Entrevista
a Cecilia Reyes de León, presidenta de la Fundación Participar e integrante del
Comité de Transparencia por Santander, abanderada de quienes exigen cuentas
claras en la multimillonaria construcción del “Ecoparque Cerro El Santísimo”.
Aunque esta sea
la última causa que emprenda en su vida, Cecilia Reyes de León no desistirá en
exigir que se despejen todas las dudas que ha generado el proyecto denominado “Ecoparque
Cerro El Santísimo” (Floridablanca).
Ella fue una de
las promotoras del foro que sobre este asunto se llevó a cabo el pasado 29 de
mayo en la sede UIS Bucarica, en el que tuvo que verse cara a cara con el
gerente de Panachi, Carlos Fernando de Jesús Sánchez Aguirre -ratificado en ese
cargo en diciembre de 2011 por el entonces gobernador Horacio Serpa Uribe- y
firme impulsor de uno de los proyectos más sonados del actual gobernador,
Richard Alfonso Aguilar Villa, con su lema “Santander en serio”.
Ingeniera
química, exrectora de las universidades Industrial de Santander y Pedagógica
Nacional, exviceministra de Trabajo, exmiembro
de la Comisión Nacional de Televisión, entre otros cargos, Reyes de León suscribió
además un oficio el 31 de mayo, junto a María Juliana Acebedo Ordóñez -vocera
del Comité de Transparencia por Santander- y Yany Lizeth León Castañeda
-‘Bucaramanga Metropolitana cómo vamos’-, en el que relacionan seis
observaciones de fondo y le expresan al procurador general Alejandro Ordóñez
Maldonado que “su valiosa intervención permitirá cautelar la integridad del
ordenamiento jurídico vulnerado”.
El llamado
“Ecoparque Cerro El Santísimo”, que implicará fondos públicos que superan los
43 mil millones de pesos, contempla la construcción de un hotel, parqueaderos, auditorio, restaurantes, plazoletas, un teleférico de
1.380 metros de longitud -$21.220 millones- y una “escultura colosal -en la
vereda Helechales- con una altura de 24 metros de pies a tope de la cabeza,
alegórica al ser superior en cualquiera de las interpretaciones personales del
observador”, por $3.525 millones y la cual le fue adjudicada a Juan José Cobos
Roa.
¿Para qué nadar contra la corriente y meterse en una
discusión con tantos ‘santísimos’ y ‘dioses’ intocables?
Porque yo nunca
pierdo la esperanza de que esa defensa de lo público tenga resultados en bien
de la comunidad, que es lo único que nos importa y
lo único que pretendemos en el Comité de Transparencia por Santander, que se
hizo para defender lo público.
¿Qué quedó del foro realizado el pasado 29 de mayo
en la sede UIS Bucarica?
Muchas cosas.
Quedó muy claro ante los asistentes que ese proyecto tiene muchísimos
inconvenientes jurídicos, urbanísticos, ambientales, ecológicos, y que hubo
argumentos contundentes que se presentaron allí para que se sacaran esas
conclusiones. Otra cosa es lo que dijo quien maneja el proyecto.
¿Qué espera de una eventual investigación que
pudiera iniciar el procurador general Alejando Ordóñez Maldonado?
En primer lugar,
que se haga un llamado de atención a la Corporación de Defensa de la Meseta de
Bucaramanga porque no ha cumplido con su deber, que es mirar si de verdad eso
afecta el medio ambiente del sitio donde se va a construir el proyecto. En
segundo lugar, que ese proyecto sí requiere licencia ambiental y que esa
licencia ambiental la debería dar nuestra Corporación Cdmb, que son ellos, y
que entonces el señor procurador tome las medidas pertinentes si eso no se ha
cumplido, pero además que se tenga en cuenta cómo se han ejecutado esas
contrataciones y esas licitaciones por parte de la Gobernación de Santander.
¿Qué ‘velas’ tiene que ver la Cdmb en este ‘entierro’?
¿Cómo así que transfiere el dominio de la finca La Esperanza al Departamento de
Santander, para que éste a su vez lo aporte a la Corporación Panachi?
Lo que nosotros
supimos fue precisamente que los terrenos en donde se iba a desarrollar el
proyecto eran de propiedad de la Cdmb. Cuando planteamos eso en el foro, nos
explicaron que efectivamente eran en el pasado de la Cdmb pero que ellos, a
través de un contrato interadministrativo, habían hecho el traspaso de esos
terrenos a la Gobernación de Santander. Tenemos en nuestro poder el acta de la Junta
Directiva de la Cdmb, en la cual se le autoriza al director para formar parte
del proyecto del ‘Cerro del Santísimo’ aportando los terrenos que son de su
propiedad. Pero entonces, repito, parece que eso no lo hicieron así sino que
resolvieron trasladar los terrenos a la Gobernación para que ella, que sí es
socia de Panachi, entonces los pudiera aportar al proyecto. Según los
conocedores de este tema de contratación, esto lo que refleja es que allí se
hizo una ‘triangulación’.
¿Quiénes son los accionistas o los dueños de la Corporación
Panachi?
Yo sé que la
Gobernación de Santander, y creo que la Cámara de Comercio de Bucaramanga
también tiene alguna participación, pero no sé quiénes más, francamente.
Al fin qué: ¿Se requiere licencia ambiental para el
proyecto como dicen ustedes, o no, como sostienen el gerente de Panachi y la Cdmb?
Lo que nos
dijeron por escrito en la Cdmb como respuesta a un derecho de petición era que
no necesitaba licencia ambiental, entonces a raíz de eso hicimos una
investigación muy a fondo de toda la situación para ver qué tan cierto era
porque había otras voces que nos decían que eso no era así, y averiguando más llegamos a la conclusión de que como el área identificada para
ese proyecto está regulada por el Distrito de Manejo Integrado (DMI), que fue
adoptado por el Consejo Directivo de la Cdmb desde 1996, siendo así entonces
todas esas zonas que son objeto de regulación del DMI son áreas protegidas, y
todas la áreas protegidas requieren licencia ambiental para desarrollar
cualquier proyecto.
¿El ‘Santísimo’ tiene poderes superiores a la
advertencia que formularan en el citado foro los funcionarios del Servicio
Geológico Nacional cuando se refirieron al alto riesgo sísmico de la zona (comprendida
entre las fallas Bucaramanga-Santa Marta y del Suárez) donde piensan levantar
el proyecto?
Yo no creo que
el ‘Santísimo’ como tal se meta en esos asuntos geológicos; todo lo contrario,
si se ha demostrado científicamente que ese cerro tiene problemas geológicos,
lo primero que el ‘Santísimo’ debería hacer es evitar que hubiera una tragedia
como la que puede suceder si se lleva a cabo ese proyecto en ese sitio.
¿En qué quedan la ronda hidráulica y la zona de
aislamiento del río Frío, que surte de agua a Floridablanca y a un considerable
sector del sur de Bucaramanga?
El Código de
Recursos Naturales Renovables fijó en treinta metros contados a partir de
cierta cota del río, lo que se llama la ronda hidráulica de un cuerpo de agua.
Ese mandato fue adoptado por el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de
Floridablanca, pero no solamente eso sino que le añadió a esos treinta metros
setenta más. O sea que esa ronda hidráulica ya no es, según el POT de Floridablanca,
de treinta metros sino de cien metros. Entonces el proyecto no solo no respeta
esa ronda sino que está dentro de esa franja extendida.
Si bien el proyecto no está dentro del Parque
Natural Regional La Judía, ¿corre algún riesgo la zona de amortiguación o todo
está bajo control?
No creo que todo
esté bajo control y lo que hemos sabido por parte de las autoridades
ambientales, es que una vez declarado un Parque Natural Regional se tiene que
definir el área de amortiguación. La Cdmb, que fue la que declaró a La Judía
como un Parque Natural Regional, no ha cumplido hasta ahora con la obligación
que le tocaba de establecer la zona de amortiguación. Entonces ellos basándose
en ese incumplimiento, dicen que no se necesita tener en cuenta esa
zona de amortiguación porque no existe, y no existe por culpa de ellos.
De las numerosas inquietudes y preocupaciones, como
lo señalan ustedes en la carta al procurador Ordóñez, ¿cuál es la que más la
desvela?
¡Me desvelan
todas! Primero el irrespeto a nuestras normas, el no haber cumplido con las
normas al entregar una licencia de construcción sin cumplir los requisitos. Eso
es totalmente ilegal, y fue advertido por la vocera del Comité de Transparencia
por Santander (María Juliana Acebedo Ordóñez), y no se atendió. Me parece muy
preocupante que no se hubiera tenido en cuenta eso, así como tampoco las
observaciones que el secretario de Planeación de Floridablanca le pasó a la
Secretaría de Infraestructura de Santander sobre todos los requisitos que
faltaban para poder dar la licencia de construcción. Sin embargo esa licencia
el curador urbano anterior la dio, pasándose por la faja muchas normas.
Pero me parecen
también sumamente grave todas las consecuencias que podría tener la
construcción de un megaproyecto de estas dimensiones en un sitio que afecta las
fuentes de agua que surten el acueducto de Floridablanca y del sur del Área
Metropolitana, y también las consecuencias que podría tener desde el punto de
vista geológico la construcción de un teleférico de esa magnitud en esa loma.
¿Detrás de todo esto proyecto está la mano del
coronel (r) Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo (recluido desde hace dos años en la
cárcel de La Picota por el proceso de la parapolítica) o es que usted está
viendo fantasmas donde no los hay?
No tengo ni idea
si detrás de todo eso esté el coronel (r) Aguilar Naranjo. Eso jamás me ha
preocupado ni lo he dicho, pero lo que sí es muy grave es que la mayor
responsabilidad de ese proyecto hoy esté en manos del gobernador actual, que es
su hijo.
¿No será que Santander genera tantos recursos y
dispone de tantas regalías que este es un ‘gasto menor’ que está haciendo el
gobernador Richard Alfonso Aguilar Villa?
Esa es otra
preocupación. No hemos mencionado, y en el foro no se hizo, el tema de la
inversión cuantiosísima de recursos de regalías en un proyecto que en concepto
de muchas personas no es prioritario para Santander, un departamento que tiene
muchas necesidades en salud, en educación, en infraestructura vial, en
seguridad… en tantas cosas, que diría yo que estarían primero que invertir más
de cuarenta y tres mil millones de pesos en un proyecto suntuario. Sin embargo,
pues cada cual opina diferente y parece que para el gobernador esto sí es
prioritario y está por encima de todo lo que acabo de mencionar.
¿Será que usted no ha disfrutado el teleférico del
Chicamocha ni ha visto los avestruces comiendo lechuga y por eso no le
entusiasma el proyecto del ‘Santísimo’?
Cuando el
proyecto de Panachi se presentó, yo fui una de las personas que se opuso y me
opuse entre otras cosas por lo cuantioso que era y además por la forma como se
estaba haciendo la contratación del teleférico. Una vez construido Panachi,
claro está que lo visité. Me parece que el teleférico es una atracción
maravillosa y que ha generado muchísimo turismo para Santander; sin embargo
sigo pensando que lo que es el parque es un adefesio. Que es horrible lo que es
toda la construcción que hicieron con las columnas y lo demás, como son
horribles el ‘Monumento a la Santandereanidad’ y el mirador, y que se hubiera
cambiado la vegetación bellísima autóctona de los riscos del Chicamocha por
flores. Adoro las flores, pero me parece que no son para ese sitio. Ese lugar
además no es para tener avestruces, porque no tienen nada que ver con Santander.
Y me parece que tampoco es el sitio para tener una pista de patinaje sobre
hielo. Esas cosas no me gustan, pero el teleférico me parece sensacional y la
gente lo ha disfrutado mucho, entre otras yo. La estación en la Mesa de los
Santos es lindísima, pero hubiera sido suficiente haber hecho una estación por
el estilo al otro lado y no haber gastado tantísimos millones. También eso es
criterio mío y hay muchísima gente que le parece que eso es lindísimo. Entre
gustos no hay disgustos.
¿Pero al menos como santandereana se siente
identificada con el monumento, que algunos han apodado ‘los pinchos’?
Esa escultura me
parece horrible y no representa para nada la santandereanidad que dice
representar.
¿Será que ustedes mismos y en otras regiones de
Colombia no se han dado cuenta que es a punta de teleféricos como llegarán
recursos a raudales?
Yo creo que no.
Jamás he pensado que los teleféricos sean los que crean desarrollo en una
región. El desarrollo se crea con otro tipo de proyectos, que hay miles de
propuestas de las universidades muy buenas que tenemos aquí en Santander y que
no se pueden llevar a cabo precisamente por falta de recursos. No creo que sea
a punta de teleféricos que se haga el desarrollo de Santander, ni tampoco que
el desarrollo turístico se haga solamente con teleféricos. Hay una posibilidad
maravillosa de hacer un desarrollo turístico lindísimo en la hidroeléctrica del
río Sogamoso. Ese lago artificial (6.960 hectáreas) que se está creando puede
servir para todos los deportes acuáticos más preciosos y los alrededores para
hacer todas las atracciones que uno pueda soñarse, sin necesidad de construir
teleféricos.
¿En este debate dónde están los gremios de
Bucaramanga? ¿Posaron para la foto del Comité de Transparencia el 17 de mayo de
2012, pero ahora eluden la discusión?
Cuando se creó
el Comité de Transparencia por Santander, lo primero que se dijo fue que ese
comité era un representante de la sociedad civil de toda el Área Metropolitana
de Bucaramanga y el departamento de Santander. Ahí estuvieron presentes todos
los gremios. Estuvieron la Cámara de Comercio de Bucaramanga, Andi, Camacol,
Fenalco, Sociedad de Ingenieros, y todos firmaron la constitución de este
Comité de Transparencia y ellos muy entusiasmados con lo que íbamos a hacer.
Sin embargo no puedo decir lo mismo ahora cuando estamos trabajando en algo muy
concreto, pues en las últimas sesiones no hemos contado con la compañía de la
mayoría de ellos.
Si no es para hacerle seguimiento a asuntos como
este del ‘Santísimo’, ¿entonces para qué está diseñado el Comité de
Transparencia?
Pues los
presidentes de los gremios lo que han alegado es que el Comité fue hecho
exclusivamente para hacerle veeduría precontractual a algunos contratos del
Departamento y de los municipios del Área Metropolitana; sin embargo si eso es
así en el caso del ‘Cerro del Santísimo’ se hizo una veeduría precontractual
que no fue acatada por las autoridades, entonces ahí estamos en lo propio.
Pero por lo menos las universidades que
siempre asisten, ‘Bucaramanga cómo vamos’ que siempre asiste, las fundaciones
Compromiso y Participar, así como el representante de los veedores, pensamos
que un comité que se llama de Transparencia por Santander lo que debe velar
siempre es porque eso se dé, y la transparencia tiene que ver con la
contratación pública y con el uso adecuado de los recursos públicos, que son
recursos de todos.
¿Entonces podrían cambiarle el nombre a Comité de
Aplausos, ahorrándose así meterse en esas honduras y todos contentos y en luna
de miel con los gobernantes?
Yo no sé si de
aplausos o limitarse a que se llamara Comité de Veeduría Precontractual, que
eso es otra cosa. Yo lo que creo es que un Comité de Transparencia por
Santander debe hacer lo que está haciendo ahorita.
¿Qué papel específico juega la Cámara de Comercio de
Bucaramanga en esta polémica, que en los tiempos de la administración del
entonces gobernador Hugo Aguilar era tan acuciosa -como le corresponde-?
La Cámara de
Comercio de Bucaramanga es miembro del Comité de Transparencia por Santander; a
las últimas sesiones del Comité no ha podido asistir, y al foro tampoco.
¿Está dispuesta a ‘tirar la toalla’ Cecilia Reyes de
León y darse por vencida? ¿Por qué mejor no se une al coro y gestiona un local
de venta de obleas o de hormigas culonas para enriquecerse con los millones de
turistas que cada año vendrán de peregrinación al ‘Santísimo’?
Me fascinan las
obleas, pero eso sí sería lo último que yo haría en mi vida: tranzar mis
criterios por un negocio. Yo tengo muy claros mis valores y mis principios, así
como lo que estoy defendiendo, y hasta donde pueda lo seguiré haciendo, así me
quede sola. ¡Punto!
Como católica consumada que es, ¿no le teme a una
‘maldición’ del ‘Santísimo’ por haberse convertido en la piedra en el zapato de
Carlos Fernando de Jesús Sánchez y Richard Alfonso Aguilar?
¡No! Jamás
pienso que el Altísimo o el ‘Santísimo’ me llegue a castigar por estar
defendiendo a la comunidad, a lo público y algo que nos pertenece a todos,
¡jamás! Yo creo más bien que el Santísimo nos va a ayudar en esta tarea.
¿Y el 'Santísimo' inspirará al procurador general o
teme que por tratarse de una representación gigante de su dios, Ordóñez
Maldonado engavete los documentos que ustedes le entregaron?
No, él no va a
engavetarlos. Estoy segura también que eso no sucederá, y esperamos que la
Procuraduría haga lo que le corresponde.
(Recuadro)
Así lo dice el juez
Omar Alejandro
Alvarado Bedoya y Juliana Andrea Gómez Sandoval, son dos estudiantes universitarios
que el pasado 16 de abril interpusieron una acción de tutela contra el
Departamento de Santander, representado por el gobernador Richard Alfonso
Aguilar Villa, “por vulneración a los derechos de igualdad y a la libertad de
cultos”.
Tutela que se
refiere a la escultura que por 3.525 millones de pesos realizará Juan José
Cobos Roa en un plazo de 12 meses dentro del denominado “Ecoparque Cerro El
Santísimo” en Floridablanca y cuyo pedestal será suministrada por el Departamento
de Santander.
Al negar por
improcedente la acción tutelar y bajo el intertítulo “Desendiendo (sic) a las
evidencias”, el juez segundo laboral Rubén Fernando Morales Rey manifiesta que
“la evidencia u obligación contractual u objeto no es ‘un cristo’ (sic) específicamente,
sino una alegoría al ser superior y todo en una interpretación artística, que
escapa a una protección tutelar porque el arte es universal”.
Con una
perspectiva singular, el juez Morales Rey afirma que: “Como protección
principal no puede proferirse protección si hubiera violación o daño porque la
obra artística no existe todavía y solo es una incógnita saber cómo resultará y
no sabemos qué será. Ahora, sí (sic) llega a salir el artista finalmente con
‘un cristo’ (sic) seria (sic) para el tutelante una amenaza de violación y no un hecho cumplido, porque no está probado
ni menos construido realmente el presunto referido ‘cristo’ (sic); las amenazas
a (sic) violaciones a los derechos fundamentales tienen un tratamiento de mecanismo transitorio para evitar un mal
futuro, pero no ve este despacho amenazado el derecho a la libertad de cultos,
cuando lo real del objeto del contrato no indica que debe entregar exactamente
un cristo (sic); el contrato u obligación contractual generaliza a construir
una obra… ‘alegórica al ser superior en
cualquiera de las interpretaciones personales del observador’, si la
entrega futuramente (sic) es un buda, un chivo, un diablo o un cristo (sic),
seria (sic) obra artística que ya podría ser rechazada por el contratante si no
se cumple el objeto del contrato; pero no sería motivo de protección
transitoria, no podría el Juez interferir en lo contratado por la Gobernación o
interferir con el arte u dimensión artística para suspender la obra, porque
sería violación a una libertad artística y a una contratación sin tener
fundamento que el arte sea una amenaza; por tal tampoco como mecanismo
transitorio podría prosperar esta tutela que no se ve cono (sic) amenaza a la
violación de un derecho fundamental o libertad de cultos; aquí están en juego
dos derechos el de la libertad de cultos y el de la libertad artística; pero se
repite no está probada que la amenaza al tutelante de hacerle un cristo (sic),
sea inminente y que si se da la imagen tradicional de un cristo (sic), ya sería
tema de otra acción sobre hechos concretos según el devenir del artista; que si
fuera (Fernando) Botero saldría con un Cristo gordo y seria (sic) difícil verlo
como ofensa a los tutelantes, más bien vendría una avalancha de tutelas pero de
los obispos y rezanderos por irrespeto a las imágenes tradicionales, que sea de
paso decir la imagen que inventaron que es de Cristo, en realidad nadie supo
cómo es la cara cristo (sic), porque nadie puede tener una foto moderna de
cristo (sic), solo existen imágenes inventadas e impuestas culturalmente”.
“Nadie niega
-continua el juez- que a nuestros prehispánicos les arrancaran del alma sus
dioses y les metieron a la fuerza un Dios único con imágenes de cristo (sic) y
este sincretismo criminal de matar
dioses plurales como el sol y la luna o el agua o el dios, (sic) aire, para
meternos la imagen de cristo (sic), es asunto cultural, que si bien ataca y
amenaza la individualidad no podemos decir que tengan protección constitucional
en tanto y en cuanto son procesos culturales que existe la opción de tomarlos o
dejarlos; asunto diferente serían los hechos evidentes de coerción para optar
por una u otra religión aquí la alegoría a una religión como arte limita la
coerción”.
No conformes con
esta peculiar clase de Derecho, Arte e Historia, Alvarado Bedoya y Gómez
Sandoval impugnaron el fallo de tutela ante el Tribunal Superior del Distrito
Judicial y anexaron fotografías del acto de fijación simbólica de un Cristo en
el “Cerro del Santísimo”, llevado a cabo en la finca La Esperanza (antigua
cervecería Clausen) el pasado 29 de abril, en las que aparecen, entre otros, el
gobernador Aguilar Villa; su asesor Carlos Fernando de Jesús Sánchez Aguirre;
el director de la Cdmb, Luwing Arley Anaya Méndez; y el obispo de Bucaramanga,
Ismael Rueda Sierra, en el que según sus promotores “será un destino turístico
mundial”.
Sin embargo, el
31 de mayo el magistrado ponente Henry Lozada Pinilla, resolvió “confirmar la
sentencia de origen, fecha y antecedentes reseñados, exclusivamente, por las
razones precedentes”, remitiendo el caso a la Corte Constitucional para su
eventual revisión.
Cómo se ve que esa señora Cecilia Reyes se quedó en el siglo 19 y no le gusta para nada la modernidad: No le gusta Panachi, no le gusta el monumento a la santandereanidad, no le gusta la estación de Los Santos, no le gusta El Santísimo. Claro, no le gusta nada de lo que hizo el coronel Aguilar y lo que va a hacer su hijo, sin embargo, la susodicha señora, nada dijo cuando su jefe y amigo político Horacio Serpa Uribe (cuando fue gobernador) le regaló 5 mil millones de pesos a varios de sus amigos políticos-empresarios para que construyeran lo que dijeron se iba a llamar ACUALAGO y que hoy es un elefante blanco y con un gravísimo daño al fisco departamental. ¿Dónde estaba esa señora cuando su amigo Serpa despilfarró esos recursos de los santandereanos? ¿Por qué se quedó callada? ¿Por qué no dijo nada sobre las actuaciones de Fernando Vargas Mendoza cuando fue alcalde de Bucaramanga y que le costaron el puesto? ¿Esas son las dirigentes de las 'Fuerzas Vivas de Santander'. ¡Qué pena! Por dirigentes como esta señora, es que Santander se rezagó en su desarrollo.
ResponderEliminarFuerzas vivas de Santander? Lo que es, es una vieja verdulera de pacotilla.
ResponderEliminarSigan así con esa berraca envidia santandereana, y no llegarán a ningún Pereira, es más, Pereira se los pasa...
A Pastorcito se le olvidó preguntarle a esta señora por qué la Fiscalía le dictó medida de aseguramiento cuando estuvo en la CNTV y por qué la Procuraduría la sancionó por el mismo chanchullo. Con semejantes pecados y hoy es la "veedora" de los contratos en Santander. je je je
ResponderEliminarA la señora Cecilia Reyes, si le gusta la modernidad y el progreso, lo que NO le gusta es la corrupción, las coimas, los chanchullos, los torcidos del coronel Hugo Aguilar Naranjo y de sus hijos Mauricio Aguilar Villa y Richard Aguilar Villa, la familia Aguilar junto con Luis Alberto Gil Castillo, se están robando, el presupuesto, los impuestos, las regalías del petróleo y los 6.6 Billones de pesos que asignó el presidente Santos, para infraestructura y obras del Departamento de Santander.
ResponderEliminarQué bonita familia !!!!! “SANTADEREANOS ABRAN EL OJO UNA SOLA FAMILIA NO PUEDE GOBERNAR EL DEPARTAMENTO, ES COMO CUANDO UNA DICTADURA GOBIERNA UN PAIS”