miércoles, 26 de diciembre de 2012

Claudia López, la pulga en la oreja de los parapolíticos


Esta politóloga, coautora del libro “Parapolítica, la ruta de expansión paramilitar y los acuerdos políticos”, habla de su investigación, se refiere a lo sucedido en Santander y analiza la conducta del presidente Uribe Vélez. (Junio de 2008)

 
Irreverente, incisiva y osada. Estas son tres de las principales particularidades de esta diminuta bogotana, de 38 años, que lleva por nombre Claudia Nayibe López Hernández, la investigadora de ojos verdes que tiene con los pelos de punta a los implicados en el escándalo de la llamada “Parapolítica”.

Sus frases son cargas de profundidad dirigidas al corazón de la Casa de Nariño o a sus vecinos del Congreso de la República -en lo que a la capital de la República atañe-, pero también a ‘caciques’, gobernadores, diputados, alcaldes y concejales en el resto de este país de un millón de kilómetros cuadrados de extensión en el que no se puede excluir al departamento de Santander y su área de influencia.

La han llamado calumniadora, le han dicho que su investigación no se apega al rigor científico y algunos han amenazado con demandarla por injuria, pero ella fue quien junto a León Valencia en la Fundación Nuevo Arco Iris, se dio a la tarea de cruzar el mapa de la zonas de presencia  paramilitar con el de los resultados de las elecciones entre 1997 y 2006, para abrirle los ojos al país y a la comunidad internacional sobre un escándalo ante el cual el Proceso 8.000 queda como un asunto de poca monta: la “Parapolítica”, con el que se comprobó que el extraditado criminal Salvatore Mancuso no estaba ‘cañando’ cuando afirmaba que al menos el 35 por ciento de senadores y representantes habían conseguido la elección con su apoyo.

Las cuentas de las votaciones atípicas hechas por López Hernández son contundentes: “los paramilitares llegaron a poner dos millones de votos en las elecciones de Congreso y de ellos el 90% se fue para la campaña presidencial uribista”.

Y aunque asevera que Álvaro Uribe Vélez había podido resultar elegido sin los votos de los ‘paras’, dice que el mandatario “se enfrenta a la decisión de si continua aliado, no sólo electoral sino política y gubernamentalmente con esos votos, lo cual era el trasfondo de la decisión de la Reforma Política, la que a través de la norma de la ‘silla vacía’ lo que pretendía era anular los votos que se obtienen ilegalmente, sea por parte de las Farc, los ‘paras’ o el narcotráfico, y al anularlos quitar esa representación política del Congreso”.

Pero, en su opinión, “lo lamentable es que el presidente no haya renunciado a esos votos y a esas curules de los parapolíticos, las cuales considera que son fundamentales para tener mayorías uribistas en el Congreso. Sin embargo, el uribismo sin el paramilitarismo en el Congreso seguiría siendo mayoría”. Un parlamento de 268 integrantes, de los cuales 40 tienen medida de aseguramiento.

Claudia López no entiende la razón del empecinamiento oficial e insiste en que es fundamental para Colombia “que se deje de hacer política sin recurrir a medios ilegales y violentos, de todo el espectro político, porque el país necesita una izquierda civilista, una derecha civilista y un centro civilista, y para eso hay que renunciar a la combinación de política y violencia, pero el presidente Uribe que tiene el liderazgo y la popularidad para hacerlo, decide que no”.

El único argumento, que López considera mezquino e infame, es que en la Comisión Primera de Senado si se aplica la ‘silla vacía’ “es probable que el ‘parauribismo’ pierda la mayoría calificada, que es lo que se necesita para tramitar las reformas constitucionales como la posible segunda reelección”.

Le parece excesivo un eventual tercer periodo de Uribe Vélez, “por la concentración del poder y el riesgo de que se corrompa”. Ella advierte que “es mentira que si no es Uribe no hay nadie” y con sorna sostiene que no sabe si en el año 2010 los colombianos asistiremos a la posesión o a la ‘coronación’ del mandatario antioqueño.   

López no deja de reconocerle a Uribe Vélez los logros de la política de Seguridad Democrática y los indicadores de crecimiento económico que en 2007 llegaron al 7 por ciento.

Alianza mortal

En concepto de esta comentarista habitual del programa ‘Hora 20’ de Caracol Radio, “el aporte del paramilitarismo en sus zonas de mayor dominio consistió en reducir o eliminar a los posibles competidores, agrupar la votación de varios municipios a favor del candidato escogido, agrupar a los escogidos en unos partidos de confianza, convencer o amedrentar a la población para que depositara su voto por el escogido, y en caso de que todo lo anterior no fuera suficiente, o sólo para no perder la oportunidad, ‘ajustar’ las planillas electorales a los resultados deseados”.

Para hablar del caso de Antioquia, que es el capítulo que ella desarrolla en el libro de 472 páginas de Intermedio Editores, manifiesta que “si se tiene en cuenta que el narcotraficante Pablo Escobar cuando se lanzó a la Cámara en 1982, como suplente de Jairo Ortega, obtuvo 16.650 votos, el potencial electoral de quienes pueden ser presuntamente afines a un proyecto ilegal, armado y mafioso en Antioquia creció 23 veces, más exactamente 2.320%, en 20 años”.

Aunque también detectaron casos más estrambóticos, como el de Eleonora Pineda, quien saltó de ser concejal en Tierralta (Córdoba) con 700 votos, a representante a la Cámara con más de 82.000 sufragios. Le siguen los ejemplos de Carlos Arturo Clavijo y Rocío Arias, “quienes sin ninguna trayectoria política conformaron una fórmula exitosa para Senado y Cámara”.  

Los distritos electorales de los que habla López son aquellos municipios generalmente colindantes geográficamente y en zonas de dominio paramilitar que registran votaciones atípicas a favor de un candidato. Esto le permite corroborar la alianza que convertía en un objetivo inalcanzable “que un político pudiese obtener una votación triunfadora sin un guiño del actor armado ilegal”, personificado en los 32.000 paramilitares que se desmovilizaron y los 5.000 remanentes -Águilas Negras, por ejemplo- que hicieron caso omiso del ofrecimiento consignado en la Ley de Justicia y Paz, que no contempla más de ocho años de cárcel por más crímenes atroces que se hayan cometido.

Piezas que encajan en una estrategia fríamente calculada por Carlos Castaño, Salvatore Mancuso, Macaco, Jorge 40, Don Berna y demás criminales, quienes concibieron una victoria militar, “que consistía en desarrollar una eficacia criminal y de terror que abriera el paso”; una territorial, que buscaba “arrebatar territorios al enemigo, las Farc, el ELN, y después al que se atravesara, incluyendo sus antiguos aliados”; la económica, que pretendía “hacer una contrarreforma agraria para consolidar la expansión cocalera, las rutas del narcotráfico y la concentración de la tierra como mecanismo de amasamiento y lavado de fortunas”; y, por último, la victoria política, que consistía en “asegurar que partidos y políticos a fines a la causa consolidaran poder político y electoral que facilitara y protegiera lo que la trayectoria iba logrando”.

En ese momento de esta película de degradación, corrupción, masacres y el desplazamiento forzado de millares de colombianos, el bipartidismo tradicional registró una caída notable, si no el destierro, y su caudal fue capitalizado por movimientos emergentes, según la investigación de Claudia López.

Eso le permite asegurar que “de las otrora huestes conservadoras el más poderoso partido emergente es Alas-Equipo Colombia. De lo que era el liberalismo y otros partidos de transición como Convergencia Popular Cívica, Fuerza Progresista y Progresismo Democrático, entre otros, surgieron algunos partidos uribistas que pasaron a ser las nuevas figuras electorales como Colombia Democrática, Cambio Radical, Colombia Viva, Convergencia Ciudadana y La U, principalmente”.

Un guión urdido por los paramilitares y vendido como una contribución al desarrollo de Colombia, “que fue apoyada de manera entusiasta por tantos, solapada por muchos y condenada apenas por unos pocos”.

Y concluye Claudia López: “Sin apoyo económico, político y castrense, ceguera gubernamental y amplia impunidad social y judicial, el paramilitarismo nunca habría llegado a tener las magnitudes que tuvo. Sin nada que lo atajara por años, cambió el alma y el trazado social, económico y político del país”.

 

 

El capítulo Santander

“No crea que le voy a dar una entrevista exclusiva. Si quiere pregunte con los demás”. Esta fue la respuesta de la politóloga Claudia Nayibe López, quien con cierto desdén aceptó estas preguntas.

Usted ha reiterado su temor de que el escándalo de la “Parapolítica” no toque al departamento de Antioquia. ¿Ese temor también se extendería a Santander?

Peor Santander. Yo escribí hace tres meses llamando la atención sobre el tema de Antioquia, pero allí por lo menos empezaron las investigaciones y se tomaron unas decisiones; en Santander es patético. ¿Qué ha pasado con el señor Luis Alberto Gil -principal dirigente del movimiento Convergencia Ciudadana-? Sigue caminando tranquilo por las calles y esa investigación no avanza. ¿Con Carlos Barriga -de Norte de Santander? ¿con (Luis Alfonso) Riaño -de Cimitarra-?

El nivel de impunidad en el tema de las investigaciones de “Parapolítica” con Santander es peor que el de Antioquia, que ya es increíble tener que decirlo.

¿Alguna teoría política podría explicar el crecimiento de un movimiento como Convergencia Ciudadana?

La combinación de las formas de lucha. La combinación de ilegalidad y legalidad es lo que ha explicado, sin duda, el crecimiento de fenómenos y organizaciones políticas como Convergencia Ciudadana, como Alas-Equipo Colombia, como Colombia Democrática, como Colombia Viva. Es esa combinación de mecanismos legales e ilegales lo que ha hecho que crezcan de esa manera tan aparentemente espectacular.

¿Qué tuvo que ver en este episodio de la “Parapolítica” el ex gobernador de Santander y ex coronel de la Policía, Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo? ¿O es que lo están persiguiendo injustamente?

No creo que sea una persecución política ni nada por el estilo. Creo que hay elementos suficientes, hay elementos probatorios, testimoniales y documentales suficientes para que se hubiera decretado por lo menos una orden de aseguramiento para iniciar a fondo esa investigación. Lamento que la Fiscalía (General de la Nación) hasta el momento no lo haya hecho, pero espero que tome decisiones pronto.

El senador Mario Uribe Escobar, primo hermano del presidente Uribe Vélez, se consideraba un intocable pero hoy en día está en la cárcel. ¿Quedan intocables en Colombia?

Esta democracia, como cualquier otra, se muere el día que haya intocables. El día que haya cualquier ciudadano que se crea por encima de la justicia, se acaba la democracia. Ni Mario Uribe ni nadie en Colombia se puede creer por encima de la justicia. Por fortuna ese incidente desastroso en el que él pretendía evadir la justicia colombiana asilándose en Costa Rica, por lo demás vergonzoso que el primo del presidente pretendiera fugarse, se logró superar y lo importante es que está respondiendo ante la justicia. No sé si Mario Uribe vaya a ser declarado culpable o inocente, no importa; lo importante es que los jueces en derecho investiguen y juzguen su situación, con toda imparcialidad, con ceñimiento a las reglas. Si desde el punto de vista jurídico lo encuentran inocente, lo importante es que lo hayan juzgado.

¿Claudia López es Juana de Arco, como la descalifica un parlamentario de Cambio Radical? ¿Una ‘vieja incómoda’? ¿Una mala investigadora, como dicen en el periódico El Colombiano? ¿O una celosa de los triunfos paisas?

No, eso no tiene ninguna importancia. Soy una ciudadana colombiana preocupada por su país, que se interesa en los temas políticos porque pa’eso estudió y en eso trabaja. ¿A qué tanta gente le incomode? Eso es parte del debate político y cuando uno se mete en éste tiene que saber que el debate político es arduo, franco, duro y beligerante. Entonces yo no me asusto, ni me intimido, ni me siento porque usen una u otra apreciación sobre mí. Eso no tiene ninguna importancia y es perfectamente respetable.

Yo no me creo Juana de Arco ni nada por el estilo, porque entre otras cosas no tengo espíritu de mártir y no sé si quienes me comparan con Juana de Arco es porque me quieren mandar a la hoguera, espero que no, pero lo que sí es cierto es que esta vocería muy notable y coyuntural que tengo en la discusión política colombiana, más que por mis grandes habilidades se explica por el vacío, porque no hay otras voces. Es increíble que sea una columnista-investigadora la que tenga tal nivel de preponderancia en la discusión pública. ¿Dónde están los candidatos presidenciales, los que quieren ser presidentes, los presidentes de los partidos? Ésos deberían ser agentes que lideren la discusión política. No es por mi sobrado talento sino porque en el país de ciegos el tuerto es rey.

 

 
Nueva revelación

El pasado 4 de junio la periodista Sonia Rodríguez, de la emisora La W, despertó a los colombianos con una extensa grabación que le agrega más elementos al escándalo de la “Parapolítica”. Se trata del testimonio ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, de David Hernández, alias Diego Rivera, quien además de asistentes de Julián Bolívar era la persona encargada de llevar las actas en Santa Fe del Ralito, zona donde el Gobierno nacional concentró a los paramilitares desmovilizados.

En la cinta del 14 de enero, Diego Rivera habla de la financiación de los paramilitares a las campañas políticas y del temor de sus comandantes a que en el año 2010 se desmontaran todos los beneficios judiciales que les otorgaron y “vayan a parar a la Corte Penal Internacional”.

Según Rivera, en Santa Fe de Ralito hablaron “de cómo ayudar a que Hugo Aguilar -ex gobernador de Santander- en el 2010 fuera presidente de Colombia”, y agregó que “la campaña de Aguilar a la Gobernación se financió con recursos de Macaco y de Julián Bolívar.

También habló de una reunión de media hora celebrada en la piscina del Hotel Chicamocha, de Bucaramanga, a la que asistieron Rivera, dos paramilitares de alias Tarazá y Alfonso -con influencia en el sur de Santander-, así como el entonces senador Luis Alberto Gil Castillo, el senador Óscar Josué Reyes y el representante a la Cámara, Luis Alfonso Riaño, todos ellos de Convergencia Ciudadana, y el representante Óscar Suárez Mira, del grupo Alas-Equipo Colombia. Hablaron, según Rivera, de apoyos políticos y económicos, así como de sus proyectos comunes.

El ex coronel Aguilar Naranjo ha negado hasta el momento cualquier nexo con los grupos paramilitares. Rivera viajó a Estados Unidos como testigo protegido.

 

 

En 2006 Claudia López, León Valencia y demás investigadores de la Fundación Nuevo Arco Iris que habían trabajado en el asunto durante dos años, más las confesiones de algunos involucrados, hicieron estallar el escándalo de la llamada “Parapolítica”, que llevó a cuestionar la legalidad del Congreso de la República así como la elección de gobernadores, alcaldes, diputados y concejales.
 
“La mafia y el crimen se tomaron parte de la torta y la discusión es si esa parte sigue creciendo o no”, reflexiona la politóloga Claudia Nayibe López, quien participó en Bucaramanga en un seminario organizado por la empresa Conexión Global, donde acotó que “para subsistir en Colombia hay que ser irremediablemente optimistas”.

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