(Esta entevista la publiqué en la edición 436 de Vivir la UNAB, en circulación desde el domingo 12 de julio de 2015)
El atleta ucraniano Serguéi
NazárovichBubka (Lugansk, 1963) fue durante los años 80 y 90 del siglo pasado
el número uno a nivel mundial en salto con pértiga y cerró su carrera con 35
plusmarcas en su haber, incluyendo el récord de 6,14 metros que conserva 21
años después. ¿Y esto qué tiene que ver con Mónica Lizette Hernández
Castellanos, bachiller del Colegio Santander y estudiante de Administración de Empresas
Modalidad Virtual en la UNAB?
Sencillo. Acaba de dar un salto que –guardadas las
proporciones– es un enorme logro para alguien nacida en esta breñas hace 29
años. Y es que de Bucaramanga, donde trabajaba como presentadora y periodista
deportiva en el canal de televisión TRO pasó a convertirse en miembro del
equipo del canal ESPN con sede en la ciudad de Buenos Aires (Argentina).
Su debut fue el pasado 30 de junio, pero
la abordé el viernes
26, en medio del estrés de preparar su equipajey perdiéndose el primer tiempo
de aquel partido en el que la Colombia de James David Rodríguez y RadamelFalcao
García quedó eliminada por la Argentina de Lionel Andrés Messi y Javier Matías
Pastore, en la que resultó ser una desabrida Copa América para ambos equipos
que llegaron como favoritos.
Ya la habíamos entrevistado en enero
pasado cuando ganó el Concurso Departamental de Periodismo ‘Luis Enrique
Figueroa’ en la categoría Crónica Deportiva, y en esa ocasión manifestó que
aspiraba a más grandes cosas en su vida.
Este es el diálogo‘acelerado’ y bajo el
compromiso de no decir ‘ni mú’ hasta que no se instalara en el país del sur, con
quien hoy está vinculada al grupo de medios Entertainment
and SportsProgramming Network, cuyo propietario es la cadena de televisión
estadounidense ABC, a su vez controlada por The
Walt Disney Company.
¿En
qué consiste su trabajo en ESPN Buenos Aires?
Voy a presentar el noticiero
SportsCenter, en la edición que se emite para Colombia, de lunes a viernes a
las diez de la noche hora de nuestro país (12 de la medianoche en Argentina),
pero puede variar por resultados del fútbol local. Es un programa que el 85 por
ciento del contenido gira en torno al fútbol colombiano y del mundo.
¿Por
qué razones fue escogida para ese cargo?
No sé. Fue un proceso largo. Nosotros
veníamos conversando más o menos hace dos años. Inicialmente les mandé un reel (clip de vídeo) y no les gustó.
Después me pidieron otro y me dijeron que ellos estaban pendientes, así que
esperara. Hace como cuatro meses les envié un nuevo reel actualizado, con lo que había hecho a finales de año, porque
estuve como finalista para presentar un programa de RCN llamado ‘Cancheros’.
También les mandé el cubrimiento que hice con el canal WIN durante dos años, y
presentaciones de los noticieros en WIN, aquí en TRO y lo que había hecho de
reportería. El último reel creo que
les gustó. Me citaron a Buenos Aires a unas pruebas. Ya habían llevado a varias
‘niñas’ y como que ninguna les había convencido. Creo que me sirvió el relajo
que tuve todo el tiempo, fui muy desparpajada desde el principio, nunca estuve
tensionada, y no me asusté cuando llegué al ‘gigante’, porque realmente es un
salto muy grande. Les he dicho a mis amigos que es como pasar de repente de
preescolar a la universidad. En ningún momento me asustó sentarme al lado de
grandes exfutbolistas y periodistas como Tito Puccetti, Martín Palermo, Gastón
Pezutti, Jorge ‘El Patrón’ Bermúdez, Enrique ‘Kike’ Wolff, y tenerlos conmigo
en una mesa. Es pasar de repente a la plataforma de deportes más grande del
mundo.
¿No
sirvió la ‘palanca’ de Héctor Fernando García –expresidente de Postobón–, pero
sí la de su paisano Tito Puccetti para entrar a ESPN?
Si el término que hay que usar es el de
‘palanca’, no fue Tito, porque el que me estuvo impulsando desde el principio
hasta el día de la entrevista con el presidente del canal, Pablo Mamone, y con
el productor general Patricio Noguer, fue Andrés Marocco. Él fue quien me
recomendó.
Dicen que nadie es profeta en su tierra
y creo que eso en mi caso también se aplica. Aquí en Colombia duramos mucho
tiempo tocando puertas. No sirvieron las ‘palancas’ de altos cargos en los
canales nacionales, y bueno, se dio en Argentina.
No
me diga el monto, pero ¿le van a pagar en dólares, en pesos colombianos o en
devaluados pesos argentinos?
Me van a pagar en dólares. La economía
argentina no es un secreto que no está en su mejor momento. Todo es muy pero
muy costoso. Un apartamento de un solo ambiente en pesos colombianos vale 1,3
millones. Un apartamento con una habitación y divisiones vale dos millones.
¿Ese
es el ‘precio de la fama’?
Eso dicen. No es tan fácil como la gente
cree. Hay que luchar con muchas cosas, porque no solamente es la parte
económica, sino que implica un cambio de cultura increíble. Estuve allá diez
días y el tema que más me costó fue el de la alimentación, porque comen carne
todo el tiempo y yo no soy tan carnívora sino más de frutas, pollo y pescado. Allá
no se encuentran asaderos de pollo como aquí o restaurantes de comida de mar
tan fácilmente. Estamos acostumbrados a tener las tiendas y supermercados a la
mano; allá no es tan fácil. Es una ciudad muy grande. Está dentro de las más
costosas del mundo y va a un ritmo completamente diferente que el de una ciudad
tan pequeña como Bucaramanga.
No
hay ‘pollerías’ –como dicen en Perú–, pero a cambio se va a librar de los
vallenatos a todo volumen y a toda hora.
A mí el vallenato me gusta, pero tienes
que oírlo para ti porque no puedes obligar a los demás que les guste lo mismo
que a ti. Lo que pasa es que Buenos Aires es una ciudad de un ritmo distinto.
La rumba empieza a la una de la mañana hasta que te canses. Es una ciudad muy
acelerada y dinámica. Habrá que esperar qué viene.
¿Se
va en avión y regresará levitando cuando se le ‘suba’ el puesto?
No me atrevo a hablar tan duro, pero
creo que una de las características de mi personalidad es mi sencillez y por
ser la misma persona siempre. La gente confunde ‘se agrandó’ con la seriedad.
La gente no entiende que no puedes estar todo el tiempo ‘pelando el diente’ o
estar abrazando a todo mundo. Hay momentos en los que debes tener una posición
y tienes que ser seria, y de repente la gente interpreta que es que ya no
quieres hablar con ellos. Creo que he sido la misma siempre. Me he sentado a
comer en restaurantes muy importantes, pero no tengo problema en sentarme en un
andén a tomarme una gaseosa con un amigo. Yo tengo mi carro, que no es de cien
millones, pero me sirve para lo mismo que el que tiene una camioneta blindada.
¿Está
preparada para el día que le ‘cobren’ que usted no estudió periodismo ni se
formó académicamente en el campo deportivo, y que le ‘sugieran’ que mejor se
devuelva para su casa?
Me han pasado muchas cosas. El que puede
llegar a soportar la presión y la manera particular como se maneja la prensa en
Colombia, sobre todo en Santander, pues aguanta lo que sea. Yo aquí me hice callo
y creo que pocas cosas hoy por hoy me incomodan, me hacen sentir mal o me hacen
sentir menos que otra persona que esté en un canal nacional o que haya ido a
diez mundiales o a mil eventos internacionales.
¿Cómo
neutralizar ese golpeado acento santandereano?
Mi acento se me sale cuando estoy con
mis amigos o más en mi entorno, en mi casa, pero cuando estoy ante una cámara
yo siempre he sido otra. De hecho cuando estuve con WIN me dijeron que tenía un
acento muy neutro y en Argentina cuando fui a los ensayos no hubo problema por
el acento pero sí por el tono. En el periodismo colombiano estamos
acostumbrados a la emoción del gol, a la emoción dinámica del mismo deporte. Si
escuchas narrar a Javier Fernández es diferente de Tito Puccetti, siendo ambos
colombianos, pero haber estado en Argentina le da un ritmo distinto. El
colombiano es muy emotivo, de gritar, de hacerse sentir. En eso tengo que
trabajar. De hecho voy a tener un entrenador para neutralizar el tono. Un
periodista argentino es más calmado, más silencioso por momentos y no hablan
tanto como nosotros. Nosotros hablamos ‘por los codos’.
¿Piensa
dejar ‘tirados’ sus estudios en la UNAB?
¡Claro que no! Es un reto personal. Yo
siempre quise estudiar Comunicación, pero por ciertas razones no se pudo. Dios
me dio después la posibilidad después de estar en los medios, que era lo que
siempre había querido, pero ya había hecho cuatro semestres de Administración.
Entonces quería tener un título y no dejarla a la mitad, así que muy boba si la
dejo faltándome un semestre. Hay un compromiso personal, hay un compromiso con
la Universidad, hay un compromiso con el doctor Gilberto Ramírez Valbuena (vicerrector
Administrativo y Financiero), que no me lo perdonaría nunca. Espero estar en la
ceremonia de grados en el mes de mayo del año entrante.
¿Dirá
que es de la UNAB?¿Le dará achante? ¿Se inventará una ‘película’?
He tenido la fortuna de llegar a lugares
de privilegio. No me da pena decir que soy bachiller del Colegio Santander. No
me da pena decir que hice cuatro semestres de Administración en las Unidades
Tecnológicas, y cada que me preguntan digo con mucho orgullo que soy estudiante
de la UNAB. Tengo mucho que agradecerle a la Universidad, al Programa de
Administración de Empresas, a la profesora Rosalba Cadena, quien ha sido súper
paciente conmigo y súper alcahueta también, y pues mucho más que agradecerle al
doctor Gilberto que ha sido mi alcahueta principal, mi padrino, mi patrocinador
en todo. Él no me dice que no a nada. Yo llego aquí con locuras y me dice que
sí. Está súper pendiente de mí. Ha estado pendiente de mi carrera y fue uno de
los primeros en saber, porque he sido hermética con mis cosas. Cuando me
llamaron el 16 de junio, yo le dije que me guardara el secreto. Hay una
gratitud y un agradecimiento infinito con la UNAB.
¿Se
va a sacar la espina con los canales nacionales que no le ‘cogieron la caña’?
No soy de venganzas, pero varia gente me
ha dicho que voy a pisar callos en el periodismo de la región y que me prepare
a recibir piedras de otros. La vida lo pone a uno donde tiene que estar y creo
que para ser periodista por encima de cualquier cosa tienes que ser buena
persona. Hubo gente que no ha creído en mi trabajo, pero otros siempre creyeron
y me dieron oportunidades. Yo soy agradecida con WIN por ejemplo porque me
dieron la posibilidad de estar con ellos durante dos años y gracias a eso me
pudieron ver muchos años. Al TRO le tengo agradecimiento porque fue mi casa
durante siete años y allí me dieron la posibilidad de formarme sobre la marcha
y sin tener experiencia de nada.
Además, no sé las vueltas que pueda dar
la vida y no puedo hablar mal de quienes me dieron la oportunidad. No sé cuánto
tiempo vaya a estar en Argentina y si deba regresar a RCN, Caracol o al mismo
TRO.
¿Pero
eso tampoco significa que en tres semanas se devuelva porque añora eso que
algunos apodan ‘el mejor vividero’ de Colombia o porque allá hace frío o no hay
Metrolínea?
Completamente descartado que me vaya a
devolver en quince días, sí, pero considero que Bucaramanga es la mejor ciudad
porque es mi ciudad. Descartado también que piense que me va a quedar grande,
porque he asumido retos y he soportado situaciones de mucha presión y esta no
va a ser la excepción. Voy dispuesta a ganarme un lugar, a darlo todo, a
‘guerrear’ y a convertirme en la mejor periodista de Latinoamérica.
¿El
secreto es leer con habilidad un teleprompter para
que nadie la descubra? ¿O habrá que estudiar mucho para que se note que domina
el tema?
En Colombia creemos que periodismo
deportivo es fútbol, y es el común denominador en gran parte del mundo.
Afortunada o infortunadamente es el deporte que mueve masas, pero hay muchos
otros como el ciclismo, que es el que se vive más en Colombia. La clave es
estudiar. Saber de todos un poquito. No tienes porqué ser experto en todo, pero
cuando no sabes preguntas. Estudiar es muy importante. El teleprompter no existe en el periodismo deportivo, porque no puede
existir para que estés contando un resumen de cinco minutos, porque si lees el teleprompter no estás viendo las
imágenes y no puedes hablar sobre lo que estás viendo. También hay que tener la
voluntad de aprender y saber que si bien estás en un canal internacional con
los mejores, no eres la mejor. Que llego en la condición de aprender, de querer
ser mejor, de ganar protagonismo, porque tal vez en este medio todos los
periodistas me conozcan, pero tal vez no tenga audiencia en Bogotá o Medellín.
Espero que en un mes o seis meses aquí en Colombia los aficionados del deporte
van a saber quién es Mónica Hernández. Es encontrar un equilibrio entre tu
profesión y tu vida personal, y saber que si quieres mantenerte en el medio
tienes que esforzarte por aprender, por estudiar y por tener la humildad de
reconocer que te vayan a corregir, pues porque van a haber errores.
Y
que en Buenos Aires nunca jugará de local, sino de visitante.
Siempre voy a ser la visitante, así sea
la única mujer, así sea la consentida, así sea la más joven, así sea lo que
sea, estoy en un país que no es el mío y en una casa que no es la mía, en la
que seguramente tendré que soportar cosas que no soportaría en mi casa.
¿Usted
cómo reaccionará al aire aquel día en que un comentarista argentino, como ya
sucedió con Elio Rossi, diga que el equipo colombiano es “una banda de
malparidos"?
Así como los
argentinos tienen su ego, nosotros también lo tenemos. De repente al aire lo
pueda contener, y por respeto al televidente no vaya a decir nada. Soy muy
diplomática, hermética y en mi trabajo soy pausada. Seguramente no pelearía con
él al aire. Él defiende lo suyo y yo defenderé lo mío, pero independientemente
de lo que seamos en Colombia, es mi país y a donde vaya siempre los voy a
defender, así como defenderé a Santander y Bucaramanga.