(Columna de Donaldo Ortiz Latorre, publicada en Vanguardia Liberal el 15 de septiembre de 2014)
Hace 50 años en el Huila, un hombre llamado, Maharaj Rahama Machaka, con una carta de presentación que lo acreditaba como embajador de la India, se hospedó en el Hotel Plaza. Esa noticia puso a Neiva a bailar. Las autoridades y la sociedad se desbordaron en homenajes y fiestas. Condecoraciones y discursos veintejulieros se escucharon en clubes y recintos de las autoridades. Hasta dicen que el embajador se terminó acostando con la hija del gobernador. Era un exseminarista de Garzón, llamado Juvenal Torrentes.
Hace apenas unos meses, llegó el excanciller y diplomático libanés, llamado Jason Ali Hakim Abdullaziz Al Nayb, a Santander, con credenciales y cartas de presentación del gobierno del Líbano. Fue recibido por las autoridades con menos boato que al embajador de la India, se le atendió con comidas, homenajes e invitaciones a universidades (decía ser experto en conflictos sociales y derechos humanos). Los alcaldes tan hábiles para otros asuntos corrieron a llevarlo a sus municipios, y más comilonas y más francachelas.
A muchas mujeres, el embajador del Líbano prometió enseñarles la danza de vientre y las artes amatorias de las Mil y una noches. A otras, les tomó las medidas de la cadera para solicitar su ropa diseñada. Soñaron con las noches de Arabia, soñaron con príncipes y no en los maridos aburridos de aquí. Vuelos en avionetas (hasta contrataron a Limber Olarte que hacía años no volaba) por todos los municipios. Faltó que la colonia libanesa le hiciera un homenaje. Cuando llamaron a Pastor Virviescas, en la UIS, para una entrevista, apenas lo escuchó hablar dijo: “este es un costeño”- El emir (así vestía), resultó ser un costeño de Valledupar, que era su “Medio Oriente”. Se llama realmente Jeyson Jahir Puello. Y como al embajador de la India, hace 50 años en el Huila, se le dejó en libertad. Los timadores tienen suerte, pero más suerte tuvo el de la India ya que por poco se casa con la hija consentida del gobernador. Nuestro “Diplomatic, Diplomatique” tenía ambulancia para sus eventos. Todavía muchas mujeres a quienes les midió la cadera, están esperando su vestido de seda para la “danza del vientre”.
Nota:
Se logró bajo presión y en consulta, sacar la cabalgata de la feria y resultó el ciclopaseo con participación masiva. Ante tanto dinero (más de cuatro mil millones), la programación debería consultarse con el ciudadano.
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