Segunda parte de esta
exploración al mundo de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, creada hace
80 años por el español José María Escrivá de Balaguer y Albás, convertido en
santo por el papa Juan Pablo II en 2002.
Alfredo Enrique
Velásquez Montealegre sabe disimular la incomodidad que le causan algunas
preguntas, pero sigue adelante, explicando y defendiendo los alcances de la
prelatura personal del Opus Dei.
Sentado en la
salita que da al patio de la casa ubicada en la calle 44 con 29, el director
del Centro Cultural Las Palmas intenta conservar la compostura al escuchar las
afirmaciones de quienes ayer seguían a pie juntillas a san José María Escrivá de
Balaguer y Albas, marqués de Peralta, y hoy (octubre de 2008) cuestionan su pensamiento.
Afirma que
cualquier persona, sin importar el dinero que tenga, puede ingresar a la orden,
pero guarda sigilo cuando se le pregunta por la identidad de sus miembros en
Santander, que aspiran a alcanzar la santidad en la vida cotidiana, con esmero
y sufrimiento.
¿Los curas pederastas a dónde van?
Dios es el único
que juzga. No podemos decir nada. Dios sabrá qué les ha pasado, por qué les ha
pasado y sabrá juzgarlos con absoluta justicia pero con absoluta misericordia.
Eso no lo entendemos los hombres; en Dios sí es posible.
Juan Pablo II negó que el infierno existiera como
lugar físico. ¿Ustedes cómo lo ven?
El infierno es
estar separado de Dios, que es un dolor inmenso, más grande que cualquier dolor
imaginable porque el hombre está para estar con Dios. Quien no hace méritos permanecerá sin Dios y ese es
el infierno.
¿Y entonces esos cuadros que dibujan llamaradas,
serpientes y seres demoníacos?
Eso son
ilustraciones que a catequistas y profesores les parecieron adecuadas para que
los niños y otras personas fueran entendiendo, pero cuando la persona tiene una
cultura un poco mayor se da cuenta que son solo eso: ilustraciones de una
situación. El demonio y el infierno existen, pero no son lugares ni personas
físicas. El demonio es un espíritu malo que influye sobre las personas y el
mundo. Y el infierno es el estado de separación de Dios.
¿Será entonces que el demonio se apoderó de Fernando
Quiroz y lo llevó a que escribiera la novela “Justos por pecadores” -ver
edición 142 de 15- en la que devela
un mundo siniestro detrás del Opus Dei?
Algunos podrían pensar
que sí al leer algunas cosas que escribió. Puede ser que influido por diversas
situaciones, porque quizás Fernando tuvo un paso por la obra muy negativo.
Quiero decir: leyendo sus entrevistas y su libro, siente uno que lo marcó
muchísimo. Tal vez es de las personas que no logró asimilar muchas cosas de la
obra, habiendo estado muy poco tiempo, porque en un año largo uno no alcanza a
contemplar todo.
Para mí resulta
dolorosísimo porque conozco la obra de toda la vida y es mi familia, pero de
todas maneras algo lo llevará y doy por descontada su buena voluntad. Él
siempre ha manifestado que lo hace con total rectitud y por hacer una denuncia.
En la obra respetamos eso, pero al mismo tiempo nos duele porque muchas cosas
son equivocadas, dañan la fama y han hecho mucho daño a la obra. No pienso que
el camino sea controvertirlo. En su conciencia él sabrá y Dios sabrá.
¿Hay mentiras en ese libro de Quiroz?
Sí y no. Él dice
que es una novela con componentes reales, entonces de las afirmaciones que hace
uno cómo puede establecer cuáles son novela y cuáles son ficción. Él debería
publicar un catálogo diciendo esto es novela y esto es real. Si uno leyera
literalmente todas las cosas que aparecen en su libro, hay muchísimas mentiras.
¿Por qué hay tantos ex miembros del Opus Dei que son
tan críticos de la obra y han creado sitios como www.opuslibros.com donde la
que cuentan es una película completamente distinta?
Me parece que
son casos similares al de Quiroz, que han tenido una experiencia muy dura, no
han asimilado bien la exigencia y les quedó muy marcado. A tal punto que los ha
llevado a ponerse en contra de la obra. Es triste pero es una dura realidad. Si
una persona abandona una institución y habla mal de ella, generalmente es
porque le fue mal, porque tuvo una mala experiencia y eso lo dejó marcado.
También puede ser que después de haber conocido el Opus Dei no están de acuerdo
y se puede no estar de acuerdo porque estamos en un mundo libre. Están en su
derecho, ojalá lo hagan respetuosamente y ajustados a la verdad. Lo de Fernando
no me parece nada bien porque entre ficción y realidad pone en el medio a una
institución que para muchas personas es queridísima. Es una afrenta durísima,
pero así es la vida y tenemos que asimilarlo.
¿Qué puede llevar a que un doctor en teología de la
Universidad de Navarra y canónigo de la Catedral de Toledo (España) como
Enrique Pérez Amez (ver recuadro), diga: “Percibo mis años en el Opus Dei como
una mezcla de tomadura de pelo y manoseo indecoroso e indecente de la propia
vida”?
Su mala
asimilación de la vocación y del espíritu del Opus Dei. No logró asimilarlo y
puede ser por error de nosotros los directores. Quizás fracasamos con esa
persona y no logramos venderle la idea. Siendo el ideal de la santidad que
promueve el Opus Dei algo tan noble, originar en esta persona y en otras así
este tipo de reacciones, quiere decir que no lo hicimos bien, tenemos que
esmerarnos en hacerles vivir con cariño y aun si no quisiera seguir que no
siguiera, pero de modo amable y positivo. Es un gran fracaso.
Puede también
haber culpa en él, que no logró asimilar o que no se exigió, pero es muy
triste. En cualquier institución pueden darse ese tipo de situaciones.
¿Pero cómo es posible que alguien llegara tan alto y
ahora haga afirmaciones como: “Escrivá edificó el Opus sobre las cenizas del
miedo, la ingenuidad, la ofuscación, el oscurantismo y, sobre todo, ‘las promesas de un incierto más allá’ puesto
al alcance de las manos de sus adeptos”?
Eso es
sorprendente, pero lamentablemente se da por una confluencia de circunstancias.
No debería darse.
¿Cualquier persona puede ser miembro del Opus Dei o
hay algún tipo de veto?
Para estar en el
Opus Dei se necesita vocación. La vocación es un llamado personal de Dios que
experimenta la persona y que los directores espirituales le ayudan a evaluar.
Es algo muy personal. Cuando una persona ha ido conociendo el Opus Dei un
tiempo prudencial y de modo adecuado, él mismo puede pedirle su admisión al
director del centro al cual está asistiendo. Puede decirle ‘me parece un ideal
maravilloso y siento como que Dios me llamara a la obra’. Podría ser que no sea
él el que lo plantee sino yo como director.
Sea de una
manera o de la otra, él se lo plantea a fondo y lo estudia durante un tiempo. Como
director le planteo al consejo local que me asesora, que fulanito de tal me
expresó o yo le expresé y lo veo así y así, entonces que lo piense unos meses.
El tiempo no está reglamentado, porque hay gente que ha conocido la obra y ha
ingresado en dos o tres meses, y otros que han tardado veinte años. El director
tiene que conocer a la persona y eso implica en sus cosas personales. No es un
conocimiento solo externo de qué títulos tiene o dónde vive, sino también en
sus disposiciones de lucha porque al Opus Dei se viene es a luchar por ser
santo en la vida cotidiana.
Entonces si él y
el consejo local consideran que sí hay una vocación de por medio, lo pueden
autorizar, y ahí es donde comienza el acto jurídico por el cual una persona se
adscribe. Le escribe una carta al prelado o al vicario en donde solicita; esa
carta la custodio yo y se van dando los pasos hasta cuando la persona es
admitida.
¿Cuenta mucho la declaración de renta? ¿alguien que no
viva en Cabecera o que no tenga finca en la Mesa de los Santos puede ser
miembro del Opus Dei?
La obra no tiene
un condicionamiento o discriminación hacia ningún estrato ni económico, ni
intelectual ni de ningún estilo. En Bucaramanga el único centro que existe por
ahora es el de Cabecera, en un barrio bueno, pero con el paso del tiempo habrá
centros en todos los estratos. Ya en un buen número de ciudades del mundo hay
centros de la obra en todos los estratos. En Colombia todavía no porque la
labor no se ha desarrollado tanto. En Bogotá ya casi estamos ocupando todos los
estratos. Estamos abiertos a todo tipo de personas.
¿Cuántos numerarios, supernumerarios y aportantes del
Opus Dei hay en Bucaramanga?
Somos cuatro
numerarios y 21 supernumerarios. Aparte de eso hay unos 50 cooperadores, pero
ellos no son miembros del Opus Dei.
¿Qué otras propiedades tiene el Opus Dei en esta
ciudad, aparte de esta casa en el Parque de las Palmas?
Pues en sentido
estricto ninguna otra. En sentido amplio: el Colegio Saucará, el Colegio
Cantillana y el Pre-escolar Yatay. Digo en sentido amplio porque estrictamente
no son del Opus Dei. Están promovidos por algunas personas del Opus Dei, pero
la obra como tal no responde por ellos. El Opus Dei da asesoría y como director
voy y trabajo, pero eso es de la Asociación para la Enseñanza Aspaen, que es a
nivel nacional. Los bienes, el terreno, los edificios, pertenecen a la
Corporación de Padres de Familia Corpade.
¿Qué personalidades locales están en las filas de este
‘ejército de Dios’?
No puedo
responderle por dos razones: habría que discutir qué es una personalidad y no
me parece un tema adecuado. Yo creo que personalidad somos todos. En la obra no
se le da mayor importancia a César Mauricio Velásquez porque esté en la
Secretaría de Prensa de la Presidencia, que a la empleadita que nos barre la
casa. Mejor dicho, le doy más categoría a la empleadita porque la admiro.
Segundo, porque
ser del Opus Dei es de la intimidad de las personas. ¿Por qué yo voy a estar
divulgando que X, Y ó Z persona es de la obra? Que lo diga él o ella, pero yo
divulgarlo sería una indelicadeza. Si es una cosa de su lucha personal por qué
tiene que estar contando que busca la santidad en medio del mundo.
¿Entonces qué figuras públicas son del Opus Dei?
Tampoco le
respondo en razón de la misma discreción. Si esas personas me ven en el
periódico 15 diciendo que son del Opus Dei, pues me reclamarán por qué lo
dije sin su autorización, siendo ese un asunto de su intimidad. Eso es como si
me preguntas qué personas tienen en su casa tal tipo de muebles. ¿Hace falta
meterse a la casa de la gente?
Entiendo su
interés como periodista, pero para el Opus Dei eso no es importante. Dime de
esos 90.000 miembros cuántas personalidades del mundo habrá. Son poquísimos y a
veces decimos que es muy bueno que mencionen a César Mauricio Velásquez o al
almirante Guillermo Barrera, ¿pero los demás no somos importantes? Nos deberían
sacar también a los demás. Los 89.000 restantes pesamos más. ¿Por qué a ellos? ¿Porque
alcanzaron un puesto público? En la obra nos manejamos en un ambiente
espiritual y sobrenatural. El fundador decía que la importancia del trabajo se
mide por el amor de Dios que se pone, no por el cargo y posición humanos que
son tan relativos.
¿A qué le atribuyen la imagen negativa a nivel
internacional que tiene el Opus Dei en ciertos sectores y que haya personas que
digan que “en la obra todo es absurdo, nada tiene sentido. El Dios de Escrivá
no es el de todos y... Dios o es el de todos o no es”?
Desconocimiento
de la obra y en algún caso a una mala asimilación de las cosas que se viven en
la obra. Yo, que he estado toda mi vida en la obra, cuando escucho unas
palabras como estas, digo ‘esta persona no comprendió; se enteró de algo pero
muy poco y tal vez se quedó con el cilicio y no vio otros aspectos’.
Quienes hablan de un “holocausto opusdeístico”, ¿a qué
se refieren?
No sé quienes
son ésos. No sabría decir a qué se refieren cuando dicen holocausto. Algunas
personas tienen una percepción de la obra como una fuerza social, política,
económica, y eso no es cierto. Puede ser que haya personas del Opus Dei en
posiciones políticas importantes, que haya gente con mucho poder económico en
el Opus Dei, porque es que la santidad es para los que son pobres y los que son
ricos; pero que haya un movimiento oscuro, secreto, para apoderarse o para
atacar a éste o al otro, eso no es así.
Sí podría decir
que hay un gran espíritu apostólico y evangelizador. Las personas de la obra,
como los católicos en general, procuramos influir mucho en la sociedad, pero
respetando la libertad de cada uno. Ojalá que todos los legisladores fueran
personas que entendieran la moral cristiana. Es un fracaso de la Iglesia y de
los católicos que se aprueben cosas que son contrarias a la moral como el
aborto y la eutanasia.
¿Qué explicación le da a quienes cuestionan la
canonización relámpago de Escrivá, quien murió en 1975, fue beatificado 17 años
después y hecho santo en 2002?
Que investiguen
bien cómo se dieron todos los pasos jurídicos para ello, que ha sido un punto
en el que la Iglesia se ha dinamizado muchísimo. Cada vez más rápido se está
beatificando y canonizando cuando hay lugar. El proceso de canonización del
fundador se llevó con mucho cuidado, diligencia y categoría. No podía ser menos
porque si el Opus Dei predica hacer bien las cosas por amor a Dios, cómo el
proceso del fundador iba a ser hecho con menos nivel.
¿Qué concepto tiene el Opus Dei de los jesuitas?
A los jesuitas
les tenemos un aprecio y una admiración muy grandes, cada uno en su esfera
porque los jesuitas son una comunidad religiosa y como tal buscan la santidad
apartándose del mundo; en cambio en el Opus Dei buscamos la santidad en medio
del mundo y no haciendo una presentación pública de santidad, sino discretamente
porque en el Opus Dei es esencial vivir sin llamar mucho la atención.
En unos años
duros para la obra hubo una persecución por parte de algunos jesuitas, en los
años 40 en España y en los 50 en Roma, pero fue una cosa aislada por razones
complejas que quisieron atacar y de hecho atacaron duramente. Pero no se
guardan rencores.
¿Soportan a los masones?
Los masones
desde su comienzo han tenido un carácter de ataque a la moral propugnada por la
Iglesia Católica y a veces directamente a ella misma. Hoy ningún masón te dice
que es anticatólico, pero en la realidad sí han ido contra muchas normas de la
moral cristiana, entonces la Iglesia Católica dice que aquellos grupos que son
anticatólicos de manera directa o indirecta a través de sus ataques a la moral,
están equivocados y un católico no los puede seguir porque sería incorrecto e
indebido. Sin embargo, hay que decir que son también criaturas de Dios y que
uno no puede despreciar, tratar mal ni discriminar a nadie.
Vladdo dibuja en la revista Semana un ‘palacito’ presidencial adornado, entre otras imágenes,
con la foto de Escrivá. ¿Cómo lo toma el Opus Dei?
Me parece
divertido y simpático. Ahora, lamento que origina error porque lleva al inculto
y al ignorante a pensar que el Opus Dei influye en el gobierno, en el sentido
de querer controlarlo, y eso no es cierto porque el Opus Dei no es una entidad
de ese tipo. La obra es una institución espiritual.
Si César
Mauricio Velásquez está en la Casa de Nariño es porque ha sido competente, lo
han llamado a servir y no lo hace a título del Opus Dei, ni el almirante
Barrera, ni ninguna otra persona que relacionen con el Opus Dei lo hace a
título del Opus Dei ni por influencia del Opus Dei. Ni a mi ni a nadie nos han
dicho ‘métete para influir’. Claro que me meto donde pueda, donde la vida me lo
permita para influir. Incluso hay gente que piensa que el presidente Uribe es
del Opus Dei, cosa que de ninguna manera es cierta.
¿Tres principios que un numerario del Opus Dei deba
aplicar todos los días?
Hacer las cosas
humanamente lo mejor posible. Ofrecer todo lo que hace a Dios. Tener presentes
a los demás en todo lo que hace.
Si no va a misa cada día, como sí lo hace el
periodista Velásquez, ¿no le pasa nada?
Nada. Mejor
dicho, sí me pasa mucho, dejo de recibir algo muy bueno, como si tú dejas de
almorzar tres días.
¿Tanto como para que le signifique apretarse más el
cilicio o flagelarse?
No, pero para
los católicos sí es obligatorio ir a misa los domingos y para los numerarios
también. Si deliberadamente no fuera a misa el domingo, sin una justificación,
eso es un pecado mortal y tengo que confesarme.
Encontrándose su sede en este parque, donde abundan
los bares y las mujeres hermosas, aunque el muro sea alto, ¿cómo abstenerse de
caer en esas ‘tentaciones’?
Manteniendo un ambiente
adecuado en la vida. Como los miembros de la obra estamos para santificarnos en
medio del mundo y el mundo está lleno de esas tentaciones, lo que uno tiene que
hacer es saber con quién establece cercanía y crear un ambiente positivo,
agradable y correcto. Hay que ser cauto para no entrar en relación con personas
que le puedan hacer daño, no por desprecio, porque no es cristiano despreciar a
alguien. Existe mucho peligro y si uno no es cauteloso termina quien sabe
dónde.
Pero si una noche frente a su puerta se sientan tres jóvenes
en bluyin descaderado, ustedes qué harían: ¿salir a reconvenirlas? ¿ponerse a
rezar por sus almas?
Dedicarme a lo
que tenga que hacer en cada momento, mis llamadas, mi computador y luego irme a
dormir. No me quedo hasta medianoche viendo qué pasa. El peligro y la tentación
están en todas partes: en el periódico, en Internet, en el parque...
"El demonio es
un espíritu malo que influye sobre las personas y sobre el mundo”
“Hay gente que
piensa que el presidente Uribe es del Opus Dei, cosa que de ninguna manera es
cierta”
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