Cuando Isabella
Santo Domingo bautizó a su libro ‘Los hombres las prefieren brutas’, las
feministas -con Florence Thomas a la cabeza- se le vinieron lanza en ristre.
También recibió críticas de literatos y estudiosos, pero ella no les dio
importancia.
Al día de hoy (marzo de 2006) y
superando de lejos a tanto opositor y tratadista, Santo Domingo ha vendido más
de 20.000 ejemplares en Colombia y su editorial Random House Mondadori alista
un embarque de 3.000 unidades para República Dominicana, 7.000 para México y
10.000 para Estados Unidos.
Esta
barranquillera, directora de la revista Carrusel de El Tiempo, fue una de las invitadas especiales a Ulibro 2006, donde
se dio el gusto de llenar el nuevo Auditorio de Ingenierías y se atrevió a
recomendar que una mujer moderna debe ser suficientemente inteligente para
doblegar su orgullo femenino “y hacerse la bruta si es necesario para así ganar
la batalla”.
Santo Domingo
advierte que su libro no debe ser leído ni por los machistas radicales ni por
las feministas consumadas. Autoriza que le devuelvan la plata a aquellas
personas que compren el libro pensando encontrar un gurú del amor o a una Osho
del sexo, porque en sus 232 página no lo van a encontrar, aunque sí las
incitará a reflexionar con una sobredosis de humor.
¿Cuál es el secreto para vender tanto y
hasta que “pirateen” su obra?
Me ha
tocado disfrazarme de payaso o de pollo y pararme en las esquinas. No, lo que
pasa es que es un libro que no tiene pretensiones literarias, ni enseñar nada,
simplemente lo que quiero es que la gente lo lea y se sienta identificada en
algunas partes, que reflexione un poco. Le he puesto mucha buena energía y
tengo unas ideas que compartir. Como lo digo en la introducción, la única
autoridad que tengo es la de haber vivido, la de haber sentido, la de haber
elegido -casi siempre mal-, pero sobre todo, la de haberme atrevido.
¿Qué le han dicho las feministas?
Están
histéricas y si me pudieran mandar cartas-bomba ya lo hubieran hecho, porque yo
me declaro una desertora de cualquier causa feminista y de forma jocosa trato
de crear un nuevo movimiento llamado Machismo por conveniencia, donde uno finge
que no es tan inteligente, ni tan valiente, ni tan capaz, que es todo lo
contrario a lo que quieren las feministas, y básicamente conseguir alguien que
lo mantenga a uno.
¿Vale la pena que las mujeres vayan a mil
tratando de competir con los hombres y sacrifiquen lo que sea por lograrlo?
Eso
es lo que pasa y uno solamente lo entiende tras darse muchísimas veces contra
la misma piedra. Cuando tenía veintipico de años yo era la más feminista y
decía yo puedo con toda, soy madre soltera qué me voy a casar, no quiero que
nadie me mande, quiero vivir sola, pero ya han pasado los treinta años uno
recapacita y eso está bien. La gente cree que no se puede equivocar o que no
puede cambiar de opinión, pero es parte del proceso de la vida. Lo que yo
pensaba hace veinte días no es lo mismo que estoy pensando ahora, y está bien
simplemente admitir que uno como el agua va cambiando.
Uno tiene que
parar, respirar, aprovechar esa etapa de reflexión después de los treinta años
y darse cuenta que uno sí lo puede tener todo en esta vida, pero no como tú
crees que lo puedes tener: quitando, rapando, demandando, así nunca.
¿Pretende que los lectores se miren en el
espejo de la vida y definan qué es lo que quieren? ¿Esa es la lección?
Lo
que estoy pidiendo es una implosión, no una explosión. No estoy incitando a las
mujeres a que salgan y boleen ollas, ni que le den en la jeta al marido, ni que
se consigan un amante. Sencillamente busco que reflexionen sobre su propia
existencia, no en grupo, no como movimiento feminista, sino sobre su propia
experiencia de vida que es personal e intransferible, y que definan qué
quieren.
¿Tiene lectores masculinos?
Sirve
para hombres y para mujeres. Lo más grande que me ha pasado con este libro que
también lo leen los hombres y muchos de ellos lo asumen como un manual que los
ayuda a entender los traumas femeninos y sus posibles raíces. Hay muchos
hombres que les han regalado el libro a sus novias, esposas o compañeras.
¿Qué consejo le puede dar a las jóvenes que
apenas asoman a la vida? ¿Qué le dice por ejemplo a su hija Daniela, de diez
años?
Que
se alejen de la tal perfección, que se alejen lo más que puedan de los estereotipos y no dejen que nadie les dicte
cómo vivir su vida, porque todo lo que quieran hacer con su vida está bien
mientras respeten al prójimo y se respeten a sí mismas.
De mi hija no
pretendo que sea la mejor vestida ni la mejor estudiante ni la mejor nada,
simplemente quiero que ella crezca para que sea el mejor ser humano que ella
pueda ser en esta, su vida.
¿Cuándo publica su próximo libro?
Les
tengo una mala noticia, saldrá en septiembre con el título ‘AM-FM’. ¿En qué
frecuencia quieres sintonizar tu vida? FM, Felizmente Mantenida o AM,
Asalariada de M…, como yo y como muchas mujeres.
Isabella Santo Domingo, autora de uno de los libros más vendidos en la
última versión de la Feria del Libro de Bogotá (2006) y quien afirma, sin temor a la
lluvia de descalificaciones, que las mujeres deben fingir que son brutas, con
lo cual a sus parejas les quedará más difícil cambiarlas por otra mejor o peor,
si al fin todas son iguales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario