(Columna del psicólogo y profesor universitario Gonzalo Ordóñez y la Fundación Participar, publicada el sábado 17 de septiembre de 2022 en el periódico Vanguardia, de la ciudad de Bucaramanga)
Con motivo de los 400 años de Bucaramanga, la UNAB ha regalado a la ciudadanía una selecta muestra de “Postales Bumanguesas”. Una exposición fotográfica que se puede visitar actualmente en la Sala del Campus “Rafael Ardila Duarte”. Un homenaje a los 20 años de labores de Ulibro, los 70 de la UNAB y los 400 años de “el poblado de indios lavadores de arenas auríferas que evolucionó hasta convertirse en esta pujante e indómita metrópoli de Bucaramanga”, referenciado así por Pastor Virviescas Gómez, curador y autor de los magníficos textos que acompañan las fotografías.
Las imágenes expuestas son una auténtica celebración, ya que
permiten comprender los múltiples sentidos de lo que fuimos, lo que perdimos y
lo que pudimos ser como ciudad. Bucaramanga contó con un Centro de Bellas Artes
creado en 1907. En los años cuarenta, la ciudad tenía 19 imprentas y nueve
librerías; una ciudad pobre y con pocas personas con educación superior, que
paradójicamente, tenía una vida cultural tan estimulante que, en 1915, Jaime Barrera
Parra escribía: “Bucaramanga es una ciudad tan interesante como París”.
En cuanto a la educación, en el año 1910 se creó la Sociedad
Pedagógica de Santander, conformada por maestros de la Escuela Normal y otros
colegas. Cada mes se publicaba la revista Lecturas, dedicada a temas educativos
y culturales. Los maestros fundaron “El Club de Soto” (hoy Club del Comercio)
con el propósito de promover el espíritu de la ilustración.
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