jueves, 31 de enero de 2013

El obispo que no estuvo donde El Tiempo aseguraba que sí


Monseñor Nel Beltrán Santamaría (hoy día Obispo de Sincelejo-Sucre), observa la edición del periódico El Tiempo, que el último domingo de marzo de 1994 debió rectificar en primera página para decir que el jerarca católico no estaba negociando clandestinamente con la guerrilla en Cuba -como lo afirmaba la serie de informes publicados por su jefe de redacción Francisco Santos-, sino que se hallaba de vacaciones en Orlando (Estados Unidos), junto a Micky Mouse, Pluto y Tribilín. Fotos PVG.






(La rectificación de El Tiempo)


OBISPO NEL BELTRÁN

NO ESTUVO EN CUBA

Tras cotejar las pruebas en poder del obispo de Sincelejo, Nel Beltrán, y evaluar nuevamente la credibilidad y seriedad de las fuentes que suministraron la información que dio pie para las publicaciones sobre un supuesto viaje del prelado a Cuba y una cumbre guerrillera en esa isla, EL TIEMPO rectifica ambas informaciones y ofrece disculpas al obispo Nel Beltrán, a la Iglesia católica y al gobierno de Cuba. A pesar de la aparente solidez de la información entregada por la fuente inicial, su confirmación por parte de una segunda persona de gran credibilidad y de un informe de inteligencia de un organismo de seguridad del Estado, entregado por un alto funcionario del Gobierno, además del aval de la Fiscalía General de la Nación, al no haber contactado oportunamente y por más difícil que fuera, al obispo Nel Beltrán, el Jefe de Redacción, Francisco Santos, autorizó la publicación de varias informaciones sin someterlas a los filtros necesarios para comprobar su veracidad. Por ende es e

La agresividad en la búsqueda de lo que en el argot periodístico se llama una chiva, llevó a este diario, y a su Jefe de Redacción y a su editor judicial, Edgar Torres, en particular, a tomar decisiones equivocadas que produjeron, como consecuencia, informaciones falsas, y subsiguientes reiteraciones de las mismas, que hoy rectificamos.
EL TIEMPO fue blanco de un montaje de oscuras intenciones, cuya autoría intelectual y propósitos de fondo aún no hemos logrado establecer. Ello, sinembargo, no disculpa el error cometido, pues un trabajo profesional y serio de evaluación de fuentes, de reconfirmación de datos y de confrontación con las personas afectadas habría desenmascarado a las fuentes y nos habría evitado la publicación de informaciones que perjudicaron el buen nombre de monseñor Beltrán.
El editor judicial presentó su carta de renuncia y las directivas de este diario estudiarán las medidas disciplinarias que amerite el caso. Por su parte, el Jefe de Redacción hizo lo propio y la Junta Directiva determinará qué decisión toma al respecto.
La historia de la celada EL TIEMPO conoció la noticia hacias las 7:30 de la noche del martes 8 marzo.
Un funcionario de Estado de altísima credibilidad le dijo a un redactor que poseía evidencias de que un obispo y la cúpula de Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CG) habían sostenido una reunión cumbre en La Habana.
El prelado dijo la fuente era Nel Beltrán y los insurgentes eran Alfonso Cano , Iván Márquez y Alberto Gutiérrez Bermúdez de las Farc y Leonel Pardo del Epl, entre otros.
La reunión añadió había tenido lugar en el marco del IV Encuentro Latinoamericano y del Caribe por la Solidaridad, la Soberanía, la Autodeterminación y la Vida de Nuestros Pueblos, celebrado en La Habana entre el 25 y el 28 de enero de este año.
En la tarde del día siguiente, miércoles 9 de marzo, una vez consultado nuevamente el alto funcionario que hizo la revelación, una reportera de este diario se comunicó con el obispo Nel Beltrán.
Indignado con la información de su supuesto viaje a Cuba, el prelado fue lacónico en su respuesta: Quién le dijo eso..? Infórmese bien! porque de lo contrario voy a denunciarlos .
El ministro de Defensa Nacional, Rafael Pardo, sostuvo que la información no era cierta, y el titular de la cartera de asuntos políticos, Fabio Villegas, explicó que, auncuando el Gobierno no tenía información oficial, sí había escuchado versiones a ese respecto pero sin verificación alguna.
Ante la respuesta del obispo y los ministros, otra vez EL TIEMPO ubicó y dialogó con el alto funcionario que dió la información. Este la avaló una vez más.
Se comprometió además a declarar, en su calidad de funcionario y en virtud de las evidencias en su poder, en caso de un proceso judicial contra el periódico.
Se decidió entonces que la noticia saldría en primera página al día siguiente, jueves 10 de marzo, pero sin que se revelara el nombre del obispo Nel Beltrán. Así apareció el primer artículo: CNG estuvo en La Habana .
Primer día, más fuentes Tras el escándalo que siguió a la publicación de la noticia ese jueves 10 de marzo y la reacción del Gobierno desvirtuando la información, EL TIEMPO acudió otra vez a la fuente original.
Esta se ratificó en lo expresado, suministró algunos detalles adicionales y envió fotocopias de algunos de los documentos que le habían sido aportados. Entre ellos, una fotocopia del periódico Granma, el principal órgano oficial de La Habana.
Señalado con esfero y dentro de un cuadro, con la anotación Eln , aparecía un miembro de las Bases Eclesiales al que un testigo acusaba de ser activista de la Unión Camilista del Eln.
La información adicional indicaba que durante el IV Encuentro Latinoamericano, el dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Jorge Ortega, había repartido volantes de la CG junto con otro guerrillero de las Farc, de nombre Alberto Gutiérrez Bermúdez.
Ortega había sido detenido, tras su regreso de Cuba, en una operación del Ejército, el 12 de febrero. Fue capturado en Mesitas del Colegio junto con otras siete personas que, según el propio comandante del Ejército, general Hernán José Guzmán, eran elementos del Eln . La fuente original terminó así el último diálogo de ese jueves: EL TIEMPO lo que tiene que hacer es sostenerse en lo que ha dicho porque esa es la verdad .
El testigo anónimo Ese mismo día, jueves 10 de febrero, un hombre que dijo ser testigo presencial de la cumbre en Cuba y la persona que había puesto esa información en poder del alto funcionario con que había dialogado EL TIEMPO, telefoneó a la sección internacional del periódico.
Además de agregar detalles a lo que EL TIEMPO había publicado, quien telefoneaba aseguró que existían otros testigos que podían corroborar lo que él afirmaba.
Suministró la identidad de una religiosa, una monja con autoridad dentro de una comunidad notable. No tengo su número telefónico, ni su dirección dijo pero tengo en mi poder el número de un apartado aéreo y sé la orden a la que pertenece .
Ella explicó podía dar fe que de su encuentro con monseñor Nel Beltrán en el Banco Nacional de La Habana, en Cuba, cuando ambos cambiaban dinero.
Además agregó la religiosa sabía de denuncias importantes sobre lo que realmente ocurría con la asistencia que se enviaba a Cuba y que no termina en el pueblo cubano, sino en el buró político o desvíadas hacia guerrillas en otros países .
El misterioso testigo, que dijo no dar su nombre por temor a ser asesinado, se abstuvo de identificarse. Aseguró sí que volvería a comunicarse con EL TIEMPO, al mismo número, cuando hubiese encontrado a la religiosa.
Ese mismo día, en la tarde, dejó en la oficina de EL TIEMPO, en el centro de Bogotá, un sobre con un manuscrito en el que explicaba lacónicamente su denuncia. Firmaba como Efrén .
En el sobre también dejó fotocopias del panfleto de la Coordinadora Guerrillera supuestamente repartido durante el IV Encuentro y fotocopias del periódico Granma en el que aparecía el presunto miembro de las bases eclesiales, activistas del Eln. Eran los mismos documentos que había enviado ese día a EL TIEMPO el alto funcionario que había sido origen de la información.
Otras 2 fuentes Finalmente, a regañadientes, ese mismo jueves 10 de marzo, dos altos funcionarios de los servicios secretos del Estado, que exigieron absoluta reserva de su identidad, entregaron más información a EL TIEMPO.
Cuanto han publicado es cierto. Existe un informe de inteligencia militar con muchos más datos de esa cumbre dijo un funcionario de alto rango.
Otro funcionario suministró lo que para su dependencia era el itinerario del obispo. Entregó la fotocopia del pasaporte de Nel Beltrán y explicó la versión oficial que la dependencia a su cargo tenía sobre la ruta que el prelado había seguido para llegar a La Habana.
Así se publicó la segunda información del 11: Las nuevas revelaciones sobre la cumbre de la CG en La Habana e Itinerario del Obispo . Y los pronunciamientos del Gobierno y la Embajada que desmentían lo difundido. Otra vez se omitió hacer mención del nombre del prelado ante los infrustuosos intentos por localizarlo, y no se identificó al miembro de las Bases Eclesiales a quien tampoco había sido posible ubicar.
El sábado 12 se publicó la versión de las agencias de viajes que coordinaron el viaje de los colombianos que fueron al encuentro, el partido comunista, los familiares del dirigente detenido de la CUT y la rueda de prensa que citó el obispo Nel Beltrán, en Sincelejo, en la que instó a EL TIEMPO a revelar el nombre del prelado que había participado en la supuesta cumbre.
La Superiora El domingo 13 de marzo, hacia las nueve de la noche, cuando la Redacción hervía con el resultado de los comicios para Senado y Cámara, y después de 2 días de buscar entre diversas congregaciones religiosas al segundo de los presuntos testigos de excepción, EL TIEMPO ubicó a la monja superiora gracias a las hermanas de otra congregación en Bogotá.
Ella, desconcertada por la forma como la habían localizado, reveló de inmediato el nombre del testigo que había puesto en conocimiento de un alto funcionario de Estado la supuesta cumbre.
La persona que habló con ustedes, te digo de una vez, es Libardo García . En realidad, lo estableció posteriormente EL TIEMPO, se trataba de Luis Arturo García quien efectivamente aparecía en la lista de viajeros al IV Encuentro que había suministrado la Embajada.
La religiosa explicó que había considerado la posibilidad de contratar un buscapersonas para ubicar a Libardo y dijo: Si no lo he hecho es por respeto a su nombre y a las reservas que él tiene, pero lo cierto es que me urge hablar con él .
Desde el primer momento, la monja se motró extrañada por la confusión que creaba la versión de Libardo . Ella sí conocía denuncias con respecto al destino de asistencias enviadas por Colombia a Cuba, pero no entendía qué relación podía tener aquello con el nombre de monseñor Nel Beltrán.
La religiosa advirtió que no vincularía por ningún motivo en sus declaraciones (sobre Cuba) a personas de institución Iglesia (Monseñor), y menos a personas, que más que personas son instituciones . Con todo, cuando se le explicó que su nombre permanecería en absoluta reserva, que EL TIEMPO ya había publicado algo sobre la presencia de un obispo en Cuba, que aún el periódico no iba a utilizar su testimonio, y que solo deseaba saber si lo que Libardo decía era cierto, la religiosa dijo que el periódico debía dar por cierto lo que él ( Libardo ) había dicho acerca del encuentro que ella había tenido con monseñor Nel Beltrán, cuando este cambiaba moneda cubana, en el Banco Nacional.
Después precisó: fue en la semana del Encuentro .
La religiosa que también había dicho: yo a monseñor lo conozco de hechos pasados y de hechos recientes y (...) Es que quien no va a conocer a Monseñor! condicionó una segunda charla con EL TIEMPO a la aparición de Libardo .
La segunda llamada Al día siguiente, lunes 14 de marzo surgieron más confirmaciones de lo que EL TIEMPO venía publicando. Un periodista obtuvo el texto del informe secreto de inteligencia militar y hubo nuevas afirmaciones de la religiosa.
Ante la infructuosa búsqueda de Libardo EL TIEMPO volvió a comunicarse con la superiora y esta vez su declaración fue más convincente.
Ante una pregunta sobre si durante el IV Encuentro Latinoamericano ella había comentado algo de sus denuncias (sobre lo que pasaba con las ayudas envíada a Cuba) a Monseñor Beltrán, la religiosa respondió: A no! Es que yo no estuve en el Congreso! y con monseñor no me encontré ni por cuestión de citas ni nada, sino porque... ambos en gestión de bancos y entonces llegar y por ejemplo saber que él era monseñor, que yo soy fulanita de tal aunque nunca más me vuelva ni a recordar ni a saber y el saber quien era yo. No porque nos hayan presentado alredor del hecho (el Congreso) (...) El encuentro con Monseñor fue accidental, completamente, completamente .
Más adelante, ante una pregunta sobre si Monseñor le había explicado qué hacía en Cuba, la religiosa dijo: No. No (...) . Después reiteró el encuentro pero dijo: Es que yo no me acuerdo si fue miércoles o jueves. De verdad, no me acuerdo .
El informe En la tarde del lunes 14 de marzo, un funcionario alto rango en los servicios secretos accedió a entregar a EL TIEMPO el informe confidencial que atribuyó a inteligencia militar y que tal y como lo había dicho contenía datos sobre la cumbre. Además le dijo que existía un tercer documento.
El documento 2 incluía varios de los detalles que había suministrado la fuente original. El principal: la dirección del apartamento que se había asignado en La Habana a Alberto Gutiérrez Bermúdez D-2, apartamento 2, zona 7 Alamar de La Habana Este.
Sin embargo, había otros datos. Los teléfonos y direcciones del mexicano Luis Alfonso Vargas Silva y del dominicano Ramón Almanzar, director del Colectivo de Organizaciones Populares de República Dominicana .
Luis Vargas decía el informe asistió por México, reside en Nogal N 122 esquina Alzate Col. Santa María de la Ribera, México D.F. teléfono 547-88-17. Fue el enlace entre los subversivos y el gobierno colombiano en los diálogos que se efectuaron en Tlaxcala .
En lo que respecta al ciudadano dominicano, el informe consignaba que era el enlace entre Aida Abella y los dominicanos y que había impulsado una campaña de desprestigio contra Colombia, utilizando como pretextos los supuestos abusos y violaciones de los derechos humanos por parte de autoridades colombianas. Para tal fin, integrantes del Colectivo de Organizaciones Populares de República Dominicana , recogieron firmas entre los asistentes, denunciando torturas y malos tratos que supuestamente sufren los presos dominicanos en Colombia.
El cabecilla del colectivo es Ramón Almanzar, residente en C/Mercedes Nro 470 esquina. Pablo Hícado zona colonial, Santo Domingo, teléfonos (809) 6867909 - 6857379 .
EL TIEMPO verificó los datos telefónicos y la existencia de las personas citadas y, por lo menos en lo que hacía a su identidad y sus eventuales vínculos, la información consignada en el informe era absolutamente cierta (esta semana, cuando finalmente se le ubicó, Almanzar confirmó que habían recogido 800 firmas de 500 organizaciones, que habían envíado una carta al presidente César Gaviria y que habían promovido en su país protestas para que el Gobierno de República Dominicana no votara en favor de un gobierno violador de derechos humanos en la OEA. ).
Ante el testimonio de la Superiora, su decisión de hablar con un alto funcionario de Estado y en virtud de lo verificado del informe de inteligencia y de la existencia de un 3 documento, EL TIEMPO empezó otra vez a tratar de localizar a Monseñor Beltrán y a buscar descubrir quién era realmente Libardo García.
Apareció El martes 15 de marzo, en la mañana, después de que EL TIEMPO ubicó su número de teléfono, Luis Arturo García se presentó con una carta en la que aseguraba estar dispuesto a testificar bajo juramento si es que el periódico lo requería.
Entonces relató su versión, explicó qué había más testigos del hecho, se presentó como presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo de la Economía Solidaria, un movimiento de campesinos que ha mediado en las mesas de paz en Barrancabermeja y que tiene su fuerte en la región del Sumapaz.
Finalmente dijo que se comunicaría con la religiosa para que atestiguara.
Al día siguiente, miércoles 16, el periodista enviado desde Bogotá para hablar con la superiora, en una congregación, en otra ciudad del país, fue testigo de la llamada de Libardo a la monja.
Y más tarde, cuando desde Bogotá otro periodista de EL TIEMPO se comunicó con la religiosa, para saber si Libardo efectivamente había hablado con ella y si ella lo iba a contar todo, ésta le dijo que sí y le volvió a ratificar que sí había tenido un encuentro con el obispo.
En Bogotá, entre tanto, EL TIEMPO estableció que Libardo había hecho llegar otro documento a un alto funcionario del Estado en el que anunciaba los contactos con otros 2 testigos. Uno de ellos la religiosa.
Explicaba que lo único que le preocupaba era que EL TIEMPO conociera su identidad, que supiera en donde vivía y que el Ejército haya entregado un informe que tenía oculto y que Usted sabe me involucra totalmente .
Por lo demás estoy dispuesto a cumplir como testigo, no solo en este caso, en el de los dominicanos presos en Colombia y sobre un trabajo que se hace donde organizaciones campesinas, fachadas de la subversión, que malversaron el año pasado 1.000 millones de pesos de una entidad oficial.
Luego pedía no vivienda para esconderme sino para desde allí dimensionar mi trabajo .
El comunicado Entonces vino el comunicado de la Conferencia Episcopal exigiendo la divulgación del nombre del prelado.
Con fundamento en una nueva consulta sobre legitimidad del informe de inteligencia de la institución militar, en la existencia de un 3 documento en otra agencia de seguridad, y en las evidencias en poder del alto funcionario, se decidió publicar para el jueves la historia: 48 horas de Nel Beltrán en Cuba .
Entonces no se conocían los antecedentes de García ni la retractación que de sus afirmaciones iba a hacer la religiosa.
El viernes, cuando empezaron a aparecer los contundentes desmentidos de monseñor Beltrán, Libardo habló otra vez con EL TIEMPO y con el alto funcionario de Estado. El martes de esta semana Libardo condujo a la religiosa hasta la Fiscalía, mientras aseguraba que iba a traer otros dos testigos.
La religiosa dijo al alto funcionario que lo que ella conocía eran algunas denuncias sobre la asistencia destinada a Cuba y que no haría declaración alguna respecto al punto del encuentro con el prelado.
Mire le dijo la religiosa al funcionario mi recibo en el Banco Nacional fue el 044 busquen en los números cercanos: 046, 047, 048 y encontrarán la verdad. Ustedes son el Gobierno. Investiguen .
También le dijo al funcionario que hasta he pensado en enviarle una carta a monseñor o comunicarme con él .
Tras ese episodio, EL TIEMPO citó otra vez a Libardo , Luis Arturo García, en sus oficinas y lo instó a explicar de dónde había surgido todo esto.
Sin embargo, lo único que reiteró es que existían varios testigos, que tenía grabaciones diversas y que, aun cuando esperaba presentarlas en un proceso, las pondría a disposición de EL TIEMPO el jueves a las 4 de la tarde.
García quien ha dicho lo mismo a altos funcionarios de Estado nunca hasta ahora aportó esas evidencias y, en cambio, EL TIEMPO descubrió varios antecedentes suyos que hacían de su versión un testimonio nada confiable.
Además de haber suministrado información al Ejército y a la Fiscalía, este hombre era el mismo informante que había ido con la versión de la Cumbre a otro agencia de seguridad del Estado y de ahí la coincidencia de todas las fuentes sobre la supuesta cumbre en Cuba.
A la vez, según lo verificó EL TIEMPO el viernes pasado, Luis Arturo García había obtenido ya, de la Dirección Nacional de Estupefacientes, en calidad de secuestre y como Presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo de la Economía Solidaria, una bodega decomisada a la mafia en el norte de Bogotá.
Yo soy un encubierto le había explicado recientemente a otra funcionaria del ministerio de Justicia, en tanto que al Director Nacional de Estupefacientes se le había presentado como el hombre político de Pablo Escobar en Medellín sin Tugurios .
También se sabe según explicó él que es un reinsertado de las Farc en 1.982.
Durante más de 48 horas, desde el jueves, EL TIEMPO ha intentado infructuosamente volver a ubicar a García para saber quién está tras su versión, pero en su residencia solo responde una adolescente desconcertada: Mi papá esta en el Bajo Cauca y no vuelve sino hasta después de Semana Santa .
Esta es la historia de la increible manipulación de que ha sido objeto EL TIEMPO. Una lección implacable de la que solo surge una duda. Luis Arturo García manipuló a EL TIEMPO, a altos funcionarios de la Fiscalía y, por cuenta de sus versiones, al Gobierno y a una agencia de Seguridad del Estado.
La gran incógnita, el interrogante de fondo que queda por absolver, es quién manipuló Luis Arturo García? Quién o quiénes fueron los inspiradores, los reales autores intelectuales, de esta siniestra celada informativa .
Se ha esclarecido la verdad La Conferencia Episcopal de Colombia expidió un comunicado en el que dijo que ha quedado esclarecida la situación de monseñor Nel Beltrán a raíz de la versión sobre su supuesta participación en una cumbre guerrillera en Cuba.
En una misiva dirigida a EL TIEMPO, la Conferencia Episcopal dijo que el mayor daño que se le hace al país es la mentira y señaló que la Iglesia Católica continuará al servicio de la verdad.
1. Son de conocimiento de todo el pueblo colombiano las acusaciones en las cuales se ha visto comprometida la veracidad de la Iglesia Católica en Colombia, de Obispos y, de manera especial, de monseñor Nel Beltrán Santamaría, Obispo de Sincelejo, sobre una supuesta participación en una cumbre guerrillera que se habría realizado en Cuba en el pasado mes de enero.
2. El asunto era de tal gravedad que no solamente EL TIEMPO, sino igualmente instituciones del Estado, estuvieron involucradas en el problema y el mismo Gobierno Nacional pidió públicamente explicación al Gobierno Cubano.
3. Con espíritu cristiano hemos recibido esta dura prueba, con la seguridad de que la verdad siempre se abre camino, así haya que soportar incomprensiones y calumnias. Jesucristo es el Esplendor de la Verdad, a El nos hemos acogido e invitamos a todos a dejarse iluminar por El.
4. Seguros de la verdad de las pruebas que tiene monseñor Nel Beltrán, que demuestran ampliamente su honorabilidad y honradez, hemos solicitado al diario EL TIEMPO que confronte dichas pruebas con las denuncias de los informantes que dieron origen a las acusaciones. Ante las verdaderas pruebas el diario EL TIEMPO, asaltado en su buena fe, con valentía y rectitud ha reconocido la verdad rectificando sus informaciones.
5. Una vez que se ha esclarecido la verdad, solamente nos queda invitar a todo el pueblo colombiano, con ocasión de la Semana Santa que iniciamos este domingo, a que todos nos convirtamos a la persona de Jesucristo a imploremos que nos conceda la capacidad de perdonar y de reconciliarnos. Jesucristo, Camino, Verdad y Vida , logrará que llegue la paz verdadera y la reconciliación a Colombia. La Iglesia Católica continuará su servicio de verdad. Estamos convencidos de que el mayor daño que se la hace al país es la mentira.
Santa Fe de Bogotá, D.C., 27 de marzo de 1994.
(Fdo.) Pedro Rubiano Sáenz, Arzobispo de Cali, Presidente de la Conferencia Episcopal.
Alberto Giraldo Jaramillo, Arzobispo de Popayán, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal.
Jorge Enrique Méndez Carvajal, Obispo de Zipaquirá, Secretario General del Episcopado.
Publicación
eltiempo.com
Sección
Otros
Fecha de publicación
27 de marzo de 1994



(Versión de la revista Semana) 

ALGUIEN ESTA MINTIENDO

El caso del padre Nel Beltrán y la supuesta cumbre guerrillera en Cuba sólo se explica por una mentira de la Iglesia Católica o una de la Fiscalía General de la Nación.


Entre el 23 y el 28 de enero de este años, durante la realización de una de las muchas conferencias políticas latinoamericanas que suelen celebrarse en La Habana, en esta ocasión bajo el pomposo nombre de "IV encuentro latinoamericano y del Caribe por la autodeterminación de los pueblos", se habían reunido -según El Tiempo- un "controvertido obispo colombiano", los jefes guerilleros Iván Márquez y Alfonso Cano, de las FARC, y dos comandantes del EPL y el ELN, de apellidos Gutiérrez y Pardo. 


La información había sido entregada a un alto funcionario del Estado por un ciudadano colombiano testigo de tales hechos. Lo que más llamaba la atención era que, según aquella versión, las propias autoridades cubanas habían asignado una oficina a la Coordinadora Guerrillera en el edificio T-2, zona 7, área residencial de la capital cubana. Si se daba crédito a esta versión, ello significaba que la guerrilla colombiana era patrocinada, o al menos apoyada, nuevamente, por el gobierno cubano. Un caso similar ocurrido en 1981 había conducido a la ruptura de relaciones diplomáticas, al comprobarse que guerrilleros del M-19 habían recibido en Cuba entrenamiento militar. 
El gobierno cubano reaccionó de inmediato contra las acusaciones aparecidas en El Tiempo. El mismo 10 de marzo, a las dos de la tarde, el embajador cubano Jesús Martínez Beatón convocó a una rueda de prensa en la sede diplomática al norte de Bogotá. Sereno, pero con visible preocupación e incomodidad, negó todas las acusaciones. "Esa noticia es pura fantasía, es pura especulación. Estamos en un proyecto honesto de relacionarnos con Colombia, y no es nuestra política interferir en los asuntos internos de los países", dijo 
El mismo día el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Pedro Rubiano Sáenz, le envió una carta a las directivas del diario bogotano para que le indicaran quién era el "controvertido obispo" al que hacía referencia la publicación. El prelado se quejaba en la misiva: "... Con esta clase de noticias se pone en tela de juicio ante la opinión pública a 79 obispos que ejercemos el ministerio sacerdotal en todo el país y a 12 obispos eméritos que residen en Colombia". 




CUMBRE EN LA HABANA 
Según la versión de El Tiempo, 71 colombianos entre miembros del Partido Comunista, voceros de agremiaciones sindicales y "movimientos de fachada de las redes de inteligencia urbana de la guerrilla" fueron invitados a participar en el congreso en La Habana. Aunque oficialmente el evento se había organizado para analizar temas como la política económica de Estados Unidos hacia América Latina y la deuda externa, para la fuente del periódico se trataba "en el fondo de la cumbre de las guerrillas colombianas". 
La reunión entre el obispo colombiano y los comandantes guerrilleros se había celebrado, según las fuentes de El Tiempo, el miércoles 26 de enero a las siete de la noche, con asistencia de Iván Márquez, Alberto Gutiérrez Bermúdez y Alfonso Cano en representación de las FARC, Leonel Pardo por la disidencia del EPL, el dirigente sindical Jorge Luis Ortega, otra persona más y el desconocido prelado. Después de discutir las posibilidades de una tregua conjunta y de lograr regionalizar los diálogos con el gobierno, los jefes guerrilleros habrían asistido a la clausura del congreso y habrían repartido durante la sesión una proclama con las conclusiones de la VII Cumbre de la Coordinadora Guerillera. 
Este relato, con otros detalles adicionales -itinerario de los guerrilleros, declaraciones de testigos, comunicados de los gobiernos cubano y colombiano y de la Conferencia Episcopal- fue llenando las páginas de El Tiempo durante los primeros seis días del escándalo. Sin embargo, la historia habría de tomar un viraje radical el jueves 17 cuando el periódico reveló por fin quién era el "controvertido obispo". Se trataba de monseñor Nel Beltrán, obispo de Sincelejo y mediador desde hace un par de años entre el gobierno y los grupos guerrilleros. Las fuentes del diario aseguraban haberlo visto en varios lugares de La Habana: en la Villa Panamericana, el Palacio de Convenciones, el Teatro Caimito la Cárcel de Mujeres y el Banco Nacional de Cuba. "El prelado colombiano -sostuvo el matutino- era el invitado de excepción a la cumbre organizada por la Coordinadora Nacional Guerrillera". 
Según el nuevo informe, mientras el líder sindical Jorge Luis Ortega y el dirigente guerrillero Alberto Gutiérrez Bermúdez repartían el comunicado de la VII Cumbre de las FARC "monseñor Nel Beltrán tomaba un café con Alfonso Cano" en el Palacio de Convenciones, tras un receso de las comisiones que participaban en el congreso. Después de hablar media hora con el comandante guerrillero, Nel Beltrán se habría dirigido hacia el Banco Nacional para hacer "el respectivo cambio de moneda" y salir de la isla, ese miércoles 26 de enero. 
Las nuevas revelaciones causaron indignación en la embajada cubana y en el episcopado colombiano. El embajador cubano citó de nuevo a una rueda de prensa en la que reiteró que en su país no habían estado guerrilleros colombianos. "No tiene sentido -dijo a SEMANA- que justo cuando reabrimos relaciones con Colombia seamos tan ingenuos para invitar guerrilleros. Tranquilamente puedo asegurar que esto es un montaje...". El propio presidente cubano, Fidel Castro, dialogó personalmente y durante dos horas ese mismo jueves con el embajador colombiano, Ricardo Santamaría, ante quien desmintió tales hechos. 
Por los lados de la Iglesia el asunto tuvo mayores repercusiones. En su primera declaración pública tras haber sido señalado como el obispo de la cumbre guerrillera, monseñor Beltrán no sólo alegó tener pruebas de su inocencia sino que incluso anunció que demandaría al diario por calumnia y difamación. En forma lacónica desmintió que hubiera estado en Cuba entre los días 26 y 29 de enero y aseguró que tenía testigos que podían corroborar su versión. "Entré a Estados Unidos el 16 de enero de 1994 y salì el 31 de enero del mismo año, como consta en los sellos que aparecen en mi pasaporte", dijo. 
Para curarse en salud, el gobierno colombiano asumió una postura más agresiva una vez que el fiscal Gustavo de Greiff le presentó a la canciller Noemí Sanín algunos de los elementos probatorios. La Ministra aseguró a los periodistas que las investigaciones de la Fiscalía dejaban entrever serios indicios de que Cuba habìa acogido a un grupo de guerrilleros colombianos. Entre tanto en Buenaventura, el presidente César Gaviria también se pronunciaba: "El gobierno de Colombia, con las evidencias, con los indicios que han estado surgiendo, con algunos testimonios, le va a solicitar por los canales diplomáticos explicaciones al gobierno de Cuba sobre lo que eventualmente haya podido ocurrir". Que Colombia hubiera optado por una nota explicativa y no de protesta, dejaba entrever las precauciones y dudas del gobierno frente a este espinoso tema. 
Lo que sí quedaba claro por el momento, al menos en los medios periodísticos, era que la información de El Tiempo había provenido de la propia Fiscalía General de la Nación, posiblemente del propio fiscal De Greiff. La misma Canciller señaló: "Las coincidencias entre la información de ese diario y las de la Fiscalía". Pero aunque el diario capitalino había revelado la supuesta participación de monseñor Nel Beltrán en la cumbre de La Habana, De Greiff se abstuvo de confirmarlo o negarlo, "por ser secreto del sumario ". 




LOS TESTIGOS 
El viernes pasado, cuando se pensaba que el caso estaba resuelto en contra del obispo de Sincelejo, aparecieron los testigos. Algunos de ellos, inclusive, llamaron espontáneamente a las emisoras bogotanas para apoyar al sacerdote y corroborar su versión de que él se encontraba en Estados Unidos durante los días en que se le acusaba de haber viajado a La Habana. SEMANA entrevistó en Miami a Eva Staton, propietaria de la casa de Key Biscayne donde desde hace siete años pasa sus vacaciones monseñor Beltrán. La señora Staton y su esposo, ya fallecido -quien fuera uno de los mayores accionistas de Coca-Cola en Colombia- se conocieron hace cerca de 10 años con el prelado cuando participaron en un cursillo de cristiandad. La viuda asegura que el obispo llegó a Miami el día 16 de enero y que retornó a Colombia el 31 de ese mismo mes. Sin embargo, aclaró que no lo había visto durante los días 25 y 26, porque él había viajado a Disneyworld con su sobrina Adriana, a quien le había regalado el pasaje a Estados Unidos porque festejaba sus 15 años. 
Junto con ellos estuvieron María Cristina Calle de Sierra, una dama antioqueña residente en Medellín, el sacerdote Jorge Cardona, quien reside en Miami, y la pequeña Alicia, una sobrina de Staton. SEMANA pudo confirmar que monseñor Beltrán hizo una reservación el 21 de agosto de 1993 en una agencia de viajes de la Florida para hospedarse durante su viaje a Disneyworld con su sobrina en el hotel Disney Dixie Landind Resort. Allí apartó habitaciones para los días 24 y 25 de enero de 1994. (Según la fuente de El Tiempo, monseñor Beltrán se encontraba durante esos mismos días en Cuba). 
De acuerdo con la versión de la señora Staton, el prelado, su sobrina y los demás acompañantes, retornaron a Miami el 27 de enero, y el 28 tomaron un crucero a la ciudad de Freeport, en Las Bahamas. Ello explica que en la lista de inmigración de Estados Unidos esté fechada su salida de ese país. (El Tiempo coincide en que el día 28 el prelado había salido de Miami "hacia una isla del Caribe", pero no precisa que fueran Las Bahamas). Beltrán permaneció en Freeport cerca de tres horas y a la media noche regresó en el crucero a Miami. 
Al día siguiente, el 29, monseñor Beltrán ofreció una misa en la residencia de la señora Staton. Lo mismo hizo el día 30 en la capilla de Saint Hugh, en Coconut Grove. Entre los testigos estuvo Mariano Ospina Hernández, hijo del ex presidente Ospina Pérez, quien corroboró esa versión, "pues me saludé con él". El día 31, monseñor Beltrán retornó a Colombia en compañía de Cristina Calle de Sierra, quien dijo el viernes a la cadena RCN: "Llegamos a Medellín. Esa noshe monseñor se quedó en mi casa y al otro día, o sea el primero de febrero, como a las 9:30 de la mañana, él tomó un vuelo de Aces rumbo a Montería". 




VERDADES Y MENTIRAS 
Vistos los acontecimientos, la única conclusión es que alguien está diciendo una gran mentira. O mienten monseñor Beltrán, la Iglesia Católica que lo respalda y Fidel Castro, o mienten la Fiscalía General y, por cuenta de ella, el periódico El Tiempo. Al final de la semana, las cosas tendían a aclararse en favor de los primeros. Por lo pronto, está confirmado que Diego Ruiz, el único dirigente guerrillero que se ha podido demostrar por un video que estuvo en el encuentro de La Habana es, desde hace unos 10 años, el vocero internacional de las FARC en México y como tal suele moverse por distintos países. 
SEMANA se comunicó con Luis Javier Valero, director del periódico mexicano El Pregón, quien conoció de cerca a Ruiz durante su estadía en La Habana. Según su versión, ni él ni otros colombianos repartieron propaganda subversiva. "Hasta dónde pude ver -dijo- eso no ocurrió. Y además, la ponencia de Ruiz versó exclusivamente sobre la unidad latinoamericana. Nunca hizo alusión a los problemas guerrilleros en Colombia". 
Sea como fuere, es muy probable que nadie haya actuado de mala fe en todo este asunto. Ningún periódico se inventaría noticias que fueran a ser desmentidas de forma contundente, a menos que tuviera una buena fuente. En cuanto al fiscal De Greiff, ha sido acusado de ingenuo, laxo y hasta de falto de criterio, pero ningún colombiano ha puesto en tela de juicio su honorabilidad. Por tanto, si su información fuera inexacta, sería por una manipulación hecha por sus testigos y no por mala fe. De quien es más difícil decir que miente, es de monseñor Beltrán, por una razón sencillísima: es mucho más grave que un obispo mienta a que se reúna con guerrilleros. Y en cuanto a Fidel Castro, independientemente de su pasado y de lo que en verdad haya ocurrido en La Habana, es seguro que no va a fomentar un acto de hostilidad contra uno de los pocos países que le están tendiendo la mano. 
Pero aun si se reconoce lo anterior, lo cierto es que si la Fiscalía no logra demostrar que monseñor Beltrán estuvo en Cuba, su credibilidad habrá sufrido enormemente. Más aun de lo que hasta ahora parecen haber sufrido sus relaciones con la Iglesia, tal y como lo demuestra una frase de un alto prelado que le dijo a SEMANA tras pedir que su nombre se mantuviera bajo reserva: "Hace tres semanas el fiscal De Greiff era cuestionado por no haber dicho toda la verdad en cuanto a sus contactos con el cartel de Cali, pero ahora la cosa es más grave: se le cuestiona por haber dicho una mentira".

LA NOTICIA IMPACTO DESde el primer momento. En un artículo que abría a dos columnas la primera página de la edición del jueves 10 de marzo, el diario El Tiempo aseguró que representantes de la cúpula de la Coordinadora Guerrillera habían estado en Cuba en una "extraña cumbre" subversiva. 

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