martes, 8 de enero de 2013

Milagro: nació el Parque Natural Regional Páramo de Santurbán



El área protegida será de 11.700 hectáreas y no de 10.890, como pretendía la Corporación Autónoma para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga. Además tendrá 600 hectáreas correspondientes a un Distrito de Manejo Integrado.

Para disgusto de quienes pretenden llevarse todo el oro, y beneplácito de quienes han defendido el agua y la vida, ayer finalmente fue declarado el nuevo Parque Natural Regional Páramo de Santurbán.
 
Así lo anunciaron el ministro de Ambiente, Juan Gabriel Uribe Vegalara, y la directora del Instituto Alexander von Humboldt, Brigitte LG Baptiste, quienes, luego de una sesión del Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CMDB), manifestaron por unanimidad que el nuevo parque tendrá un área protegida de 11.700 hectáreas y no de 10.890 —como pretendía la CDMB—, adicionándole 600 hectáreas correspondientes al Distrito de Manejo Integrado (DMI).
 
“Es una muy buena noticia para los santandereanos y para el país”, dijo el ministro Uribe, quien al ser cuestionado por El Espectador sobre las razones que llevaron a ampliar el área del parque, afirmó que, después de las precisiones técnicas y las alarmas encendidas por el Instituto Humboldt, se determinó que “era un error no tener en cuenta los ecosistemas de robledales de la zona, y en ese sentido yo pedí incluir todo el ecosistema”.
 
Quedará protegido el bosque alto andino de Suratá, Cachirí y un sector comprendido en el DMI. “Será un parque de mucho mayor espectro que el que se tenía antes”, aseveró Uribe.
 
A partir del momento, sostuvo el ministro, en el área del Parque Páramo de Santurbán ya no se permitirán la exploración ni la explotación minera. “En esas 11.700 hectáreas no se podrá hacer absolutamente nada de eso”, recalcó.
 
Explicó que “esto es lo máximo a lo que se ha podido llegar consultando a todas las regiones y los diferentes intereses. La comunidad santandereana quería su parque, que se protegiera el recurso hídrico y el ecosistema de robledales y las especies endémicas, y eso es lo que hemos hecho como nuestro legado conservacionista. Este es un ecosistema prácticamente único en Colombia”.
 
Sin precisar cuántos títulos mineros quedarán excluidos del Páramo de Santurbán con esta determinación, el ministro Uribe sostuvo que “no era coherente que se pudiera partir el ecosistema de robledal para tener unos sectores protegidos y otros no”.
 
A partir de ahora le corresponderá a la CDMB, como autoridad ambiental, cumplir con las labores de vigilancia en los municipios de Vetas, Suratá, California, Matanza y Tona para que esta declaratoria no se quede en el papel.
 
“Mi conciencia queda mejor que lo que estaba antes. Hemos hecho un esfuerzo de concertación, de unanimidad, con los municipios, las regiones y la Nación, porque eso es lo que hay que hacer desde el punto de vista de política de Estado. Hemos dado un ejemplo y estamos mandando una señal al país de que esto no se trata de una pelea de unos contra otros, sino de generar consensos en torno a propósitos nacionales y regionales”.
 
Falta por definir a partir de qué altura sobre el nivel del mar se determina la línea de páramo, la cual a su vez servirá de base para aplicar en los 32 complejos de páramo con que cuenta Colombia y que suman más de un millón de hectáreas. “La estandarización y el protocolo es lo que vamos a trabajar en estos primeros meses”, acotó Uribe.
 
Pensando en la locomotora minera, ¿qué cara va a poner el presidente Juan Manuel Santos cuando usted le informe que el Parque de Santurbán creció?, le preguntó El Espectador. “Yo creo que a él le va a gustar el tema. Él es un convencido de que hay unas áreas por proteger”, respondió Uribe.

 
A su vez, Brigitte Baptiste manifestó que desde un comienzo hizo énfasis en que para declarar el área del parque se tenía que considerar la regulación hidrológica que debe prestar el área y la conservación de los bosques de roble, además de los páramos.
 
“Este será un parque mucho más íntegro y funcional a los intereses de la región. Para proteger las cuencas, es indispensable tener una porción de bosques en buen estado de conservación. Los páramos y los bosques que los circundan son nuestro cinturón de seguridad con el cual contamos para el futuro”, aseveró.
 
Visiblemente satisfecha porque valieron más los argumentos ambientalistas que los intereses económicos, ya que Santander es uno de los departamentos que más dependen directamente de los páramos para su aprovisionamiento de agua, Baptiste explicó que la cifra de 11.700 hectáreas protegidas no es resultado del azar, sino de recuperar las áreas de bosque que ya habían sido aprobadas en 2011 por parte del Instituto Humboldt.
 
“Se demuestra que con buenos estudios e información de calidad, nos podemos sentar a hablar”, dijo.



 

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