miércoles, 26 de diciembre de 2012

Carlos Lozano: "No somos una Voz en el desierto"

La publicación del Partido Comunista llega a la edición 2.500 y su director Carlos Lozano explica la función que cumple, a la vez que habla de temas candentes como el futuro de la guerrilla.

 
Carlos Lozano Guillén sabe de sobra que declararse comunista en un país como Colombia, le puede significar desde una simple agresión verbal hasta un ataque mortal, y por esa razón a donde va le acompañan cuatro escoltas que no le quitan el ojo aún dentro de la camioneta blindada.

Este tolimense que ahora aspira a la Cámara de Representantes por el Polo Democrático, es el director del periódico Voz (conocido en los años 80 como Voz Proletaria) y forma parte de la organización “Colombianos y Colombianas por la Paz”, que sigue intercediendo con la senadora Piedad Córdoba a la cabeza para lograr la liberación de aquellas personas que llevan hasta más de diez años secuestradas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc.

Lozano estuvo en Bucaramanga -en julio de 2009- con motivo de la edición 2.500 de su publicación y para asistir a un bazar en el barrio ‘Manuela Beltrán’, construido en la Comuna 10 de esta ciudad por trabajadores de escasos recursos con el aliento del Partido Comunista.

¿Voz es una voz en el desierto?

No, no somos una voz en el desierto. Voz representa una franja de opinión muy importante en el país, una franja de izquierda, de sectores sindicales y populares, y que tiene espacio. La prueba es que estamos cumpliendo 52 años de vida y hemos llegado a la edición 2.500.

¿Qué ha pasado con tantas denuncias, especialmente de violaciones a los derechos humanos y de masacres en el Magdalena Medio, que ha hecho Voz? ¿Sirvió eso para algo?

Hoy en el país hay un movimiento de derechos humanos y eso se debe en buena medida a la labor persistente, no solo de Voz sino de muchas organizaciones sindicales, de la izquierda y populares, que han venido trabajando en el tema. Hace 20 ó 30 años era solo Voz, e incluso me acuerdo que de manera peyorativa le decían ‘La quejosa’, pero poco a poco se fue ampliando ese radio y hoy el movimiento de derechos humanos es muy grande no solamente porque hay muchas organizaciones no gubernamentales, sino porque a nivel internacional el tema es  muy sensible hasta el punto que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos ha sido parado, vaya ironía, por la muerte de sindicalistas.

¿Pasaron los días duros en los que a nombre de su trabajo en el periódico usted sabía que salía de su casa pero no si regresaría con vida?

No, porque se mantienen las amenazas no solo contra el director sino contra todos los integrantes del equipo de redacción. Somos ‘objetivo militar’ de los paramilitares y como hemos visto en los famosos documentos de las ‘chuzadas’ del DAS, uno de los centros predilectos de estos señores que hacían esas operaciones ilegales éramos nosotros.

¿Qué papel cumple un medio como Voz, que representa las ideas del Partido Comunista, en un mundo en el que hasta el capitalismo entró en crisis?

Nosotros hemos tenido que superar crisis y vivimos en medio de profundas crisis. La crisis del socialismo fue muy fuerte para nosotros porque nos trajo muchas consecuencias en el terreno ideológico y hasta en lo económico porque la Unión Soviética nos regalaba el papel. Al contrario de lo que nos acusaban de que recibíamos el oro de Moscú, lo que recibíamos era el papel de Moscú. Así que esa situación es evidente pero me parece que hoy Voz lo que ha demostrado es que se puede trabajar como un referente de la izquierda, más allá del Partido Comunista. No quiero decir que no tengamos todavía esa relación estrecha con el Partido Comunista, pero no somos como antes una especie de boletín de información de las actividades del Partido. Voz hace una especie de periodismo de izquierda, revolucionario y alternativo que va más allá de las fronteras de la militancia comunista y de ahí la aceptación en ciertos niveles. Hoy estamos comprometidos con la unidad de la izquierda, con el Polo Democrático, y ante el vacío que deja el cierre del periódico del Polo, Voz se ha crecido como un vocero de la campaña de Carlos Gaviria y de la unidad del Polo.

Hace tres años el presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, me dijo en San José que probablemente los comandantes de las Farc no sabían que se cayó el Muro de Berlín en 1989.

Yo creo que ellos saben. Lo que digo es que los que creen que la guerrilla colombiana surgió fue por una orden de Moscú o de La Habana, están equivocados. Quizás hubo algún tipo de influencia ideológica y paradigmática de los países socialistas y de Cuba, pero más allá de eso aquí hay unas causas que generaron este conflicto y estoy convencido que mientras esas causas no logremos superarlas -y no estoy hablando de un cambio del sistema sino que ganemos un estado social de derecho, como dice Gaviria- va a ser muy difícil que superemos este conflicto. Claro, hoy la guerrilla no es la misma de antes porque está signada por una serie de situaciones, no digo que justificables pero que sí se explican desde el punto de vista de la realidad como el hecho de que esté cruzada por el narcotráfico, que permeó a toda la sociedad. En el tema del secuestro, que es tan abominable, y el uso de minas antipersonales, la guerrilla debe entender que hay que aplicar el Derecho Internacional Humanitario, pero esa es otra cuestión.

A la guerrilla hay que demostrarle que tiene que superar varias prácticas que degradan más el conflicto y que si ellos realmente se reclaman revolucionarios y de izquierda deben contribuir, porque un revolucionario es humanista por excelencia y no puede acudir a métodos que vulneren los criterios de humanidad. Y el establecimiento debe entender que la salida es política y negociada. La guerrilla debe entender que no hay posibilidad de un triunfo militar hoy… ¡no la hay!

¿Hace cuánto se perdió la ideología en las Farc y en el Eln?

Hay ideología todavía, porque la naturaleza política de la guerrilla existe, sin duda afectada por el paso del tiempo, por las dificultades que le genera la formación de sus miembros. Por todas estas razones las condiciones están maduras para que la guerrilla de el paso hacia la actividad y hacia buscar en definitiva una solución negociada al conflicto.

¿Le reconoce usted algo a la política de Seguridad Democrática del presidente Álvaro Uribe?

¡No! Le reconozco avances, como que le ha quitado espacio territorial a la guerrilla y le ha dado golpes muy fuertes, pero el problema es que Uribe habló de la Seguridad Democrática como un instrumento para aplastar a la guerrilla. Incluso al comienzo del Gobierno se dieron 120 días para derrotarla y eso nos dijo la ministra Martha Lucía Ramírez, pero eso no ocurrió. Entonces desde el punto de vista del objetivo de la Seguridad Democrática fracasó y eso lo que nos demuestra es que no hay solución militar posible. Otra cosa es que la Seguridad Democrática le ha propinado duros golpes a la guerrilla, pero con ello lo que ha hecho es prolongar más indefinidamente la guerra.

¿Cuánto tiempo hace falta para que no quede ni un guerrillero en Colombia?

Faltarían muchos años, pero es más: pueden acabar con la guerrilla, el exterminio físico por todo el poder ahora que tienen estas bases militares y pueden acabarlos con toneladas de bombas que les boten, pero mientras no se erradiquen las causas del conflicto el país no va a quedar exento de nuevos movimientos de esta naturaleza o que las viejas guerrillas como el ave Fénix resurjan. Como pasó con el Eln y con las Farc, que les han dado golpes muy duros en Anorí, en La Uribe, en Marquetalia y tantas cosas que han ocurrido en este proceso histórico.

Pero soy cansón, casi como un sirirí, la salida es política y no hay otra. El Gobierno debe entenderlo y la guerrilla también, porque el problema es que la guerrilla sigue creyendo que va a llegar al poder por la vía de las armas. Eso no va a ser posible.

Con tanto gota a gota que hemos visto, ¿qué no hay en los computadores de Reyes?

Habría que preguntarle al general (Óscar) Naranjo que es el que lo tiene, a ver esa lámpara de Aladino por qué nos sorprende tanto cada día con nuevas cosas. (sonríe).

¿Usted se ve tras las rejas a nombre de ese aparato?

No, soy optimista. Hace nueve meses terminé indagatoria y llevo eso mismo tiempo esperando que me resuelvan mi situación jurídica pero no me la han resuelto ni para bien ni para mal pienso que justamente por eso, porque no hay mayores razones legales para que puedan dictarme una medida de aseguramiento y llevarme a la cárcel. Aunque por supuesto es una posibilidad de que se me complique la situación y me puedan llevar a la cárcel, pero seguiré luchando desde donde sea. Por esa razón decidí quedarme acá, porque hubo varios países y organizaciones que me ofrecieron sacarme de Colombia en 48 horas y darme asilo político, pero lo rechacé todo porque no he hecho nada distinto que luchar por la paz y por el intercambio humanitario.

Pude haber cometido errores, como todos los humanos los cometemos, pero ningún error en el sentido de estimular la guerra, el secuestro o todo este tipo de atrocidades que se cometen en el conflicto en Colombia. Mi único esfuerzo ha sido buscar salidas pacíficas y humanitarias.

El más fuerte cuestionamiento que me hacen es que supuestamente hay correos, que no me los han mostrado, en que yo le digo ‘camarada’ a Raúl Reyes, como si decirle camarada a una persona fuera un delito. Se lo expliqué a la fiscal y es que si uno es interlocutor para la paz pues tiene que tratar con cordialidad a todas las personas, porque no puedo estar insultando a alguien en la idea de que mañana acepte sentarse conmigo para hablar de paz. Así que soy consciente de que puede haber problemas graves en todo esto y se me puede tornar más difícil la situación, pero al mismo tiempo soy optimista. Estoy seguro que voy a salir bien, como ocurrió con la senadora Gloria Inés Ramírez, que la Corte Suprema ya archivó su proceso.

Precisamente hace un mes todos los dedos apuntaban hacia ella como culpable y ahora resulta que se profiere auto inhibitorio y se cayó el caso. ¿Qué lección deja este episodio?

Por supuesto que este es un fallo que beneficia única y exclusivamente a Gloria Inés, y no tiene ningún efecto vinculante en los demás casos, ni siquiera en los que hay en la Corte menos en los que están en la Fiscalía, como el caso mío, pero sí es un precedente porque leyendo la providencia uno ve que cuando la Corte habla de los correos, dice que son supuestos correos porque no aparecen correos de ninguna naturaleza.

No sería exagerado decir que la absolución de Gloria Inés Ramírez es como el comienzo del derrumbe de todos esos montajes judiciales que han sido presionados por el Gobierno, por el presidente Uribe, por el ex ministro Juan Manuel Santos y por los organismos de seguridad del Estado.

¿Se acabaron los paramilitares como afirman algunas autoridades?

Los paramilitares están ahí, no se han acabado. Hace unos meses yo fui a hablar con el presidente Uribe con una delegación de organizaciones no gubernamentales porque estaban asesinando a compañeros del Partido Comunista y de organizaciones sindicales en el sur del Tolima. Cuando le dije: ‘presidente, están matando a esta gente y son los paramilitares’. Él se enojó, como suele hacerlo, y me dijo: ‘no hay paramilitares, eso se acabó y no existen sino en su cabeza’. Le dije: ‘¿entonces quién lo está haciendo?, porque ahí están los cadáveres’. Y me dijo: ‘es que en este país hay mucha gente mala’.

Aquí hay paramilitares; eso no son banditas emergentes como suelen decir, sino son paramilitares que no se sometieron a la justicia y que se organizaron a partir de la gente que siempre los dirigió, desde la cárcel lo hicieron o algunos que quedaron en libertad.

Si el Polo Democrático decidiera dejarlo a un lado en sus aspiraciones al Congreso, ¿aceptaría un aval de otro movimiento, por ejemplo de Convergencia Ciudadana?

No, yo estoy con el Polo y si al integrar las listas de la Cámara excluye mi nombre por X o Y razón, lo aceptaré estando de acuerdo o no según la razón, pero no me iré para otra parte. Mi lugar está en el Polo y ahí voy a seguir.

¿Le entristece ver al ex senador de Convergencia, Luis Alberto Gil Castillo, llamado a juicio por la Fiscalía en el caso de la llamada ‘Parapolítica’?

No me alegra la desgracia de ninguna persona, pero sí creo que se está haciendo justicia.

¿Está preparado para un tercer periodo de Álvaro Uribe?

No creo que lo haya. Veo muy enredado el referendo reeleccionista y abrigo la esperanza de que haya la suficiente sensatez en el Congreso y en la Corte Constitucional o en último caso en el país para rechazar ese esperpento antidemocrático.

¿El terreno está abonado para elegir un presidente de izquierda como Carlos Gaviria?

Creo que sí porque la izquierda nunca ha podido gobernar a Colombia. Contra la izquierda nos dicen cualquier cantidad de cosas y que no somos capaces de nada, pero jamás nos han dado la oportunidad de gobernar el país. Hemos gobernado alcaldías y se han cometido errores, pero es que una cosa es la Alcaldía de Bogotá con toda la importancia que tiene, y otra el Gobierno Nacional, así que Colombia debe estar preparada para una nueva política, porque un gobierno del Polo significaría una reconstrucción del país.

¿Tan crítica está la cosa en el Polo que son los hermanos Samuel y Néstor Iván Moreno, y su madre María Eugenia Rojas, los que ponen y disponen dentro de la colectividad?

Son parte del Polo y tienen una importante presencia a través de su militancia de Anapo dentro del Polo, pero es lo que muestra el espectro del Polo que es una coalición de matices, no todos de izquierda y que se han vinculado en la idea de que es posible caminar en dirección a unos cambios, y en ese sentido es importante que estén ahí los Moreno Rojas y María Eugenia, que han ayudado a construir este proyecto.

¿A qué ‘juegan’ los presidentes Hugo Chávez, Daniel Ortega, Rafael Correa y Evo Morales? ¿Son el ‘eje del mal’?

Ellos representan una tendencia que predomina hoy en América Latina con la excepción de Colombia. Es una tendencia a los cambios, a avanzar por la vía de la democracia y de la distancia de la férula de Washington. Es una tendencia que es muy respetable y en esa onda es que se tiene que poner Colombia, no para imitar nada de Chávez ni de Evo ni de Correa ni de nadie, pero sí ponerse en la dirección de los cambios que hay en América Latina porque también está Lula en Brasil, Lugo en Paraguay, Kichner en Argentina… en fin, cada quien tiene su proceso con sus errores y aciertos pero son tendencias que predominan en el continente y en esa dirección tiene que cabalgar Colombia.

¿En su retiro, ve a Uribe Vélez de alcalde en un pueblo perdido de Antioquia? ¿Qué será de su futuro?

El presidente Uribe, sin que haya ningún ánimo retaliatorio, tendrá algún que responder ante la justicia colombiana o ante la justicia internacional por tanto daño que le ha causado a este país. Lo peor que le ha pasado a Colombia en muchos años son estos dos gobiernos del presidente Uribe Vélez.

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