que tenía como fin beneficiar a varios congresistas, logrando tumbar ese ‘orangután’.

Una de sus iniciativas bandera es la de Participación Ciudadana, que crea mecanismos de empoderamiento para los colombianos y se encuentra en estudio de constitucionalidad. “El clientelismo impide que una buena solución se lleve a cabo, porque usted tiene que llamar a esa solución un fracaso para poder sacar la clientela del anterior y meter la suya, y como usted comienza otra vez de nuevo y el periodo es muy corto… Con el clientelismo no existe solidaridad comunitaria, sino roscas”, reflexiona Sudarsky.

Después de Clara López Obregón, del Polo Democrático, continúa la serie de entrevistas a quienes se enfrentarán con el candidato-presidente Juan Manuel Santos en los comicios de 2014.


La última vez que nos vimos, los ‘verdes’ respiraban un aire de victoria y Antanas Mockus estaba a punto de ser el siguiente inquilino de la Casa de Nariño, pero todo eso se esfumó. ¿Qué quedó de esa ilusión y de ese sueño?

Quedaron una ilusión y un sueño. El golpe de gracia final se lo dio Enrique Peñalosa con la entrada de Álvaro Uribe a sostener el micrófono y ahí se acabó el Partido Verde y se acabó la Ola Verde. Luego decisiones erradas, unas detrás de otras, nos llevaron a una situación de postración tal que temíamos perder la personería la jurídica y estábamos muy preocupados por no llegar ni siquiera al umbral. Ahí hicimos una táctica que el partido hace muy a menudo y es que en vez de volver a sus principios, busca salvadores. En este caso quien tuvo que entrar de salvador fue la coalición entre el movimiento de Sergio Fajardo (gobernador de Antioquia) y Progresistas (Gustavo Petro, alcalde de Bogotá)  para llegar a una condición en la cual el Partido Verde pudiera sobrevivir pero entrando en alianza con ellos dos. Se había hablado desde el comienzo y lo habían puesto como condición los de Compromiso, que el tema de Petro se dejaba por fuera, pero los Progresistas lo metieron y entonces los señores de Compromiso se retiraron y quedó un partido terriblemente cargado hacia la izquierda, con todos los problemas de una izquierda muy ortodoxa, con unos conceptos que corresponden mucho más a un partido de izquierda de los años sesenta (por ejemplo prestación universal de servicios para todos a costa del Estado, sin reconocer que existe un problema de sostenibilidad fiscal). Luego vino el congreso y éste aprobó que hubiera una consulta popular, que ahora Carlos Ramón González está tratando de embolatar, haciendo trampa. Pero cuando se tomó la decisión de hacer la consulta, inmediatamente me di cuenta que eso iba a ser una competencia entre Peñalosa y (Antonio) Navarro, que son básicamente la derecha y la izquierda, con lo cual se iba a acabar el Verde en el que tantos colombianos creyeron, volviéndose en un partido de izquierda como los demás, de esos que asumen la oposición a ultranza, que en vez de hacer la diferencia y aprobar leyes buenas cuando se pueda, pues no lo hacen porque son de oposición. Yo soy más de la línea de independencia deliberativa, que les suena muy extraña a todos ellos.

Entonces yo me estoy lanzando como candidato con una propuesta del ‘verde verde’ y con una intención de hacer conocer la propuesta de reforma al sistema electoral, que es la madre de todos los problemas de clientelismo y corrupción. Hay unas personas que son muy corruptas, pero en realidad es todo el mundo que está en este sistema electoral y que se quiere reproducir políticamente, porque los incentivos están para que usted se nutra, prede y arrase como un buitre pedazos del Estado. Antes hablábamos de clientelismo y corrupción, de contratos y de puestos; hoy no. Lo que le dan es: ‘Coja el Banco Agrario, doctor; coja el ICA, coja lo que sea’, sectores del Estado… y la propuesta –que por ejemplo incluye Senado por regiones y Cámara por departamentos– está encaminada a romper ese problema. Obviamente con todos los obstáculos y dificultades que ello representa. Ya por lo menos en Comisión Primera de Senado fue aprobada y vamos a ir a debate, aunque posiblemente esto no tenga éxito. Pero no es un problema, porque aquí lo interesante es que la gente encuentre cuál es la causa y cuál es la solución, para que no se enrede en los problemas que no son. El problema no es de personas, sino de sistema, que está construido de esa manera para que los ciudadanos no sepan quién es su representante, no lo puedan llamar a cuentas, sean campañas costosas y ellos se pueden mover con libertad utilizando la ‘mermelada’ del Gobierno, que este Gobierno de (Juan Manuel) Santos es aboslutamente dedicado a eso.  Hay un piso completo en el Palacio que se dedica a eso y el Partido Verde cayó en eso. El Partido Verde en esto no se salva de nada.

¿Por qué permitieron entonces que un Carlos Ramón González y un Rodrigo Romero se les colaran en sus filas?

Es que un González y un Romero se colaron porque eran los dueños de la personería jurídica. Nosotros esperábamos que en este proceso de alianzas se pudiera, pero llevamos cuatro años ya y Carlos Ramón González sigue siendo quien tiene la personería jurídica, y seguramente Rodrigo Romero es el candidato a ser presidente ejecutivo. Entonces el proceso de negociación con Compromiso se rompió porque Carlos Ramón no aceptó salir y el fue  el culpable de que este proceso abortara y que pudiéramos aparecer con la frente en alto a crear un partido realmente alternativo con respecto al tema del clientelismo y la corrupción. Ellos no es que se hubieran colado; es que nunca se salieron. Y un poco el acuerdo ahora es que de alguna manera por lo menos ya hay un cambio en la secretaría general que va a quedar en manos de Progresistas; hay un vocero que es Antonio Sanguino, quien ha mostrado un inmenso liderazgo en todo este proceso, pero todavía está por definirse la dirección ejecutiva. Romero lo que pasa es que es senador y si usted es senador no puede ejercer un puesto ejecutivo, pero ahí está.


¿Cómo se entiende la carta de Fajardo sacando ‘los cueros al Sol’?

Él saca los cueros al Sol porque es la realidad de lo que pasa en el partido y, por ejemplo, no cumplen los acuerdos. Lo que hizo Fajardo fue pedir que se firmaran por escrito los acuerdos. Ahí jugó un papel nefasto el representante a la Cámara, Alfonso Prada, porque tenía la vocería y hoy lo vemos como en el famoso cuento de Salomón en el que dos mamás están pidiendo a un niño, y Salomón dice que lo corten y le den la mitad a cada una. Eso le pasó a Alfonso Prada con el partido: quería acabarlo y ahora está en el Gobierno.

Yo no sé si ser pesimista u optimista, pero sí sé lo que estoy haciendo, que es ir por el país, contando la propuesta de reforma al sistema electoral, haciendo que los colombianos sean conscientes de cuál es su problema, dando las luchas que toca dar en los frentes que se puedan dar, y estoy en esas. ¿Optimista o pesimista? No lo sé; depende. Yo estoy un punto por encima de Álvaro Uribe cuando comenzó su carrera a la primera Presidencia, y tengo el tres por ciento del reconocimiento público. Hay una cosa importante y es que el ganador de las encuestas recientes fue el voto en blanco, que sacó el 32 por ciento. ¿Por qué se vota en blanco? Porque es un voto de castigo, de rechazo, pero finalmente no tiene una propuesta concreta con qué reemplazar el tema. Yo tengo la aspiración, con todas las dudas objetivas por estar inmerso en un partido que se dedica a hacer trampas. Hace poco salieron en RCN las declaraciones de Carlos Ramón González en la Dirección Nacional, diciendo cómo les hacemos trampa a Peñalosa y a Sudarsky, y dio tres o cuatro hipótesis de cómo hacerlo, y cómo llenar eso de candidatos y después decidir qué hacer, todo para manipular al partido para que después por aclamación elijan a Antonio Navarro Wolf en una consulta interpartidista que tiene el enorme problema de que para ser interpartidista tiene que haber otros y Navarro no ha hablado con Clara López. Entonces él está hablando de una consulta interpartidista que está en su cabeza. Los de la ASI han dicho que no van en esa alianza. ¿Entonces con quién se va a aliar? ¿Con el vicepresidente Angelino Garzón, que ya tiene gente metida? ¿O con Jorge Iván Ospina, el exalcalde fatal de Cali por el nivel de corrupción que tuvo en su administración? Entonces la pregunta es interpartidista con quiénes.

Si ustedes los que tienen la posibilidad de conformar una tercería no se ponen de acuerdo, ¿entonces el mensaje que le están mandando al país es escoja entre el menos malo: Juan Manuel Santos o el uribista Óscar Iván Zuluaga? 

Nosotros tenemos el compromiso de tener un candidato a la Presidencia, como lo decidió la Dirección Nacional, pero lo vamos a hacer con reglas ciertas y resultados inciertos, o la preferencia de Carlos Ramón González que es ver cómo les tuerce el pescuezo a las reglas para lograr lo que él quiere. Y si quiere le mando la transcripción de lo que dijo.

¿Le suena la posibilidad de que Mockus encabece una lista para el Senado?

Él mandó una carta ya, y es básicamente la propuesta de Claudia López, quien plantea que todos los candidatos nos retiremos y nos metamos en la misma lista al Senado. Hay varios problemas: que no es una decisión individual, y tiene que ser el partido el que acepta eso. Yo no he visto esa inclinación, sino al partido metido en otras cosas. Por ejemplo Iván Name puede terminar encabezando la lista al Senado, que es el político más tradicional de todos y fue elegido con diez mil votos.

Entonces lo que propone Claudia es que nos vayamos todos a esa lista y Antanas contestó que sí, pero lo que hay que garantizar es que la lista al Senado sea de gente ejemplar. Él ahí dijo que yo no acepté esa propuesta y yo sí la acepté, pero dije que tiene que ser una decisión colectiva, porque qué gano yo diciendo que sí y dejarle el espacio a Navarro y a Peñalosa, y además el partido aceptar esa lista, pero no creo que el partido lo vaya hacer.

Dado el caso que el partido aceptara, ¿usted se tragaría ‘el sapo’ y apoyaría a Navarro o a quien saliera escogido?

Lo que quiero ver es a Navarro haciendo una evolución en su discurso. Ellos hablan de que se están moviendo hacia el centro, pero cuando uno le pregunta a Navarro cómo va a cambiar las cosas, dice que quiere cambiar el modelo; que es la mejor manera de no responder nada. Y es que hasta los liberales Horacio Serpa Uribe y Cecilia López Montaño hablan de cambiar el modelo. ¿Qué es lo que van a cambiar del modelo? ¿Hacia una propuesta de irresponsabilidad fiscal o de responsabilidad fiscal? Esos son los ejes de lo que tiene que cambiar. ¿Van a apoyar una reforma al sistema electoral y cómo la implementarían? ¿Entonces voy a aceptar la propuesta de Antonio Navarro, que no sé qué es lo que está proponiendo? Mi apoyo sería ideológico y programático.

Con esta experiencia suya en el Congreso, donde ha visto tanta porquería, ¿por qué no dejar eso a un lado y dedicarse nuevamente a ser profesor o gerente?

Yo sé hacer varias cosas, y como legislador he hecho lo que he querido, aunque reconozco que algunos de mis objetivos son demasiado ambiciosos y lo son porque eso es lo que hay que cambiar, y si lo logro me voy al Cielo, a la gloria, pero estoy en la lucha. Los partidos es muy difícil crearlos, eso toma décadas y los pasos que se dan son pequeños para llegar a donde uno quiere, pero ha sido una experiencia terriblemente desencantadora. Yo me la juego porque uno debe hacer lo que toca hacer, para poder decir después ‘yo hice lo que tocaba’.

Que no llegue al cielo, pero al menos que no pase por esta vida como un cobarde.

Eso es muy importante, ni como un inútil o como una persona irrelevante. Por suerte he recibido una excelente educación, he tenido oportunidad de hacer una fortuna personal, y me he asociado con gente maravillosa como Antanas Mockus y todos los ‘visionarios’. Esa fue mi salvación. Yo estaba en el Partido Liberal y Ernesto Samper en un momento me dijo que debería estar con Antanas… y me hizo un gran favor, porque dentro del liberalismo pues pasó lo que pasó. Si de esta campaña queda un saldo pedagógico, me doy por satisfecho, y que la gente sepa cuál es el problema y cómo hay que resolverlo.


¿Por qué durante todos estos años los ‘verdes’ pasaron de agache en la defensa del páramo de Santurbán? ¿Asistiendo a la marcha del 15 de noviembre viene a recobrar esa banderas?

Soy de los que creen que no se puede ser un ambientalista radical, y dónde me pruebo como un ambientalista racional porque hay muchas decisiones complejas alrededor de eso. Por ejemplo, en este momento se está discutiendo el proyecto de El Quimbo, en el Huila. La hidroeléctrica es el sistema de producción de energía más verde de todos, puede que afecte las actividades y los ingresos de la gente pero no produce huella del carbón. En el caso de la mina de oro de La Colosa (Tolima) yo le hice el costo-beneficio y el país va a recibir 69 millones de dólares anuales por quince años de explotación, pero la mina deja un hueco de diez kilómetros de largo por tres de ancho y 600 metros de profundidad, y el agua que sale es contaminada-ácida. Ahora, ni pensemos en los costos de mantener una mina después de que las empresas las abandonan y desaparecen. Además me preocupa mucho que la estructura institucional que toma esas decisiones es demasiado débil y cargada a favor de las empresas mineras porque ellas son las que hacen los estudios geológicos y de impacto ambiental. Este puntualmente es un mal negocio para el país.

¿Sudarsky es tan valiente como el papa Francisco que hace unos días se puso la camiseta “Agua sí, oro no” o es de los que le pone una vela a Dios y otra al diablo?

Es que ese es un falso dilema. Hay que evaluar cuánta agua, a dónde se va, cómo se trata y se puede estar seguro que no contamina al resto. Y, cuánto oro, cuántos residuos deja y cuánto se recibe a cambio. Es un tema de costo-beneficio. En esta época preelectoral lo más fácil es decir sí, pero que tal que resultara que no fueran 69 millones de dólares al año, sino seis mil millones de dólares y que tuvieran un mecanismo de purificar el agua, entonces yo diría puede que sí porque con esos recursos se podría encontrar la solución a muchos problemas que Colombia tiene. En el caso de Santurbán no hay discusión, porque la zona de páramo no se puede explotar y mucho menos a cielo abierto. Santurbán es absolutamente intocable y la minería en páramos está prohibida.

Así que si a mí me muestran esa camiseta, voy a decir: agua depende cuánta y cómo se trate, y oro depende qué tan rica sea la veta, cuánto produce y cuánto recibe el Estado, porque el otro punto es que el 3,2 por ciento es muy poquito frente a lo que se llevan las mineras y frente al costo que va a tener el Estado para mantener la huella ambiental que dejan esas minas.


Sin embargo, no quiero ser un ambientalista radical, porque usted puede estar evitando las soluciones a los problemas por una visión demasiado cortoplacista.

martes, 19 de noviembre de 2013

Clara López insiste en ser presidenta de Colombia

Entrevista a la candidata presidencial del Polo Democrático Alternativo, quien defiende la búsqueda de una salida negociada al conflicto y propone un giro en la relación Estado-mercado.


Podría estar en un club jugando buraco -como hacen las esposas de tantos multimillonarios en Colombia-, o calentando un cargo burocrático en la embajada de Colombia en México, pero hoy está en Bucaramanga analizando con un grupo de médicos la reforma a la salud, mañana se reunirá con dirigentes campesinos en Chocó, pasado con sindicalistas en el Valle del Cauca…

Esa mujer es Clara Eugenia López Obregón (62 años), la exauditora general de la República, exalcaldesa de Bogotá (tarea que concluyó con el 78% de aprobación) y candidata presidencial por el Polo Democrático Alternativo, a quien ser nieta del presidente Alfonso López Pumarejo, sobrina del presidente Alfonso López Michelsen y prima de Felipe López (dueño de la revista Semana) no le sirvió de nada en un céntrico club de la capital santandereana donde por no ser socia un mesero se negó a venderle una gaseosa dietética. Sin embargo no perdió la compostura ni con ese gesto tan santandereano, ni con las preguntas de esta entrevista exclusiva con 15, entre las que por supuesto una tiene que ver con sus examigos anapistas, los hermanos Samuel y Néstor Iván Moreno Rojas, nietos del dictador Gustavo Rojas Pinilla y hoy tras las rejas por el escándalo del 'Carrusel de la contratación'..

Estructurada y pausada, esta economista de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), abogada de la Universidad de los Andes y candidata a doctora en Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Salamanca (España), figuró en la más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría con el siete por ciento de preferencias de cara a las elecciones de 2014, por debajo de Juan Manuel Santos (34%), Enrique Peñalosa y Óscar Iván Zuluaga (con el 14%), y Antonio Navarro Wolff (9%).

Casada con el exconcejal por Bogotá, Carlos Romero, como alcaldesa tuvo los pantalones para prohibir la venta de alcohol en los alrededores de las universidades e instaló una cámara en la puerta de su despacho para que cualquier ciudadano revisara por Internet que allí no seguían entrando los cerebros y mecánicos del ‘Carrusel de la Contratación”.

Ahora se baja de un avión y se sube a otro, se trepa a una camioneta o asiste a una manifestación en el teatro Corfescu, donde predominan los jóvenes que la aúpan casi tanto como al senador Jorge E. Robledo, su compañero de giras.


Después de la delicada operación que le hicieron en el cerebro para extirparle un tumor y tras su recuperacióne exitosa, ¿usted sigue con la chifladura de convertirse en la primera presidenta de Colombia?

Definitivamente es chifladura, pero yo percibo que las mujeres en este país se están despertando, que la gente de trabajo se está quitando el velo de los ojos y que todos a una estamos pensando que podemos tener un país mejor, y que definitivamente eso no vendrá de la mano de los mismos que han gobernado a Colombia desde que tenemos memoria. Tenemos que buscar un camino distinto, un camino participativo y desde luego un camino que respete por encima de las cosas, a la gente. Creo que por eso encuentro tanto entusiasmo y tanto espíritu de colaboración entre las mujeres. Tenemos esas almas gemelas y sabemos que con firmeza podemos poner la casa en orden y con cariño, con cuidado y con lo que sabemos hacer mucho las mujeres, que es escuchar, llegar a esos consensos que se necesitan para gobernar un país tan complejo como Colombia.

¿Clara López tiene ese dilema de ser leal a una burguesía de la que procede o, por el contrario, darse la pela por tanta gente que está jodida y sin esperanzas?

A veces me pregunto lo mismo: ¿por qué salí diferente? Y la realidad es que tuve una educación privilegiada en mi hogar. Mis padres fueron personas que nos sembraron la inquietud de la injusticia social. Mi madre fue ecologista antes de que existieran los ecologistas, y feminista antes de que existiera el movimiento de las mujeres. A mí me enseñaron a ser independiente, y cuando ya en mi edad adulta ejercí esa independencia casándome con un hombre de un barrio pobre de la ciudad de Santa Marta, un hombre de izquierda cabal, sí me miraron mal, pero quiero decirle Pastor que me respetaron mis decisiones. Yo tomé mis decisiones desde muy joven cuando en las luchas estudiantiles defendía los derechos de los trabajadores, cuando desde mi trabajo político terminé siendo candidata de la Unión Patriótica a la Alcaldía de Bogotá en la primera elección popular en 1998, cuando estar asociado a la UP era ponerse una lápida en el cuello. Entonces sí, yo tengo una lealtad superior a la lealtad con las casas de mis mayores, que es la lealtad por mi patria y de mi patria hacen parte todos. Sí soy de las personas que creen que un gobernante no puede gobernar ni para una clase ni para un sector, sino para todos los colombianos. Ese fue mi acierto en la Alcaldía de Bogotá.

¿Alcanzó a temer que este país se lo fueran a rifar entre dos primos Santos (Juan Manuel y Francisco)?

Yo estaba casi segura, pero la verdad es que se lo van a rifar entre dos proyectos que son la misma cosa. La falsa polarización que se está estructurando entre el uribismo y el santismo, es para que puedan seguir gobernando como siempre, pero el país no quiere que sigan gobernando como antes. Desde luego que tienen la diferencia de la conducción del proceso de paz de La Habana (Cuba), pero cualquier ser racional sabe que todo dirigente tiene una obligación suprema con su país y es la de conseguir la paz. Así es que si el presidente Juan Manuel Santos no firma la paz, pues tengan la seguridad de que yo sí la voy a poder firmar. Una paz digna, una paz seria, una paz que nos permita a todos los colombianos consensuadamente sacar adelante las reformas estructurales que le den justicia social a este país. La violencia si ha servido para algo es para profundizar las diferencias y para concentrar el ingreso y el capital. El solo despojo de seis millones de hectáreas y cinco millones de desplazados de los campos, le muestra a cualquiera la verdadera finalidad de esa violencia, que fue la misma de la violencia anterior, interpartidista entre liberales y conservadores, a tal punto que Alberto Lleras Camargo cuando fue el primer presidente (1958-1962) de la República del Frente Nacional, tuvo que promover una reforma del Código Civil para dejar sin validez los títulos de intercambio de tierras firmados durante ‘La Violencia’ bajo el poder de las armas.


¿Qué le ofrece usted a un país que ya sueña con el postconflicto pero que a la vez presencia cómo crece la brecha entre ricos y pobres?

Uno ofrece no lo que piensa una persona, sino el proceso de construcción colectiva de un programa que estamos realizando en cumbres temáticas en todo el país. Me he reunido con los mineros, con las mujeres, me vuelvo a reunir con ellas el 25 de noviembre en el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, me reuniré con estudiantes y profesores, luego con trabajadores de la salud… Lo que puedo garantizar es que el programa que estamos confeccionando es un programa de cambio, pero un cambio consensuado con la sociedad, un cambio que le de un viraje a Colombia hacia la convivencia, hacia la reconciliación y hacia la justicia, para que el país sea más nuestro, sea más de todos nosotros. Lo que ha pasado en Colombia durante los últimos años es que el país parece haber sido entregado a los intereses limitados de solo un sector de la sociedad, y nosotros sabemos que la gran empresa tiene mucho que contribuir, pero también tienen mucho que contribuir los demás colombianos, y esa va ser la esencia del cambio, que el país que es suficientemente grande para todos tenga el apoyo del Estado de manera afirmativa para los que necesitan ese apoyo.

He venido sosteniendo de que no funcionó la tesis de que el mercado lo decidía todo; tampoco funcionó antes la tesis de que el Estado se metía en todo. Hay que buscar un equilibrio entre Estado y mercado para garantizar por ejemplo, de manera muy seria, la protección del medio ambiente. En Colombia tenemos ya en peligro los ecosistemas vitales para la producción del agua del futuro. La naturaleza no es infinita y frente al crecimiento infinito del capital tenemos que encontrar un término, y el término es proteger de manera decidida los humedales, los páramos, los ecosistemas frágiles. Diciendo ‘minería sí, pero no así’, no como la están pretendiendo hacer.

¿La cuestionada administración del alcalde Gustavo Petro Urrego le está cerrando las puertas a la izquierda en Colombia?

No, yo no iría tan lejos. Creo que la gente ya empieza a distinguir entre las personas y las ideas. Desde luego no le hace bien porque a él lo eligió un sector de los bogotanos y está gobernando solamente para ese sector, mientras que el gobierno consiste en ser elegido por un sector de la población pero para gobernar en función de los intereses de todos. Yo le critico a Gustavo Petro, por ejemplo, el haber cerrado 276 comedores comunitarios que eran empresas surgidas de la comunidad, la mayor parte de ellas compuestas por mujeres. Encontraron una manera más barata, entregándoles una bolsa de mercado a los adultos mayores, yo no sé si a los niños o a sus madres, pero es que el comedor era un centro social, era una comida caliente, balanceada y era una empresa que le daba sustento a varias familias. Entonces me parece que sinceramente el gobierno de Petro se ha quedado en las consignas ideológicas y no ha penetrado en el cambio diario de la vida de las personas, que es lo que aspira a ser todo gobierno que se dice democrático. Me duele mucho porque de todas maneras hay muchas cosas positivas en el programa de Gustavo Petro, unas que se han logrado avanzar, otras que no, por su mismo estilo de gobierno, porque no ha logrado todavía conformar un gabinete estable.

En lo que no puedo estar de acuerdo tampoco es en que los que no lo eligieron sean los que estén promoviendo la revocatoria de su mandato o que el señor procurador (Alejandro Ordóñez Maldonado) lo vaya a destituir, no porque Gustavo Petro esté por encima de la Ley, y no puede estarlo ningún ciudadano, sino porque pienso que esa es una facultad que en mala hora se le entregó a una autoridad administrativa. Quitarle el mandato popular a cualquier persona elegida debería tener un procedimiento mucho más riguroso y desde luego no pertenecer a una autoridad administrativa sino por lo menos a una de carácter colegiado y judicial como el Consejo de Estado con la pérdida de investidura. Lo que pasa es que ya van 800 alcaldes sancionados y el único que ha criticado es Gustavo Petro el proceso en el que él se ha visto inmerso entonces eso le quita cierta autoridad moral a su petición de algo que consideramos justo, que es que el procurador no debería ser quien para quitarle la investidura a una persona que ha sido elegida popularmente.

Si estuviera perdida en el desierto y su sobrevivencia dependiera de alguien que pasa en un camello y se llama Álvaro Uribe o de otro que cruza con un camello y se llama Alejandro Ordóñez, ¿se le subiría a alguno de ellos o prefiere dejarse morir de inanición?

La muerte nunca es la opción para un ser humano. No pienso que Uribe ni Ordóñez sean el diablo, sino que uno tiene que acudir a la humanidad de cada cual y desde luego creo que la gente puede redimirse y cambiar. Lo que pasa es que en este país es muy difícil porque la deliberación pública es muy poco crítica, la crítica es muy poco constructiva y el espíritu democrático no ha penetrado en esas alturas del poder. No, yo no me dejaría morir.

¿Qué haría en el hipotético caso de que el exagente de la Central de Inteligencia Americana (CIA), Edward Snowden, filtrara una conversación de cinco segundos nada más en la que Clara López le dijera a Iván Moreno Rojas: “Honorable senador”?

No sé si alguna vez le dije eso o no a Iván Moreno o a tantos senadores, el 35 por ciento que resultó fatídica la cifra que dieron a conocer Salvatore Mancuso y Carlos Castaño como los que ellos eligieron al Congreso de la República por parte del paramilitarismo. Yo le diría a Snowden, amplíe la cita, porque lo que nunca ha salido de mi boca es ningún anuncio comprometedor con absolutamente nadie.

¿El Polo mantiene sus reservas con respecto al proceso de La Habana? ¿Si usted es elegida presidenta el 7 de agosto manda a bombardear a las Farc o, por el contrario, insiste en que hay que buscar una salidad negociada al conflicto armado interno?

El Polo no tiene reservas con los diálogos en Cuba. Es más, la salida negociada al conflicto armado figura en nuestro programa desde la fundación del Partido, así es que nosotros somos amigos y apoyamos la negociación de paz de La Habana, y en caso de que llegue a ser Presidente de la República honrraré todos los compromisos que haya asumido el presidente Juan Manuel Santos en esos diálogos, y si no han terminado tengan la seguridad de que yo sí los puedo llevar a feliz término dentro de las condiciones de una sociedad diversa, donde hay distintas opiniones, pero donde el grueso del pueblo colombiano está reclamando la paz.


Usted fue una de las primeras personas que salió a denunciar los llamados ‘falsos positivos’ (ejecuciones extrajudiciales en las que estaban involucrados miembros de las Fuerzas Militares de Colombia) y algunos la tildaron de exagerada. ¿La historia terminó dándole la razón?

Tristemente, pero la historia ya venía en curso cuando yo hice la denuncia. A mí me criticaron mucho porque fue una conclusión que saqué de 17 casos de jóvenes desaparecidos de Soacha (Cundinamarca) y Bogotá que estábamos tratando de identificar y buscar. Eran muchos más los perdidos, pero cuando tuvimos noticia de que en Ocaña (Norte de Santander) había aparecido un joven que necesitaba ser traído a Bogotá, mandé a un funcionario de nuestro programa de víctimas, y la información que él envió concatenada con las fechas que aparecían en la Defensoría del Pueblo, pude concluir que se trataba de esa aberración que creo que la gente no pensaba que pudiera haber algo peor de lo ya sucedido. A mí me preguntó Dario Arizmendi por Caracol que si yo pensaba como el personero de Soacha que eso era reclutamiento ilegal, y le dije que eso era algo mucho más grave. Una degradación peor, si la cabe en el conflicto armado interno colombiano. Esto es desaparación forzada con fines de homocidio. Por ejemplo un muchacho Johan aparecía en la Defensoría del Pueblo reportado por su madre como desaparecido en una fecha 19 e ingresado a Medicina Legal como ‘N.N.’ en Ocaña el día 20. Hay trece horas entre Bogotá y Ocaña. Eso fue que lo bajaron del bus y de una vez lo fueron fusilando. Otros dos muchachos tenían tres días de diferencia y el que más tenía era quince días. Usted entiende que reclutamiento forzado no puede ser sin entrenamiento previo que lo disfracen y lo manden al campo de batalla. Además, muchos de los jóvenes se veía claramente por los antecedentes familiares que eran gente de bien. Uno incluso tenía empleo, otro era discapacitado mental. Así es que este es un caso de los que más me ha conmocionado en la vida, porque hasta allá ha llegado la mercantilización en esta sociedad: pagar por matar gente.

¿La guerrilla de las Farc, como en las dos anteriores elecciones, terminará decidiendo quién es el próximo presidente?

Pienso que no. Aquí quien decide quién es el próximo Presidente de la República tampoco es el pueblo. Desafortunadamente en Colombia hemos caído en una formalidad de la democracia. El dinero influye mucho en la manera como se reportan las noticias, la plata en las campañas políticas es un tema cuestionable y exagerado, y desde luego la falta de pulcritud en la organización electoral. No fue posible que se implementara el voto electrónico a pesar de que la Ley lo ordena desde hace más de siete años. Todo eso nos indica que hay andamiajes estructurados para impedir el cambio en el país, pero vamos a apelar a los ciudadanos porque ellos son los que tienen el poder y el voto. Esperemos que sea la ciudadanía la que finalmente se quite el velo de los ojos y vote bien, para que la gobiernen bien.

¿A usted le angustia el Páramo de Santurbán -en un país en el que el 70% del agua proviene de esos ecosistemas- o lo que le interesa es traer inversión al costo que sea y tomarse la foto con los ‘místeres’ de las multinacionales?

Me duele mucho el Páramo de Santurbán y me duele el Páramo de Sumapaz y la cadena de páramos alrededor de Bogotá. Siendo alcaldesa tuve la fortuna de poder concretar un estudio para la protección de todos los páramos de los cuales vive la capital de la República para su agua y de los cuales viven los pocos campesinos que todavía quedan en el territorio del Distrito para sus cosechas. No dudé en proteger esos páramos. La tesis es que las ‘locomotoras’ tienen una desgracia: están en un riel y no tienen cómo frenar para evitar espichar a un niño. No creo que la economía colombiana esté para la ‘locomotora’ minera, porque está generando demasiadas víctimas. Sí creo que necesitamos la minería, que es un enorme recurso que tiene como propietario a todo el pueblo colombiano y que se tiene que distribuir equitativamente para generar bienestar, para sembrarlo en justicia social. Así que repito la frase que ya se ha vuelto un dicho en el movimiento democrático en Colombia: “Minería sí, pero no así”. Tienen que pagar impuestos, tienen que respetar el medio ambiente, tienen que respetar las cláusulas laborales de los pliegos que firman con los sindicatos, en fin, tienen que respetar las reglas que han hecho del mundo una civilización que hasta hace poco estaba avanzando, hasta que se empezó a echar por tierra el Estado de Bienestar en Europa, ese que no hemos podido todavía construir en estas tierras.

¿Usted es tan ‘macha’ que fue capaz de darles la patada a los Moreno Rojas?

Soy una persona de una firmeza de convicciones profundas y una persona que no me tiembla la mano para hacer lo correcto. No he dicho que le haya dado la patada ni a los Moreno ni a los distintos sectores que en este país han hecho daño; la Justicia es la que tiene que hacer esas cosas. Lo que sí fui capaz de demostrar es que se puede gobernar y gobernar bien. Esa es la peor patada que le puede dar uno a todos los que están incursos en inconsecuencia política y en corrupción.

Por último, ¿qué les responde a quienes para descalificarla la tildan de ‘mamerta’?


Como no pertenezco a la generación de los epítetos. Soy una mujer de izquierda sin lugar a dudas; una mujer de profundas convicciones democráticas y quiero decirle Pastor que el problema en Colombia es que es tan pobre la deliberación pública que aquí se considera comunista a todo el que busca la justicia social y, algo peor, se considera delincuente a todo el que expresa de manera civilizada la inconformidad social y política en este país de desigualdades. A ellos les tengo que contestar que en el mundo civilizado una persona como yo es considerada una persona normal, porque eso es lo que dicta la ética, esa es la palabra de Jesús en el Evangelio y es la palabra que va a sacar adelante a este país, hacia salidas pacíficas de convivencia. Eso es lo único que puedo decir en mi defensa.