El senador Néstor Iván Moreno Rojas recluido en la celda 40 de la cárcel La Picota y su hermano el alcalde de Bogotá suspendido tres meses. Los hijos de ‘La Capitana’ María Eugenia Rojas y nietos del dictador Gustavo Rojas Pinilla, están en líos con la Corte Suprema, la Procuraduría, la Fiscalía y la Contraloría, y todo a nombre del ‘Carrusel de la Contratación’.
Un escándalo
destapado en gran parte por las denuncias de personas como el ex candidato
presidencial Gustavo Petro Urrego y el concejal de Bogotá, Carlos Vicente de
Roux, quienes desde octubre de 2010 ya habían advertido públicamente en su
informe de 100 páginas de toda la corrupción que se escondía detrás de los
primos Nule y sus contactos que le permitieron acaparar la mayor parte de los
grandes contratos en Bogotá y otras regiones de Colombia entre las que
Santander no quedó por fuera.
“Una asociación
para delinquir muy poderosa de empresarios, políticos y funcionarios públicos
cuyo propósito de manera premeditada y a lo largo de toda la administración de
Bogotá era usar la contratación para transferir recursos públicos hacia el
enriquecimiento ilícito particular de unas cuantas personas. Esa tesis nos
llevó a plantear la expulsión del Polo de (Néstor) Iván y Samuel Moreno
responsables por acción y por omisión de estos hechos, y finalmente ante la
apatía que tuvo la mayoría de la Dirección del Polo sobre este tema, pues nos
tocó renunciar al partido”, manifestó Petro.
“Yo me retiré del
Polo Democrático hace más de un año y no estoy aquí para hablar del Polo, sino
para fundar el Movimiento Progresistas, independiente de los partidos políticos
tradicionales, con unas propuestas básicas que incluyen quitarle el Estado a
las mafias de la contratación y del narcotráfico a lo largo y ancho del país;
fortalecimiento de la educación pública; apoyo decidido a la restitución de
tierras a las víctimas, así como una estrategia de gobernanza del agua ahora
que se ha vuelto tan importante por el derecho al agua potable que se aprobó en
Naciones Unidas, por la adecuación de la ciudad al agua y no al revés, y por la
defensa del Páramo de Santurbán porque el agua vale más que el oro”, dijo Petro
el pasado viernes 6 de mayo.
Entrevista exclusiva realizada en mayo de 2011 al exsenador que se convirtió en
uno de los principales acusadores de las aberraciones cometidas por los
paramilitares y los congresistas elegidos a nombre de su causa a punta de
dineros sucios y la presión de los fusiles, así como uno de los promotores del
debate por el llamado escándalo de ‘Las Chuzadas’ -interceptaciones ilegales a
magistrados, periodistas y opositores- por el que están salpicados algunos
altos funcionarios de la Presidencia de la República en tiempos de Álvaro Uribe
Vélez.
“Los hombres del
presidente Uribe son responsables de alto nivel del cartel de la contratación
en Bogotá. Incluso las reuniones hoy descubiertas, masivas, entre Álvaro
Dávila, amigo de Samuel Moreno y estructurador del ‘Cartel de la Contratación’
de Bogotá, con Edmundo del Castillo, secretario jurídico de Uribe Vélez, son
una demostración plena de una alianza entre sectores del Gobierno Nacional y
sectores de la Alcaldía de Bogotá para construir un ‘Cartel de la
Contratación’”, arranca advirtiendo Petro, mientras a su lado no parpadea su
correligionario Guillermo Alfonso Jaramillo, ex gobernador del Tolima.
¿Cuándo va a pasar la hora de las mafias?
Las mafias tienen
un punto vulnerable y es que solo pueden actuar en la oscuridad, clandestinas,
y como el vampiro si sale la luz las quema. Lo que hemos visto en este año de
manera dolorosa es colocarle el sol a mafia tras mafia de todo tipo y esa es la
mejor manera de destruirlas. Obviamente al final es el ciudadano al escoger el
poder el que decide si continúan, si las revive o si definitivamente las
entierra.
¿Está pasando la hora del uribismo?
Yo no soy tan
sectario. Uribismo es mucha gente y allí hay personas bien intencionadas a
quienes no podemos llamar mafiosos porque sean uribistas. Esos millones de
colombianos que han venido defendiendo el proyecto uribista lo hacen por
criterios que consideran sanos como la seguridad o porque simplemente creen en
él casi religiosamente. Dentro del uribismo sí se mueven unas mafias muy
poderosas. En su afán de destruir las Farc, el uribismo abrió la puerta de
atrás de la cocina y los sótanos a las mafias, que entraron y se quedaron con
la puerta de adelante incluso. El Polo también fue penetrado por las mafias de
la contratación y como el uribismo tampoco tuvo la guardia en alto, no se
defendió de ellas y he ahí la razón de su crisis actual a pesar de que lo
anunciamos, a diferencia de los partidos del uribismo donde nunca hubo a su
interior una reacción crítica con excepción de una persona o dos.
¿La Corte Suprema, la Procuraduría y
los demás órganos de control le están dando la razón a Petro?
Nosotros
nunca tuvimos dudas de nuestro trabajo. Yo tengo más de diez años de labor
parlamentaria y me han dicho loco, mentiroso y calumniador, pero nuestro método
de investigación es muy serio y sabemos lo que decimos. Al hacer el trabajo
sobre la contratación de Bogotá cómo no íbamos a hacer un trabajo serio; sin
embargo muchas de las voces que se alzaron empezaron a descalificarlo con
groserías, incluso sin haberlo leído.
¿Por fin el país va a descansar de los Moreno Rojas y de
la Casa Anapo?
Yo quisiera que se
descansara de los métodos. Para mí estas personas, al igual que los
parapolíticos que fueron a la cárcel, etcétera, pues son seres humanos. Una
cosa es el hombre y la mujer política, y otra cuando ya es un ser humano el que
entra a la cárcel. Regodearse sobre la persona caída no ha sido mi interés
nunca. Estas experiencias tienen que servir para que la gente pueda comprender
y no repetirlo. Lo que hay ahí detrás es un método mafioso en el sentido de la
defensa de intereses familiares sobre lo público. Ese tipo de prácticas que
llevan al robo y a la corrupción, no puede el método de la política en
Colombia.
¿Néstor Iván se aprovechó de la ‘nobleza’ de Samuel? ¿El alcalde de Bogotá se dejó llevar?
¿Qué pasó?
Ese es un tema
familiar que además yo no quiero explorar. Iván Moreno había desarrollado un
método en la Alcaldía de Bucaramanga que generaba dudas. Cuando a él lo meten
al Polo, porque él no es fundador del Polo, mucha gente lo advirtió. Yo tenía
mucha desconfianza y nunca me la quité. Había una serie de actitudes y era
indudable que de allí no podía salir un proceso democrático como el que
nosotros queríamos. El problema fundamental sucede cuando en la lucha por la
Alcaldía de Bogotá, (Antonio) Navarro, María Emma (Mejía) y yo fuimos
derrotados en la consulta del Polo y ganaron los Moreno Rojas. Allí sí que
crecieron nuestras tribulaciones porque significaba que ese tipo de métodos
llegaban al poder. Mire el resultado y estas experiencias no se pueden repetir.
¿Si los bogotanos hubiesen conocido el resultado de la
alcaldía de Néstor Iván Moreno, habrían elegido a Samuel?
En esas elecciones
Iván Moreno apenas entraba al Polo, así que era muy difícil porque la
trayectoria de Samuel, sin que fuera muy brillante, pues no era del mismo
calado de la de Iván. Samuel había sido parlamentario, nunca había
administrado, no tenía ningún elemento de corrupción en su pasado, no era un
gran parlamentario pero tampoco era de los que iban a dormir allí. Samuel tenía
una figura amable, un poco sin ideas, lo cual tiene quizás un elemento de
debilidad ya cuando su hermano Iván se abalanza sobre el conjunto de la
administración.
¿Le importa a Petro que Néstor Iván, Samuel hijo, Samuel Moreno
Díaz padre y María Eugenia lo odien?
Me odian y mucho.
No solamente a partir de estos hechos, porque venía de atrás el tema. Pastor,
le confieso que siento temores. Sé que hacen reuniones y miran la manera de
destruirme. La destrucción de Petro puede equivaler a la salida de ellos de su
problema. Es decir, igual que en algún momento con el paramilitarismo o con el
uribismo, la destrucción de Petro podía equivaler a otro tipo de proceso con
los paramilitares. Aquí estoy en la misma circunstancia: la destrucción de
Petro puede equivaler a la salida de los Moreno Rojas de su problema, y
obviamente que eso me llena de temor a mí y a mi familia.
¿Usted sigue durmiendo con la subametralladora debajo de
la almohada?
No, yo quise
abandonar eso y un poco mi salida del Congreso era una forma de liberarme de
todo ese tipo de anomalías en mi vida, porque vivir entre escoltas, aunque hoy
ocurre todavía, no es un buen vivir.
En diciembre de 2002, el entonces alcalde Néstor Iván
Moreno me aseguró en una entrevista que su abuelo el dictador Rojas Pinilla es el
mejor presidente que ha tenido Colombia y que él algún día él sería considerado
como el mejor alcalde de Bucaramanga.
Ni el mejor
presidente ni el mejor alcalde. Esa es la realidad del país.
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