miércoles, 21 de agosto de 2013

La Mane sigue en su cuento

En su cuenta de Twitter @sergiofmane, Sergio Fernández tiene 7.399 seguidores y ha escrito trinos como: “Ojalá Santos acabe su periodo antes de que acabe con el país”.
Según una encuesta publicada por la revista Semana, el vocero de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (37.481 seguidores en Twitter) y columnista del portal las2orillas.com figura en el sexto lugar de activistas sociales con más factor de influencia a nivel nacional en las redes.
Este politólogo y estudiante de una maestría en Derecho en la Universidad Nacional, visitó la UNAB el pasado 15 de agosto y concedió esta entrevista sobre la reforma a la Educación Superior, un debate que para nada está clausurado.
Le comenté a una veintena de estudiantes que Sergio Fernández venía a la UNAB, y dijeron: “¿Ese man quién es?” Entonces le pregunto: ¿Será que son casos aislados de desinformación o que el problema de la reforma a la Educación Superior no toca a las universidades privadas?
Claro que sí las afecta. Es más, cada día son más de universidades privadas que se suman a la lucha que ha venido dando la Mesa Amplia Nacional Estudiantil en tanto entienden que la pauperización de la universidad pública también afecta a los estudiantes de la universidad privada porque el tema de los créditos y el endeudamiento de las familias es consecuencia de estudiantes a los que la universidad pública les cerró la puerta en la cara, y también porque en la universidad privada hay problemas con el aumento de matrículas, con la falta de democracia, con ausencia de programas de bienestar y líos de calidad. En buena medida los mismos problemas que sufre la universidad pública, obviamente con otras características, pero es claro que el problema de la Educación Superior es un problema no solamente de la universidad pública sino también de la universidad privada.
¿La Mane ‘tiró la toalla’? ¿Se durmió en los laureles? ¿Se vendió por un plato de lentejas? ¿En qué están?
La Mane se dedicó un año y medio a construir una propuesta alternativa de Educación Superior. Después del 10 de noviembre del año 2011 cuando derrotamos la propuesta de Juan Manuel Santos, le propusimos al Gobierno Nacional que se concertara una reforma a la Educación Superior y de allí comenzamos el proceso de construir una propuesta de ley alternativa, que este semestre le vamos a presentar al país, y una vez lo hagamos se le va a pedir al Gobierno una mesa de concertación para que esa propuesta sea realmente democrática en su procedimiento. Por supuesto que no renunciamos a la movilización, que se ha venido desarrollando durante año y medio. Este semestre vamos a convocar movilizaciones. La primera será el 29 de agosto, la segunda el 11 de septiembre, la tercera el 28 de septiembre y en octubre vamos a tener una agenda bastante concurrida de movilizaciones con el propósito de exigir recursos nuevos para la Educación Superior de cara a la aprobación del presupuesto para el año 2014.
¿Dónde será esa primera protesta?
Será de carácter nacional y la idea es que en todas las ciudades haya movilizaciones de acuerdo al nivel de organización y a la decisión de cada universidad. Habrá universidades donde haya marchas, otras donde se haga una ‘abrazatón’ o una ‘besatón’, en fin…
El presidente Santos acaba de anunciar la creación de cien mil cupos para formar tecnólogos en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena). ¿Solucionado el asunto?
El Gobierno ha venido aumentado la cobertura mediante un mecanismo perverso que es el de crear programas de educación superior en el Sena, que es una institución de formación para el trabajo. El Sena no es propiamente una institución de educación superior. Nosotros hemos planteado la necesidad de aumentar cobertura realmente en educación superior, no de inflarla sino de crearla, y además con condiciones de calidad buenas. Por ello es que hemos exigido al Gobierno Nacional que sanee la deuda que tiene con la universidad pública. Según los rectores de las universidades públicas, es una deuda de más de once billones de pesos. Y ese es el único mecanismo que realmente puede aportar tanto al tema de cobertura, como al tema de calidad.
¿La ministra de Educación, María Fernanda Campo, escucha la palabra Mane y tiembla o ese nombre ya no le produce ni cosquillas?
Seguramente la pesadilla de la ministra Campo es la Mane, y tan es así que este año se ha convocado a la ministra en varias oportunidades a debates públicos con la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, en medios de comunicación, en universidades, y el Ministerio no ha aceptado las invitaciones y no ha mandado a nadie, porque es claro que el propósito es tratar de enfriar la discusión, de evadir el debate público con los estudiantes, y pues en tanto el Gobierno insista en reeditar los errores del año 2011, pues la Mane también va a insistir en movilizarse para denunciar ese tipo de atropellos.
¿Pero en concreto qué es lo que piden?
Lo único que estamos pidiendo es educación como derecho. Y educación como derecho implica que el Estado se haga cargo de tres cosas dentro de la universidad pública: la primera es que financie el acceso a la educación superior, lo cual significa que progresivamente comencemos a aplicar matrícula cero. Segunda, que el Estado garantice la permanencia de los estudiantes, con programas de bienestar y que haya cafeterías, transporte, viviendas. Y tercera, que haya calidad, la cual es una condición necesaria para que la educación pueda llamarse derecho, y calidad es que haya excelentes profesores, formación para los docentes, infraestructura, laboratorios… Que se sanee esa deuda de once billones de pesos que se tiene con las universidades públicas que hoy se están cayendo literalmente a pedazos. Y, por supuesto, que haya democracia, que se respete la autonomía en universidades públicas y privadas, que se regule el costo de matrícula en las universidades privadas, que se reduzcan a cero los intereses para todos los créditos del Icetex que hoy condenan a las familias a condiciones leoninas y usurarias que las ponen en el dilema de pagar el arriendo o pagar la matrícula del muchacho.
¿Cuando ustedes afirman que el origen de todo el problema es la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos es que están viendo fantasmas donde no los hay?
Lo cierto es que el exviceministro de Educación Superior, Javier Botero, que fue quien presentó la reforma a la educación superior -que derrotó la Mane en 2011- fue también el jefe de la mesa de negociación de comercio transfronterizo de servicios, incluyendo la educación superior, con cláusulas qu por ejemplo señalan que la universidad pública debe desfinanciarse progresivamente y que deben asignarse recursos también para la universidad privada trasnacional que va a empezar a entrar a Colombia. Ya hay universidades de Estados Unidos que empezaron a comprar universidades acá como el Politécnico Grancolombiano, y que intentaron comprar La Gran Colombia, Inpahu, Los Libertadores y otras.
Esa propuesta de reducir los recursos para la universidad pública y crear una bolsa de recursos públicos para asignarle a estas multinacionales, la formuló el presidente Santos en la reforma del año 2011. Propuestas como desregular el costo de matrículas; es decir, permitir que las universidades puedan aumentar el costo de las matrículas de manera desmedida, sin ningún control ni regulación por parte del Estado, era una de las iniciativas de Santos que está en consonancia con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Otra de las propuestas era  permitir que existan universidades mixtas, con ánimo de lucro, en fin… Y esas son obligaciones que contrajo Colombia en el marco del TLC que le imponía a Colombia algo que propuso Santos en la reforma a la Ley 30 (de 1992), y es que cuando la universidad pública se quebrara podría recibir recursos privados, y a través de esos recursos cambiar su figura de pública a mixta y ser regida por derecho privado. Es decir, la privatización total de la educación superior. Eso no se había atrevido nadie a proponerlo. Entonces es cierto y es comprobable que la política de educación superior de Santos es la de adecuar la Educación Superior a las necesidades del libre comercio.
Varios edificios de la Universidad Nacional -que tiene su sede principal en Bogotá-, se están cayendo. ¿Entonces qué esperanza le queda a universidades que están en los extremos geográficos de este país?
Eso es lo que nos preguntamos todos, porque uno entra a la Nacional y encuentra el mítico auditorio León de Greiff entregado en concesión a ‘Tú boleta’; al frente está la torre de Enfermería cerrada, cayéndose a pedazos y con una inclinación grave que pone en riesgo a quien entre allí; el edificio de Arquitectura paradójicamente también está sellado; el estadio ‘Alfonso López Pumarejo’ entregado en concesión a Cafam y no pueden pisar su grama ni estudiantes ni profesores ni nadie de la comunidad académica; la unidad ‘Camilo Torres’ y el edificio ‘Uriel Gutiérrez’ -donde queda la rectoría- cayéndose a pedazos, y el hospital universitario en obra negra. Es decir, la situación de la Universidad Nacional sede Bogotá habla muy mal de la situación de la Educación Superior en Colombia. Y me hago la misma pregunta: cómo estarán la Universidad Tecnológica del Chocó, la Universidad Popular del Cesar o la Universidad de los Llanos y tantas otras, si la Nacional es la de mostrar, la que más recursos tiene, la que más investigación genera y la mejor del país.
¿Hasta dónde el vocero de la Mane actúa y opina con autonomía y hasta dónde ya le ‘lavó el coco’ su amigo y conmilitón el senador del Polo Democrático, Jorge Robledo?
La obligación de los voceros de la Mane es plantear las posiciones de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, que es un escenario gremial compuesto por diversos sectores políticos. Al interior de la Mane hay estudiantes del Partido Verde, de la Marcha Pariótica, del Partido Liberal, del Congreso de los Pueblos, del Polo Democrático Alternativo como lo soy yo, del Partido Conservador, del Mira… Allá hay de todo: anarquistas, de izquierda, de derecha, católicos, ateos… y a nuestro juicio eso lejos de ser un defecto de la Mane es el mayor baluarte. La Mane no le pertenece a ninguna organización política, a ningún partido. No tiene filiación política, a pesar de que sus miembros sí la tengan, luego eso es lo que le permite ser tan amplia, realmente gremial y lo que posibilita la participación de todos los sectores. Esa es la mayor cualidad de la Mane y la que la dota de fuerza.
¿Entonces esa condición no lo inhabilita para opinar?
Ni a mí, ni a ningún estudiante. Es más, desde la Mane siempre hacemos un llamado a la politización del movimiento estudiantil, a que asuman posiciones políticas sin importar cuáles sean, pero que las asuman de manera abierta, sin temor, y siempre le exigimos al Gobierno garantías para que los estudiantes puedan desarrollar su ejercicio político en términos democráticos y sin ningún problema.

1 comentario:

  1. ¿Cuáles son los voceros de la MANE que representan al partido conservador? Sería bueno conocerlos.

    Habría que preguntarle al país si estaría dispuesto a pagar más impuestos para asegurar la gratuidad que piden.

    Los rectores nunca han dicho que hay un déficit de 11 billones. Esa es una cifra inventada e inflada.

    Claro que se necesitan más recursos, pero hay que analizar técnica y no políticamente de dónde van a salir. La gratuidad vale mucho más de lo que la misma MANE dice, pregúntenle a los técnicos.

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