(Esta nota la publiqué en la edición 466 de Vivir la UNAB en circulación desde el 18 de mayo de 2018)
El día que Richie Flores no ensaye al
menos tres horas es porque está postrado en una cama. De resto, este
puertorriqueño considerado como el conguero más rápido del mundo vive y muere
por ese instrumento de percusión que le ha permitido tocar con Rafael Cortijo,
fundador del Gran Combo de Puerto Rico, compartir tarima con Héctor Lavoe e
Ismael Rivera y deleitar en la propia Casa Blanca al por esos días presidente
de los Estados Unidos, Bill Clinton, para solo referenciar unos cuantos de sus
logros.
¿Pero qué tiene que ver Flores con
Bucaramanga o por qué razón estamos hablando de él? Sencillamente a que en la noche del pasado 17 de abril
se presentó en el Auditorio Mayor ‘Carlos Gómez Albarracín’, sin que muchos se
dieran por enterados.
Invitado por la Fundación Artenor, de
Cúcuta, y el Programa de Música de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), Flores sostuvo una animada charla
con el periodista Giovanni Pava, quien logró sacarle lágrimas desde el primer
minuto cuando proyectó fotografías en blanco y negro de su infancia mientras su
padre le enseñaba a un hermano mayor y el niño Richie miraba con atención para
pronto convertirse en el prodigio que es cuando está frente a cinco tumbadoras
y a una velocidad inusitada le arranca las más variadas tonalidades y sonidos a
este instrumento membranófono de origen africano sin el cual la salsa y el
merengue no tendrían razón de existir.
Flores se emocionó al ver esos recuerdos
del álbum familiar tanto en su tierra borinqueña como en Nueva York, ciudad en
la que en un incendio falleció su madre cuando éste apenas tenía cuatro años de
edad. Dando saltos de negativos trajinados a videos descoloridos, y con la
sencillez que caracteriza a quien a toda hora está agradeciendo a Dios, Richie
contó que ha formado parte de agrupaciones (en concierto o grabando discos) con
Israel López Cachao –inventor del mambo–, Eddie Palmieri, Tito Puente, Óscar De
León, Ray Barreto, Servando y Florentino, Gloria Estefan, Roberto Roena y Don
Omar.
Sin embargo, su sueño hecho realidad fue
tocar las congas en “La negra tiene tumbao”, con el cual la cubana Úrsula
Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso, más conocida como Celia Cruz o “La reina de
la salsa”, ganó sus dos primeros premios Grammy.
Pero una cosa es narrar sus experiencias
y otra hacer sonar esos instrumentos catalogados en la escala de agudos a
graves, empezando por requintos y quintos, y pasando por el macho, llegando a
la hembra y terminando en la retumbadora o mambisa, reconocida porque es la que
tiene el cuerpo más ancho de todas.
En ese campo de la demostraciónRichie
Flores acabó de deslumbrar a los pocos estudiantes, profesores y músicos de la
ciudad que se inscribieron en la clase magistral que les dictó haciendo caso
omiso del reloj e incluso quedándose sin comer, porque a la hora de la
culminación (10:15 pm) y mientras recogían los instrumentos, el restaurante
donde le esperaban ya estaba cerrado.
Empezó por revelar sin mezquindad sus
ejercicios de calentamiento y narrar detalles de su rutina diaria que incluye
cocinar, jugar baloncesto, ir al cine, caminar por la playa e incluso combinar
su gorra con el bluyín roto, la camiseta y las gafas adecuadas para esta
ocasión.
Acompañado por una agrupación de
docentes, graduados y alumnos, Flores fue calentando motores, elevando su vuelo
y en menos de un abrir y cerrar de ojos se convirtió en la turbina de un
bombardero. La velocidad de sus manos alcanzó niveles insospechados, mientras
los asistentes se codeaban, grababan con sus celulares e incluso se preguntaban
si lo que ellos hacen al menos le da por los tobillos. Más parecía una sesión
de hipnotismo en la que Richie se sollaba -como dicen los músicos en su argot-
y el público entraba en trance.
Pareciendo un aprendiz, daba un golpe,
dejaba pasar un segundo y luego otro golpe. Repetía para que todos se fijaran
en lo que hacía y posteriormente se iba desdoblando como si alguno de sus
ancestros bantúes se apoderara de su mente y de sus manos. Y de su corazón,
porque Flores toca con el corazón y así asegura que hay que hacerlo.
Como alma que lleva el diablo y cuando
nadie lo sospechaba, de repente congelaba sus movimientos, pedía más agua sin
gas, apuraba un sorbo de café o se secaba el sudor con una servilleta. Y seguía
adelante. Entonces invitaba no solo a que le formularan preguntas, sino a que
también se subieran a tocar bajo su tutela, como si fuera tan fácil seguir los
pasos de este superdotado.
Venía otra pausa para recomendarles que
además de necesario, no les debe dar pena usar el metrónomo que les indica el
pulso o tiempo de las composiciones musicales. Como una especie de Usain Bolt de
la percusión, Flores otra vez se aceleraba, haciendo muecas, frenando en seco,
diciéndoles “sencillo, ¿no?”, y con espontaneidad pero también con franqueza
advirtiéndole a un voluntario que su arranque parecía más bien el de los pasos
que da Pedro Picapiedra para arrancar su troncomóvil. Sugiriendo entonces que
de lo que se trata es de no parar de ensayar y luego innovar, poniéndole su
sello personal a cada presentación.
Impronta que dejó con la boca abierta a
los asistentes cuando les mostró en qué consiste ‘la hélice’, su más reciente
creación en la que cruza las manos y registra una velocidad que difícilmente
una sofisticada cámara fotográfica puede congelar.
“Familia”,
así les decía a sus colegas, extrañando que las congas que le consiguieron no
fueran de la marca Pearl, que él representa. Soltaba entonces una crítica a los
gobernantes del mundo que se empecinan en llevar el planeta al borde del
colapso, volvía a inspirarse en el creador y hasta con un dedo hacía sonar las
tumbadoras. La improvisación continuó hasta que los organizadores le recordaron
que debían madrugar para viajar a Cúcuta. Esta fue la única excusa que sirvió
para que se quedara quieto el conguero más rápido del mundo, que se gozó la
clase como si realizara una prueba para ser fichado por Emilio Estefan y Andy
García.
La gracia de Richie,
si las anteriores no fueran suficientes, es que hace del ejercicio más
complicado una tarea de infantes, y como en la propaganda de los conejos de
Duracell, tiene energía y talento para largo rato. “La música es para alegrar
la vida y sin ella no existiríamos. Es una medicina de Dios”, me dice, mientras César Grimaldos
apaga las luces del Auditorio pero el eco de las congas sigue retumbando.
En que ciudad nació y cual es la fecha de nacimiento del señor Richie Flores....gracias
ResponderEliminarRichy Flórez tuvimos la oportunidad de entrevistarlo en Barranquijazz junto a Cachao, y Muchos más.
ResponderEliminarTremendo personaje sencillo dicta clase en muchos países Gratis. Tremendo ser Humano
Desde Monteriá Jairo Sánchez
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