lunes, 13 de mayo de 2019

Alma Guillermoprieto: “El mundo está en llamas”


(Esta la entrevista la publiqué en la edición 476 de Vivir la UNAB, en circulación desde el 3 de mayo de 2019)


El rector Juan Camilo Montoya Bozzi confirmó las novedades que tendrá este año la Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Ulibro pasará de seis días a siete, por lo que se realizará del lunes 26 de agosto al domingo 1 de septiembre y ya no en el Campus Central sino en las instalaciones del Centro de Convenciones Neomundo. Nuevamente habrá país invitado y esta vez será Corea del Sur. Entre las figuras confirmadas para esta edición denominada “Palabras maestras”, están María Jimena Duzán, Humberto de la Calle, Jesús Abad Colorado, Pablo José Montoya, Héctor Abad Faciolince, Evelio Rosero, Yolanda Reyes, Diana Uribe y Juan Gabriel Vásquez, entre otros.

“Desde hace 17 años la UNAB le apuesta a Ulibro, el evento cultural más representativo del Oriente colombiano y una de las ferias del libro más importante de Colombia, que tiene como objetivo promocionar el hábito de la lectura con actividades dirigidas a niños, jóvenes y adultos, quienes se congregan en un mismo escenario para conversar y escuchar a sus escritores favoritos, y para disfrutar también de la música y del arte”, expresó Montoya Bozzi, recalcando que se quiere consolidar Ulibro proyectándola mucho más hacia la ciudad metropolitana y la región entera, e incluso habrá programación en el municipio santandereano de Barichara del 23 al 25 de agosto.

A los estudiantes, profesores y personal administrativo de la UNAB, el rector les anunció que se dispondrá de la logística de transporte, así como de la coordinación académica para garantizar el disfrute y aprovechamiento de esta semana de cultura.


El lanzamiento de Ulibro se efectuó el pasado miércoles 24 de abril en el Auditorio Mayor ‘Carlos Gómez Albarracín’ con una charla entre la reportera mexicana Alma Estela Guillermoprieto (1949) y la periodista radial Claudia Morales en el Auditorio Mayor 'Carlos Gómez Albarracín', refiriéndose a sus libros, entre los que se incluyen “Desde el país de nunca jamás”, “La Habana en un espejo” y “Al pie de un volcán te escribo”, así como al ejercicio periodístico y temas internacionales que fueron de la crisis de Venezuela a la ola de migrantes.

Sus consideraciones apuntaron, por ejemplo, a que “el momento de (Juan) Guaidó vino y se fue”, “los de La Habana son de lo mejorcito que ha habido en materia de acuerdos de paz en el mundo”;y en cuanto al oficio de informar: “así se vayan a manejar una cámara de televisión, necesitan saber escribir porque eso es lo que les organiza la mente” o “sobre todo los jóvenes se acostumbraron a que todo tiene que ser gratis en el periodismo y en Internet. Si ustedes quieren acabar con el periodismo y ser desinformados, sigan así”.

Luego entrevisté durante 10 minutos y 41 segundos a la ganadora del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2018, y quien ha trabajado para publicaciones como The Guardian, Newsweek y The New Yorker, desempeñándose como tallerista en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez.


En 2008 estuvo en Ulibro el escritor mexicano Carlos Monsiváis Aceves y con su singular ironía me respondió en una entrevista: “Venir a Bucaramanga y después morir”. Para Alma Guillermo Prieto, ¿venir a Bucaramanga y después qué?

¡Vivir!

El 24 de mayo de 1993 pistoleros al servicio de los capos Arellano Félix recibieron la orden de matar a su rival Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en Guadalajara, pero terminaron asesinando al cardenal Juan Jesús Posadas. Luego se descubrirían las relaciones non sanctas entre narcotraficantes y autoridades. ¿Fue en ese momento que ‘se jodió’ México o el cáncer ya venía de antes?

No, yo creo que la crisis del narcotráfico que padecemos no solo en México sino en toda América Latina, la inauguró Estados Unidos. Si tú quieres se jodió México en 1973 cuando el presidente (Richard) Nixon le declaró la guerra a las drogas, sabiendo como sabemos que no se mata una mata de coca, sino que se mata a una persona. Llevamos más de un millón de muertos.

La frase “Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos” se la atribuyen al dictador mexicano Porfirio Díaz (1830-1915). ¿Esa es la condena de su país?

Pues debería de ser en muchos sentidos la ventaja, porque fíjate que México que da al lado del mercado más grande del mundo, y en ese sentido es una ventaja geográfica enorme. Pero obviamente quedar al lado de la que es hoy por hoy, no sé por cuánto tiempo más, la potencia comercial y política más grande del mundo pues sí, uno paga el precio.


Jesús Blancornelas, fundador del Semanario Zeta y quien sufrió un feroz atentado en 1997, narra en su libro “El Cartel”, que conoció en los años setenta a un jefe de prensa al que le decían ‘El lechero’ porque tenía gran afición por ‘ordeñar’ los sobres del Gobierno para los periodistas. ¿Qué porcentaje de los periodistas mexicanos de hoy son ‘chayoteros’ (vendidos)?

No me atrevería a contestarte. Durante una breve época, en el salinato (Gobierno de Carlos Salinas de Gortari que abarcó de 1988 a 1994) parece que en la Secretaría se suspendió la práctica del chayote. Ahora creo que ha vuelto a ser una práctica general de todos los poderes del Estado, pero sería absurdo que yo te dijera cuántos periodistas mexicanos aceptan el chayote. La cantidad que sea se debe en gran parte a que sobre todo en provincia los sueldos de los reporteros y las condiciones de trabajo son absolutamente miserables. No dan para hacer un periodismo digno.

Si la solución a los problemas de México no es el actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), un líder social de izquierda no convencional y en 2004 calificado como el segundo mejor alcalde del mundo, ¿entonces quién puede serlo?

No sé. No tengo la menor idea.  No hay candidatos, no hay partidos, no hay programas realistas para los enormes problemas que enfrenta México. No veo a nadie.


La senadora uribista María Fernanda Cabal hace cinco viernes santos envió al infierno a ‘Gabo’. ¿Cree en el Infierno? ¿Está dispuesta a hacerle compañía a su amigo o preferiría meterse a las filas de los Legionarios de Cristo para ganar el Cielo?

Felizmente García Márquez no creía en el Infierno, como el Papa Francisco tampoco cree. Hace mucho que el Infierno dejó de ser dogma desde El Vaticano. Yo creo que la manera de ver la vida de cualquier reportero es hacerlo desde los puntos de vista más complicados posibles, entonces yo vivo apartándome del sí y del no.

El presidente Iván Duque Márquez aseguró el 1 de febrero que “a la dictadura de Venezuela le quedan muy pocas horas”, pero ya han pasado –al momento de esta entrevista- 1.968 horas. ¿Habrá Nicolás Maduro para rato? ¿Colombia está casando una pelea equivocada?

Creo que obviamente el presidente Duque se equivocó, porque tú bien hiciste la cuenta. Yo no soy optimista y creo que al régimen chavista, no sé si a Maduro específicamente, todavía le queda tiempo y la pretensión de asfixiarlo que tuvo (Donald) Trump, en realidad lo que ha hecho ha sido, a mi manera ver, fortalecerlo un poco más.


Usted cubrió la revolución sandinista (1979-1990) que puso fin a la dictadura de los Somoza. Desde hace un tiempo uno de sus comandantes y actual presidente se ha convertido en más que un dolor de cabeza para los nicaragüenses, sobre todo en el tema de los derechos humanos. ¿Qué le espera a ese país centroamericano?

Daniel Ortega jamás fue el personaje súper relevante del sandinismo que se ha pretendido sino que llegó a presidente porque era el que menos ofendía entre las facciones sandinistas. Nicaragua tiene mucha menos posibilidad de una vida económica propia como la tuvo y la volverá a tener, eso espero, Venezuela. Entonces está en una situación más vulnerable. Por otro lado, Nicaragua no le importa a tanta gente y eso le da libertad de acción a Ortega, pero ojalá en el futuro le dé una posibilidad a Nicaragua ser libre de los Ortega e inventarse así misma según sus propias reglas.

El 23 de abril en un debate por las objeciones de Duque y la derecha a la Justicia Especial de Paz (JEP), el senador Álvaro Uribe llamó tres veces “sicario” al senador Gustavo Petro y dijo que prefería “80 veces al guerrillero en armas que al sicariato moral difamando”. ¿Usted que vivió en Colombia considera que los acuerdos con las Farc fueron un craso error del presidente Juan Manuel Santos, o por el contrario defiende la salida negociada?

Yo creo que un país sin guerra es mejor que un país con guerra. El mundo está en llamas. El mundo está muy radicalizado. Es un fenómeno que no es nacional, es mundial.


Cuando usted recibió el Premio Princesa de Asturias sostuvo que a pesar de tanta confusión el mundo nos necesita a los periodistas y que sin los medios de comunicación viviríamos como en una especie de siglo XI. ¿Pero puede con su pluma enfrentar los megapoderes del presidente Trump?

No, yo me pregunto qué pueden hacer los periodistas de Estados Unidos frente a este ser increíblemente tonto e increíblemente hábil que es Donald Trump. Hasta el momento en Estados Unidos, pese a toda la lucha que hacen y toda la batalla que da el periodismo estadounidense para desenmascarar a Trump, no ha ganado ni siquiera tres puntos de popularidad. Ese es un fenómeno.

México, con al menos 144 periodistas asesinados en los últimos 19 años, es el país más peligroso para ejercer este oficio, exceptuando los que están en guerra. Su colega y entrañable amigo Javier Valdez fue obligado a arrodillarse por matones que le pegaron 12 tiros en 2017 en Culiacán. ¿De dónde sacan tanto valor esos reporteros y editores que entregan su vida por la causa?

Me lo pregunté mucho con respecto a Javier Valdez. No sé. Uno se subió a un avión como piloto y cuando el avión empieza a fallar no dice: bueno, ahí los dejo y se baja del aparato. Es el oficio de uno.

Jaime Garzón recomendaba: ‘señor periodista, hágase bachiller’. En esa misma línea, ¿qué les dice a los estudiantes de periodismo?

Lean y estudien otros oficios para que su actividad como reporteros se vea nutrida por una gama amplia de información. Su vida será más interesante y sus textos serán más interesantes.




miércoles, 8 de mayo de 2019

“El periodismo no está hecho para los sumisos, los ineptos y los cínicos”: Omar Rincón


(Esta entrevista la publiqué en la edición 476 de Vivir la UNAB, en circulación desde el 3 de mayo de 2019)


“Mi solución para esa crisis tan jodida en la que está RCN es poner a (Álvaro) Uribe de presentador de noticias. Sería rating total. Diría: ‘Buenas noches compatriotas. Al país hoy le fue mal pero a (Iván) Duque le fue bien. Vean ahora los titulares’. Y después de cada noticia él comentándola, elevaría el rating y soluciona el problema. ¿Por qué? Porque estamos buscando cabecitas que piensen, aunque sea mal pero que piensen”. Este sarcasmo sale de la boca del jurásico docente de la Universidad de los Andes, crítico de televisión del diario El Tiempo (medio de propiedad del banquero Luis Carlos Sarmiento) y doctor en Ciencias Humanas y Sociales, Omar Rincón, quien no deja títere con cabeza y así lo corrobora en esta entrevista.

Estuvo en la Universidad Autónoma de Bucaramanga el pasado 5 de abril, a instancias del Programa de Comunicación Social, hablando de “La crisis y reinvención del periodismo” y afirmando, por ejemplo, que “a los profesores nos pagan por dar criterio, no por decir qué es bueno o malo”, que “si el periodismo está en crisis, la formación de periodistas también lo está” o que “en las salas de redacción no hay quien les enseñe a los jóvenes absolutamente nada”.


Con más manillas que Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, una arracada en su oreja izquierda, alpargatas de campesino, barba de leñador y su cabeza calva, Rincón apunta y dispara ante un público congregado en el Auditorio Menor que queda zurumbático: “Si los periodistas hicieran su trabajo no tendrían eco los trinos de (Álvaro) Uribe, porque ninguno es verdad”. Y sin rodeos recarga: “El periodismo se hizo para joder al poder”, consciente de que es alérgico a los cocteles y que sus comentarios generan urticaria.

¿Cómo hacerles entender a tantos jóvenes que estudian periodismo que de entrada no se crean García Márquez y que de paso no se frustren?

Hay que decirles que aspirar a ser García Márquez puede ser posible, pero que lo primero que hay que hacer y es lo que aprende todo gran artista como ‘Gabo’, que si uno no sabe el oficio no puede llegar allá. Entonces el oficio es como en la cocina, donde hay que aprender para qué sirve cada ingrediente, cómo se mezclan y cómo se sazona. Uno no puede llegar al nivel de García Márquez sin oficio, sin conocer las herramientas y sin poder ‘cocinar’ bien las historias. Por eso deben aprender a ‘cocinar’ las historias antes de ser García Márquez.


Usted afirma que el periodismo del siglo XX ha dejado de existir e incluso María Teresa Ronderos sostiene que el periodismo murió. ¿Puede haber optimismo entre tanto caos generado por la crisis en los medios de comunicación, los despidos masivos y el despiporre que ha creado tanta basura que circula en las redes sociales?

Hay optimismo radical porque es que lo estamos necesitando con urgencia por la democracia, que está bajando su calidad basada en que hay mal periodismo. Exactamente si nos cargamos al periodismo, nos cargamos la democracia. Y segundo, porque los jóvenes de hoy vienen cada vez siendo más rebeldes sin causa. El periodismo es una causa buena para ejercer la rebeldía. El periodismo no está hecho para los sumisos, para los ineptos o para los cínicos, sino para gente que quiera comprometerse con eso. Y tercero, el periodismo tiene futuro porque están de moda las fake news (noticias falsas) y todo el mundo está preocupado por las fake news, desde los políticos hasta los académicos y las oenegés, y se requiere buen periodismo para luchar contra ellas. Si hubiera buen periodismo no habría fake news, porque el periodismo consiste en la lucha eterna contra las fake news históricamente. Y la cuarta razón es porque hay una pasión del ser humano por contar historias por el mundo de la vida real y esa pasión no la puede matar nadie, luego el periodismo va a seguir existiendo. Lo que María Teresa Ronderos y mucha gente dicen es que probablemente deberíamos cambiarle el nombre a la profesión, porque en español periodismo significa de periódico y el periódico está desapareciendo; que es distinto en inglés que es journalism, que es como lo que cuenta el diario. El nombre no importa y el periodismo sigue siendo una pasión que seduce a jóvenes y adultos, y que se requiere por democracia y por vida.


Usted está metido de cabeza en el Centro de Estudios de Periodismo (Ceper) de la Universidad de los Andes, pero si le dijeran que debe ser decano de periodismo por un día, ¿qué materias incorporaría y cuáles eliminaría de un plumazo?

Más que materias, cambiaría la intencionalidad de los semestres. Hay que comenzar a pensar los semestres no por materias, sino por formar conceptos. Yo haría algo así como, por ejemplo, en primer semestre hacerlos ciudadanos colombianos y todas las materias serían sobre formar colombianidad. En el segundo semestre, ‘pensar con la propia cabeza’. En tercer semestre, construir una mirada. Cuarto semestre, investigar para producir historias. Quinto semestre, cómo contar con palabras. Sexto semestre, cómo contar con sonidos. Séptimo semestre, cómo contar con el cuerpo. Hoy en día cada materia es como Independiente Santa Fe de las otras. Un estudiante entra a un semestre y no entiende la lógica de ese semestre. Otra idea que tengo relacionada por ejemplo con aprender a contar historias: el estudiante puede tomar Géneros Periodísticos en Comunicación, Narrativa Audiovisual en Artes y Objetos en Diseño en Diseño, porque todo es contar historias. Entonces le organizamos el semestre en función de un objetivo. Al final lo evaluamos respecto a si aprendió de ese concepto y no cuánto sabe de mi materia. Deberíamos perder un poquitico la solemnidad y la arrogancia del conocimiento propio, para ganar la interdisciplinariedad como un proyecto del que no sé nada de entrada pero al final sé algo.


¿Un requisito para cursar la Maestría en Periodismo es que al menos los aspirantes tengan lectura crítica?

La universidad hace un solo test y es que sean capaces de escribir sujeto, verbo y predicado. O sea que sepan contar bien contado ‘mi mamá me mima’ y que sepan contar en un párrafo una historia chiquita. Es como que tenga potencial escritural, porque seguimos confiando en el potencial escritural, más el digital, y en el futuro vamos a tener que pedirle que sea capaz de hacer un blog y de tener esas herramientas con las que cuenta historias, porque eso es lo único que no podemos enseñar. Eso se puede pulir y enfatizar, pero no se puede enseñar a hacer algo que no pasa por ahí.

Con el garrote que les da en sus columnas, ¿habría algo peor en el mundo que los canales de televisión RCN y Caracol?

La televisión colombiana no es tan mala. RCN y Caracol en lo informativo técnicamente son impresionantes. La forma como las chicas presentan, como los periodistas informan, las cámaras que usan, la tecnología, la diagramación y el diseño del noticiero son de los mejores del mundo. Informativamente el de RCN está dedicado al activismo político y a la militancia uribista, mientras que el de Caracol está dedicado a contar lo que pasa en las cámaras de seguridad de la Policía Nacional. Entonces en ese sentido están mal, pero técnicamente y persona por persona son competentes. El problema es de concepto de información y de concepto de política. Somos muy buenos haciendo ficción, nos hemos inventado la bionovela y la narconovela, el formato de telenovela lo hemos vuelto siete mil cosas, lo mismo en comedias y realities somos maravillosos. Somos muy buenos haciendo el noticiero de mediodía como un magazín en el que se habla de familia, de farándula, de muertos, de ecología… Eso es una cosa interesante y creo que en el mundo no existe otro noticiero –que no es noticiero sino que lo llamaría ‘el magazín de la realidad’– que dure tres horas. Eso es único en el mundo y ahora lo está copiando CNN, que es como esas tres horas pero 24 horas al día, sino que lo dividen de a media hora cada uno. También creo que son muy malos en humor. ‘Sábados Felices’ es homofóbico, racista y clasista, así le vaya muy bien en sintonía, y son muy malos en innovación, porque como son dos que parecen uno entonces no les gusta experimentar en formatos y géneros. En general, y es triste lo que estoy diciendo, pero la televisión de Colombia es de las mejores de América Latina, sino la mejor con Brasil, en noticias y en ficción.


Pero queda el consuelo de Noticias Uno.

Noticias Uno es como CM& muy buen periodismo, pero no tiene la suficiencia técnica y logística de Caracol y RCN. Son noticieros básicos y clásicos, y eso se agradece. Es la noticia-noticia. En ellos triunfa la noticia sobre el show y sobre el efecto técnico, estético y visual. Es muy bueno estar en ese tipo de periodismo de Noticias Uno.

Uno al ser crítico de televisión critica muchas cosas, pero podría decir que inclusive en los canales regionales aunque hagan noticieros de estilo viejo cumplen una función social muy interesante de informar de lo cercano. Que se podría hacer mejor, sí, pero el informativo de cada canal regional es bueno y en cada uno de ellos se han inventado algún programita interesante. Señal Colombia tiene “Los puros criollos”, Telecaribe “La niña Emilia”, Teleantioquia tiene “Serenata”… Cada uno tiene algo, lo que pasa es que el papel de crítico lo hace a uno mirar solamente pequeños momentos y no la totalidad de la industria audiovisual colombiana.

¿Por eso es que a RCN le hace la sugerencia de que le iría mejor poniendo al senador Uribe Vélez de presentador?

Lo que digo es que el informativo colombiano se ha desconectado del ciudadano, porque siguen jurando que ellos son transparentes, objetivos y neutrales, y la gente ya sabe que RCN son las noticias uribistas y Caracol son las noticias de la Policía, entonces si asumieran eso el ciudadano lo agradecería mucho. Por favor no seamos objetivos, pero seamos transparentes y nos sigan diciendo que están contando la realidad, sino que andan mostrando la realidad desde un vínculo. El vínculo de RCN es con Álvaro Uribe y el de Caracol con tener rating como sea. Segundo concepto: yo ya no quiero tener presentadores que me leen teleprónter y que sé que no son autónomos con su cabeza. Quiero tener gente que me interprete la enunciación. Que no hablen de Uribe, sino que él mismo presente las noticias en RCN y eso sería superinteresante para ver él cómo comenta la realidad. De pronto Caracol decide tener a Sergio Fajardo, pero también puede ser un intelectual como William Ospina o Héctor Abad Faciolince, o que el presentador lo haga desde un punto de vista más farandulero, pero que asumamos que el que presenta no es presentador, sino comentador e interpretador de la información. Yo quiero seguir a gente que sí piensa con su propia cabeza; no quiero seguir a gente que piensa con el teleprónter. Los noticieros de RCN y Caracol se parecen en el 95 %. En el 5 % que se diferencian es que mientras el de Caracol huye de la política, el de RCN alaba a Uribe y habla mal de Maduro. De resto en agenda son idénticos.

El televidente de noticias se molestó tanto por la arrogancia con que hablan a favor de Postobón y en contra del proceso de paz, y a favor de Uribe y en contra de (Nicolás) Maduro como el único lugar informativo, que nunca pasa por ahí y no volvió. Eso demuestra que el televidente es un tipo que piensa y que cuando una vez se molesta, se molestó definitivamente. Caracol en cambio todo el tiempo lo cuida y lo consiente, y por eso tiene el doble de rating en todos los programas sin hacer nada, sin mirar calidad ni nada. Es un problema de fidelidad a la pareja. Ahora, si no cuidan el cambio generacional, nosotros los jurásicos nos vamos a morir muy pronto y el joven viene desconectado de los informativos, lo cual es gravísimo porque RCN y Caracol se están quedando sin jóvenes, y en un punto sin jóvenes no habrá paraíso.


¿Por qué a los jóvenes estudiantes y graduados de periodismo de hoy les cuesta tanto convertirse en la piedra en el zapato de los poderosos y gobernantes, y en algunos casos optan es por congraciarse con ellos?

Lo que pasa es que las formas de rebeldía son distintas. Colombia es un país muy sumiso. Culturalmente somos muy sumisos. En Colombia disentir en público es de mala educación. Aprendimos desde la época de Santander y Bolívar que se acata pero no se obedece. Entonces somos la primera democracia de América Latina pero se mata a los líderes sociales; somos un país de los más alegres, pero hablamos a espaldas de los demás. Es un país que no ha sido capaz de conversar en público y saber que disentir en público no es odiar al otro. Tenemos que aprender que las cosas no son personales, sino que hay que elevar la conversación pública y que hay principios fundamentales para eso. Disentir con el poder significa que usted lo haga con altura, con respeto, con datos, con fuentes. Significa no meterse en la vida íntima. Significa pensar de otra manera. Esas son las cosas que hay que comenzar a trabajar y a poner en funcionamiento. Nos toca enseñar es más a argumentar y disentir en público. Enseñar en qué consiste la cultura de la conversación. Nos debe interesar conversar con el otro para aprender los argumentos del otro. El mundo es muy infeliz cuando todos están de acuerdo con uno.  


  
“Hay que aprender a leer no por leer, sino que se aprende a leer para escribir”: Omar Rincón

 “El noticiero de Caracol debería llamarse Noticiero de la Policía Nacional. ‘Con las cámaras de seguridad cubrimos el país’. Pero para eso no necesitamos periodistas”: Omar Rincón