Primero: Declarar penalmente responsable a Óscar Josué Reyes Cárdenas, de condiciones personales y civiles consignadas en esta providencia, en calidad de autor responsable del delito de concierto para promover grupos armados al margen de la ley y consecuentemente condenarlo a la pena principal de 90 meses de prisión e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas durante el mismo término y multa de 6.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes para el momento de la comisión del hecho.
De esta forma, la
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia se pronunció con respecto al caso de este ex congresista
santandereano de Convergencia Ciudadana, finalmente sentenciado el 18 de
enero (de 2012), día en el que también recibieron el mismo castigo el ex senador y
fundador de Convergencia Ciudadana (PIN), Luis Alberto Gil Castillo, y el ex
representante a la Cámara por ese movimiento, Alfonso Riaño Castillo, todos
ellos detenidos en la cárcel de La Picota (Bogotá).
Advirtiendo que
“contra esta sentencia no procede recurso alguno”, la Corte Suprema estableció
que en el caso de este ingeniero civil, de 54 años y nacido en Palmas del
Socorro (Santander), “quedó demostrada con certeza su responsabilidad penal…
Conforme los hechos de la acusación, la Corte lo declara responsable del delito
de concierto para delinquir agravado, en la modalidad de promover grupos
paramilitares, desatendiendo la solicitud de absolución hecha en audiencia
pública por la defensa y la Procuraduría”.
Según la resolución
de acusación, “el hecho se derivó de la circunstancia de (Reyes Cárdenas) haber
buscado el apoyo del Bloque Central Bolívar de las autodefensas, en sus
aspiraciones políticas, inicialmente para la Gobernación de Santander y luego
al Congreso de la República”.
En 83 páginas en
las que abundan nombres de delincuentes, fechas, lugares y pormenores, la Corte
puntualizó que: “Con ese propósito (Reyes Cárdenas) no tuvo inconveniente en
reunirse con Iván Roberto Duque Gaviria, alias ‘Ernesto Báez’, iniciándose los
contactos en el año 2003 en el restaurante ‘Cuchara de palo’ de Bucaramanga,
luego auspiciando la campaña de Hugo Aguilar en concentraciones en el sitio
denominado San Juan Bosco La Verde, quien una vez obtuvo la Gobernación de
Santander lo designó secretario de Gobierno. Como miembro del gabinete asistió
a Santafé de Ralito en representación del gobernador Aguilar Naranjo, para
atender los reclamos del grupo ilegal por los eventuales incumplimientos a lo
pactado, y, finalmente, días antes de las elecciones de marzo del 2006,
concurrió al hotel Chicamocha a reunirse con David Hernández (alias ‘Diego
Rivera’), donde recibió aportes económicos de las autodefensas”.
La Corte analizó
que “el extraordinario ascenso del partido Convergencia Ciudadana y la idea de
lograr su posicionamiento como una fuerza poderosa a nivel del país, permitió
la relación de sus dirigentes con confesos paramilitares como Eleonora Pineda,
Rocío Arias y (alias) ‘Ernesto Báez’, lo que deja ver el panorama dentro del
cual se movían el movimiento político y sus integrantes, uno de los cuales era
Óscar Josué Reyes Cárdenas”.
En allanamientos
realizados en 2002 a miembros del Bloque Central Bolívar (BCB) en Puerto
Wilches, la Fiscalía halló documentos, agendas y videos que después de un
examen le permitieron a la Corte detectar “una estructura organizada que iba
desde la elaboración de materiales de intendencia, hasta el apoyo a candidatos,
trasteo de votos y personas, gastos de campaña, inscripción irregular de
cédulas, análisis y control sobre resultados de votaciones y su relación con
políticos de la región, como lo fueron Carlos Clavijo, José Manuel Herrera
Cely, los inconvenientes por la mala imagen del movimiento Convergencia
Ciudadana, con Luis Alberto Gil Castillo, Alfonso Riaño Castillo, Rafael
Castillo, Carlos Higuera Escalante, Rafael Ramos, todo lo cual permite
determinar el contexto y la relación del grupo Convergencia Ciudadana con el
BCB, al cual pertenecía el procesado y de cuya relación se benefició, lo cual
ratifica lo afirmado por José Germán Sena Pico (alias ‘Nico’) y da por ende
solidez a su testimonio”.
Entonces refiere la
reunión de 2003 entre jefe del BCB, alias ‘Ernesto Báez’ y Óscar Josué Reyes
Cárdenas, “la cual ha sido ampliamente criticada para desestimarla por los
sujetos procesales, pero que dadas las consideraciones elaboradas no resulta de
recibo para la Sala Penal, como quiera que el imperio militar que en la zona
ejercía el Bloque Central Bolívar no permitía que candidato alguno estuviera
por fuera de su dominio, más aún cuando el partido político al cual perteneció
el procesado era una de las puntas de lanza de los paramilitares en Santander”.
A la Corte no le
quedó duda alguna de las pretensiones de Reyes Cárdenas, “porque por su cuenta,
por su iniciativa y utilizando las excelentes relaciones con algunos miembros
del BCB, abordó al máximo líder político para auscultar la posibilidad de
obtener el patrocinio político para ser candidato a la Gobernación, pero que,
por existir un mejor candidato, una mejor opción, no se le brindó en ese
momento, máxime cuando él en oportunidades anteriores había perdido las
elecciones para la Gobernación; por eso cede su aspiración a favor de Hugo
Aguilar, quedando planteada la relación entre el grupo paramilitar y el
procesado”.
También dijo la
Corte que la reunión que Reyes Cárdenas le solicitó al jefe paramilitar, “fue
para presentarle su alternativa a la Gobernación, para solicitar su aval, el
cual ante la presencia en el escenario político de otro candidato con mayor
peso determinó que cediera su espacio, dándose su proyección primero a la
Secretaría de Gobierno del Departamento y más adelante para la candidatura el
Senado. Por eso la respuesta electoral que tuvo el ex senador en el departamento
de Santander siendo la más cuantiosa de los candidatos del partido Convergencia
Ciudadana, con una importante votación en municipios en donde ejerció
influencia política y militar el Bloque Central Bolívar, en los departamentos
de Santander y Bolívar”.
La Corte le dio
validez al testimonio de alias ‘Nico’, por considerar que tiene elementos
contundentes, como la reunión clandestina en 2004 en una finca del jefe
paramilitar Salvatore Mancuso en Santafé de Ralito, en la que alias ‘Ernesto
Báez’ “regañó” a Reyes Cárdenas “por la falta de colaboración y compromiso con
el BCB”. Sobre el particular, alias ‘Ernesto Báez’ recordó: “Le reclamé con ira
porque definitivamente el gobernador no nos cumplió con el compromiso que había
hecho en la instalación de la mesa de todo el apoyo al proceso de reinserción
de los desmovilizados”.
Se preguntó la
Corte Suprema: “Si Óscar Reyes no tenía ninguna relación con los grupos
paramilitares, ¿por qué asistió a esa reunión? Simple y llanamente porque era
la persona de confianza para llegar a los líderes paramilitares por delegación
del grupo político; era una persona que tenía estrecha relación con el grupo,
era amigo personal de varios de sus integrantes desde tiempo atrás y se venía
relacionando con ellos, como se demostró, solicitándoles su apoyo para los
diferentes proyectos políticos”. Y agrega un comentario que Reyes Cárdenas le
habría hecho a alias ‘Nico’ expresando su temor de ser descubierto: “Es que yo
no me puedo quemar tanto como se quema Rocío Arias o Eleonora Pineda”.
En concepto de la
Sala Penal, “tanto fue el compromiso, apoyo y patrocinio del grupo paramilitar
por los líderes políticos de la época, entre ellos el procesado, que
pretendieron torpedear la labor que desarrolló el coronel (Luis Alberto) Prieto
Rivera (comandante del Batallón del Ejército acantonado en San Vicente de
Chucurí); de todas formas se quiso bloquear su gestión denunciándolo para
evitar que siguiera golpeando las estructuras armadas. Llegó a tal punto a ser
incómodo que convocaron (en 2004) al Presidente de la República (Álvaro Uribe
Vélez) para solicitar en un consejo de seguridad la salida del oficial,
pretextando para ello argumentos que nunca tuvieron piso y que jamás culminaron
en una investigación o una sanción en su contra. Fue tan meritoria su labor que
sus superiores no dudaron en respaldarlo, como se infiere de su no retiro del
servicio”. Coronel Prieto al que los paramilitares llegaron a ofrecerle 40
millones de pesos y cinco muertos cada mes “para que adecuara su comportamiento
y retrocediera en el propósito de perseguirlos”.
Rescató la Corte
una frase que Reyes Cárdenas le manifestó al alto oficial en tono desafiante:
“Coronel, usted es un tipo muy joven, muy inmaduro, usted no conoce de la vida
todavía, no busque problemas hombre, no joda tanto en esa región, no se busque
problemas, no se meta con esa gente hombre, tenga la gente contenta, no joda
tanto, mire que hasta lo pueden trasladar, y usted se va, usted es una ficha de
ajedrez”.
“Esta frase o
advertencia -dice el fallo- no tiene más explicación que la ofrecida por el
comandante militar; se trató de una amenaza para que dejara de ser incómodo
para los paramilitares, para que cejara en su compromiso de atacarlos. Por
supuesto, deja entrever el compromiso del acusado con el grupo ilegal del cual
se ha hecho mención, pues no de otra forma se explica que de manera tan abierta
y directa se hubiera dirigido al oficial”.
“Era tan grande y
estrecho el compromiso que tenía parte de la clase dirigente de Santander, en
su momento, con el grupo ilegal, que no importó el sometimiento en que se tenía
a la población civil ni los vejámenes que ésta sufría, sólo primaron sus
propios intereses y el acuerdo establecido entre la dirigencia política y los
irregulares para obtener los beneficios electorales con los cuales se veían e
iban a ser favorecidos… Por eso que Óscar Reyes no respaldó en los consejos de
seguridad y comunales al coronel Prieto cuando estaba librando una batalla
destacable en contra de los paramilitares; precisamente porque era parte de
ellos, hacía parte del grupo que atacaba la excelente labor que venía
desarrollando el militar, lo cual incomodaba a todo el grupo ilegal”, subrayó
la Corte.
Por último, la
Corte igualmente valoró el testimonio de David Hernández López, alias ‘Diego
Rivera’, quien detalló la reunión que por órdenes de alias ‘Julián Bolívar’ y
en compañía de alias ‘Tarazá’ y alias ‘Alfonso’, sostuvo en marzo de 2006 (mes
de elecciones) en el hotel Chicamocha de Bucaramanga con varios políticos,
entre ellos Luis Alberto Gil, Alfonso Riaño y Reyes Cárdenas (capturado el 25
de octubre de 2010), y en la que los paramilitares les enviaban dinero para sus
campañas.
Este hecho llevó a
Ramón Ballesteros a viajar en 2010 a Estados Unidos para ofrecerle 100 mil
dólares (US$20 mil a nombre de Reyes Cárdenas) a alias ‘Diego Rivera’ -testigo
protegido de la agencia antinarcóticos DEA- con el propósito de que cambiara su
versión, afirmara que tal reunión no existió y de paso arremetiera contra el
magistrado Iván Velásquez. (Por ello Ballesteros, una vez detectado en su
treta, se acogió a sentencia anticipada y fue sentenciado a 36 meses de
prisión).
Como contundente
califica la Corte el testimonio de alias ‘Diego Rivera’, al que acompaña el
respaldo probatorio y documental. “Así entonces queda demostrada no sólo la
veracidad del testimonio que rindió David Hernández, sino la connivencia del
procesado con los miembros del grupo al margen de la ley y en especial el apoyo
económico que de éstos recibió, precisamente por el respaldo que él y el grupo
político al cual pertenecía de tiempo atrás le venía otorgando, aspecto este
que por sí solo estructura la responsabilidad del encartado en la comisión del
punible que se le endilga y que resultaría suficiente para la Sala Penal a fin
de establecer el compromiso que Reyes Cárdenas y su movimiento político tenían
con los grupos al margen de la ley, específicamente con el Bloque Central
Bolívar”.
Para concluir: “En
el caso bajo examen la prueba conduce a la certeza de la celebración de las
susodichas reuniones entre el ex congresista y las autodefensas y un acuerdo
con fines electorales, que se concretaba en la promoción y apoyo del líder
político a la agrupación ilegal para que ésta de igual manera prestara su
concurso en ofrecerle el respaldo con miras a las elecciones y así tener bajo
su accionar a varios políticos en el Senado que permitirían sacar adelante
todas sus iniciativas políticas”.
“Además de típica
la conducta del ex senador que se condena se revela antijurídica y culpable,
pues con ella lesionó sin motivo de justificación atendible el bien jurídico de
la seguridad pública, y porque hallándose en condiciones de actuar en forma
distinta, conforme a derecho, resolvió llevar adelante la acción delictiva
reprochable en grado sumo con conciencia plena de su tipicidad y
antijuridicidad”, sentenció la Corte Suprema de Justicia en la página 76. El
documento tiene la firma de los magistrados Javier Zapata Ortiz, José Luis
Barceló Camacho, José Leonidas Bustos
Martínez, Fernando Alberto Castro Caballero, Sigifredo Espinosa Pérez, María
del Rosario González Muñoz, Augusto J. Ibáñez Guzmán, Luis Guillermo Salazar
Otero y Julio Enrique Socha Salamanca.
No lo abandonan
El hoy condenado ex
senador Óscar Josué Reyes Cárdenas ha escuchado voces de solidaridad como la de
Laureano Tirado, columnista de El Frente,
quien el 29 de octubre de 2010 escribió una defensa de su “amigo”, empezando
por decir que “es de los aventajados alumnos de la buena escuela política que
regentó en Santander Feisal Mustafá Barbosa (conservador)”.
Del ex gerente
general de Caminos Vecinales en el gobierno de Ernesto Samper, también dijo
Tirado que: “Está atravesando por un momento difícil, víctima de la pesadilla
de los anónimos y los señalamientos de personas que rumoran lo que nunca podrán
comprobar, lo que nunca existió”, para concluir con una voz de aliento:
“¡Óscar, lo esperamos para continuar la marcha que comenzó hace 30 años!”.
Por su parte el
periódico El Frente manifestó en su
editorial del 23 de noviembre de 2010: “Reyes Cárdenas puede decir, como muchos
otros perseguidos por la justicia, que la gloria le ha costado lágrimas”.
Según ese medio,
propiedad del ex parlamentario conservador Rafael Serrano Prada, “Un ex para
militar lo acusa (a Reyes Cárdenas) de haberlo visto conversando con actores
armados, pertenecientes a la extrema derecha, cuando era candidato al Senado,
como si un dirigente de alto rango tuviera la obligación de conocer los
antecedentes de las personas que se le acercan a conversar sobre temas
triviales, relacionados con la actividad política”.
Para El Frente: “Varios ex congresistas están
encartados por acusaciones injustas que derivaron en procesos que adelanta la
Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, cuando la verdad es que los dirigentes
políticos de Santander que sobrevivieron a la vorágine de la violencia, fueron
unos héroes”.
Llevándoles la
contraria a Tirado y Serrano Prada, la Corte Suprema determinó que tanto Óscar
Josué Reyes Cárdenas como Luis Alberto Gil Castillo y Alfonso Riaño Castillo son
responsables del delito de concierto para delinquir agravado y por ellos les impuso
una condena de siete años y medio de prisión a cada uno de los tres políticos.
Por “haberse
aliado” el ex senador Óscar Josué Reyes Cárdenas con miembros de las
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), “para alterar el desarrollo de los
comicios electorales en los que participó”, la Corte Suprema de Justicia lo
condenó a siete años y seis meses de prisión, por lo que deberá permanecer en
la cárcel de La Picota, a donde fue llevado desde 2010 tras su captura.
la condena de oscar josue reyes cardenas es el mayor acto de injusticia del siglo 21 y asi lo demostrara la historia, que pena falla que los honorables magistrados de la corte suprema, no hubieran leido el expediente, ni hubieran escuchado sus suplicas
ResponderEliminarALGUN DIA SE CONOCERA LA VERDAD SOBRE LA INJUSTICIA COMETIDA CONTRA ESTE SANTANDEREANO HONESTO... ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA NO HAY NADA OCULTO
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