(Palabras del Señor Rector de la UNAB, Juan Camilo Montoya Bozzi, en las seis ceremonias de grados de las Facultades de Ciencias Jurídicas, Ciencias de la Salud, Ingeniería, Ciencias Sociales, Humanidades y Artes, Ciencias Económicas, Administrativas y Contables, y de Estudios Técnicos y Tecnológicos celebradas el viernes 30 de julio de 2021)
En la UNAB estamos apesadumbrados. Esta semana el virus letal nos arrebató a dos miembros de nuestra comunidad. Cuando aún no hemos asimilado la pérdida de nuestro presidente de Junta Directiva, ayer al mediodía nos enteramos de la desaparición del profesor Gabriel Mauricio, esposo de Gerly Carolina Ariza Zabala, docente del Área de Investigaciones. Mi más sentido pésame a ella y a su familia por la partida temprana de Gabriel Mauricio.
Sobre Rafael Ardila Duarte, más que el presidente de nuestra Junta Directiva, el covid-19 se llevó tempranamente a un empresario comprometido, un entusiasta inigualable, un amigo incondicional y un colombiano ejemplar.
Tal como su gran maestro Alfonso Gómez Gómez, Rafael Ardila Duarte amó de manera entrañable esta Universidad en la que se inició como Vicerrector Administrativo a comienzos de los años 80 del siglo pasado.
Entusiasta, generoso y efusivo, tres de las principales características de Rafael Ardila Duarte. Aquí junto a Rodolfo Mantilla Jácome y Alberto Montoya Puyana en una Asamblea de Corporados de la UNAB. Foto UNAB / Pastor Virviescas GómezSin buscar nada a cambio, más que ver crecer esta Institución y transmitir su energía a los demás, el Doctor Ardila Duarte sacó tiempo de su apretada agenda de negocios y de compartir con su propia familia, para participar en el Comité Financiero, para presidir las Asambleas de Corporados, para encabezar estas ceremonias de grados y hasta para dictar charlas en las que de manera espontánea y con la chispa que lo caracterizaba, defendía a capa y espada la rectitud como valor fundamental para cualquier ciudadano, estudiante, profesional, funcionario, gobernante o magnate.
Rodolfo Mantilla Jácome, Alberto Montoya Puyana y Rafael Ardila Duarte (QEPD)“Cuando la gente sabe que uno paga las cuentas, que honra su actuar y que no se está con ‘curvas’ ni jugadas, todo el mundo le ofrece la posibilidad de asociarse o de hacer negocios. Ese es el camino más recto”, manifestaba con total convicción.
El joven sangileño Carlos Augusto Vásquez Soto, ganador del Gran Premio Mono Núñez Instrumental 2019, contó con el apoyo de Rafael Ardila Duarte, quien impulsó su carrera musical con una beca para que estudiara en la UNAB. El miércoles 4 de agosto de 2021 se llevó a cabo un sentido homenaje a la memoria de Ardila Duarte (QEPD) y fue Vásquez Soto con su tiple uno de los encargados de interpretar dos composiciones de música andina colombiana, una de ellas "Veleñita", del veleño Francisco 'Pacho' Benavides. Foto UNAB / Pastor Virviescas GómezCaracterizado por su compromiso con las causas sociales, este hombre generoso a cual más les recomendaba a los jóvenes no hacer del dinero una obsesión, sino elaborar proyectos, planear y tener la decisión de sacar adelante sus sueños a pesar de las tempestades y fracasos que cada quien deba encarar.
Confesaba que la persistencia, la rectitud y la
innovación permanente fueron los tres soportes que le permitieron convertirse
en un referente en su departamento del alma. “La ventaja que tiene Santander es
que hay santandereanos”, expresaba orgulloso de sus raíces.
Rafael Ardila Duarte en la toma de juramento a Juan Camilo Montoya Bozzi como Rector de la UNAB. A la derecha, Alberto Montoya Puyana, Rector saliente. Diciembre de 2018. Foto UNAB / Pastor Virviescas Gómez
En una tierra en la que con frecuencia nos dejamos llevar por el individualismo, por intereses mezquinos o por el pesimismo, Rafael Ardila Duarte sostenía que estas ariscas breñas sí son un campo fértil para hacer empresa, porque además se cuenta con un elemento a favor: la laboriosidad de sus gentes.
Debido a sus actividades comerciales tuvo la oportunidad de recorrer el mundo e impregnarse de ideas para aplicar en esta región, siempre con el reconocimiento a sus ancestros que por generaciones arañaron las montañas para poder educar y sacar adelante a profesionales como Ustedes que hoy tienen la dicha y la fortuna de haberse formado en esta casa de estudios.
Rafael Ardila Duarte gozaba compartiendo su experiencia y motivando a estudiantes y docentes para aunar tanto capacidades como esfuerzos para construir un país más equitativo, que brinde oportunidades. Foto UNAB / Pastor Virviescas GómezCon enorme regocijo recuerdo sus palabras aquella mañana de agosto de 2019, aquí en este mismo Auditorio ‘Carlos Gómez Albarracín’. En esa Lección Inaugural, nos expresó que “las fábricas más importantes son las universidades, las fábricas del intelecto humano. Nada más importante le ha pasado a Santander que se hubiera fundado la UIS y después nuestra Universidad Autónoma de Bucaramanga”.
Alfonso Gómez Gómez y Rafael Ardila Duarte en el mes de marzo de 2011, Auditorio 'Carlos Gómez Albarracín' de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Foto UNAB / Pastor Virviescas GómezLo decía alguien que a los 18 años de edad y como estudiante de Economía de la Javeriana se rebuscó montando una fotocopiadora con el capital semilla de 20 mil pesos que al dos por ciento de interés le prestó su padre, así como con los incipientes ingresos del libro llamado “Curso Preuniversitario de Física, Química, Matemáticas, Biología y Actitud Verbal. 5.000 preguntas-5.000 respuestas”, un compendio de las pruebas de admisión de prestigiosas universidades elaborado por el Grupo de Asistencia Técnica (GAT), pomposo nombre detrás del cual solamente estaba él pero del que logró vender cerca de cien mil ejemplares.
Rafael Ardila Duarte y su esposa Nancy Arenas en la exposición del pintor David Manzur en la Casona UNAB. Foto UNAB / Pastor Virviescas Gómez En la Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro, celebrada en 2017, la invitada principal fue la profesora y activista de derechos humanos estadounidense Jody Williams (primera de derecha a izquierda), ganadora del Premio Nobel de Paz 1997, quien estuvo acompañada en primera fila por Rafael Ardila Duarte y su esposa Nancy Arenas, grandes impulsores de la cultura. Foto UNAB / Pastor Virviescas GómezA su señora esposa Nancy Arenas, a sus hijos Ángela María, Efraín y Rafael Eduardo, les expresó a nombre de esta Familia UNAB nuestra más sentida voz de condolencia, pero también un infinito agradecimiento por habernos prestado a ese ser maravilloso que hoy ya no está con nosotros en esta dimensión, pero que nos seguirá brindando sus luces para hacer de esta Institución el más grande aporte al bienestar y desarrollo de nuestra sociedad.
En la despedida de María Victoria Puyana Silva como Secretaria General y de Gilberto Ramírez Valbuena como Vicerrector Administrativo y Financiero de la UNAB. Foto UNAB / Pastor Virviescas GómezEn el mismo acto de despedida, Rafael Ardila Duarte en compañía del rector de la UNAB, Juan Camilo Montoya Bozzi, así como de María Victoria Puyana Silva y Gilberto Ramírez Valbuena. Foto UNAB / Pastor Virviescas Gómez
En el borrador que había elaborado para esta ceremonia (el cual fue hallado en su escritorio y facilitado por su hija), el Doctor Rafael nos planteaba esta reflexión: “¿En qué nos encontramos hoy?”, y respondía: “Estamos como en un vacío, en una tierra de nadie, y por ello corresponde a la juventud prepararse para asumir el funcionamiento normal de Colombia, la rectificación indispensable y marcar el rumbo nuevo dentro de las realidades que deja esta inesperada catástrofe”.
“Por ello –complementaba– a Ustedes, señoras y señores egresados, les corresponde una labor grande en sus vidas: una con la profesión, otra con la Patria y otra con el prestigio de esta Universidad”.
Rafael Ardila Duarte falleció el pasado 27 de julio de 2021. Sus ideas y su obra perdurarán. Foto UNAB / Pastor Virviescas GómezSu invitación, tengámosla presente, es a continuar preparándonos para influir en la vida nacional, para conocerla mejor y para seguirla paso a paso. “Y, naturalmente, para ver cuáles son las aspiraciones de nuestros compatriotas en la ruta de progresar y de sanar las heridas profundas que deja esta época trágica, pero que también debe generar esperanzas y actos positivos”.
Embebido del afán de conocimiento por lo nuevo, este defensor a ultranza de la libertad de pensamiento y de cátedra nos dejó dicho que “la historia nos enseña que los pueblos, como las familias y los hombres y mujeres, se superan en la adversidad. Esos obstáculos deben ser demolidos entre todos para entrar en triunfo al porvenir”.
Rodolfo Mantilla Jácome, Alberto Montoya Puyana, Juan Camilo Montoya Bozzi y Rafael Ardila Duarte en diciembre de 2018. Foto UNAB / Pastor Virviescas GómezPoseamos una cultura general ampliada para comprender el mundo que saldrá de esta nueva realidad; tengamos como objetivo finalista dejar en cero el analfabetismo y que cada compatriota tenga una profesión, una destreza técnica o una capacidad laboral para ganarse la vida; apelemos a la beligerancia constructiva; demostremos que podemos cooperar; y salgamos de esta torre de marfil para participar en lo que nos corresponde conocer, evaluar, rectificar y solucionar. Estas fueron algunas de las recomendaciones que con anhelo e ilusión quería compartirnos hoy.
“Ahora que tantos dirigentes nacionales han visto que es bueno mirar, de tarde en tarde, hacia la colina inspirada de la primera juventud”, decía el Doctor Ardila, a los expertos les corresponderá el diseño y ejecución de un plan de recuperación de todo lo perdido en la tragedia que aún se prolonga, y que “cuando pase la oscuridad del presente, la luz al final del túnel nos devuelva la esperanza, ya que la responsabilidad será cada vez mayor porque en poco tiempo debemos recuperar el tramo perdido y construir las bases del proyectado porvenir”.
Rafael Ardila Duarte (QEPD) y Alberto Montoya Puyana, dos grandes amigos,Dando fehaciente demostración de su talante, finalmente el Doctor Ardila Duarte nos alentó así: “Mi optimismo sobre la posibilidad de actualizar y transformar al país, de sustituir lo envejecido y anquilosado, es apenas el resultado de la experiencia que hemos vivido recientemente y que aún nos acosa. Dura prueba la que sorpresivamente nos otorgó el destino, pero la sociedad colombiana y la Universidad Autónoma de Bucaramanga saben que están obligadas a estar a la altura de su deber”.
Para Ustedes señoras y señores graduandos, nuestra más sincera felicitación. La UNAB siempre seguirá siendo su casa. Muchas gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario