Se cumplen cuatro años del anuncio hecho por Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad) de cesar definitivamente su actividad armada, y 15 entrevistó a un exmiembro de la organización separatista, hoy metido de lleno en los asuntos políticos del independentismo, llevando en alto su bandera, la ikurriña. (Primera parte de la entrevista que publiqué en la edición 304 del Periódico 15, de Bucaramanga (Colombia) en circulación desde el 14 de noviembre de 2015)
Enviado Especial
San Sebastián (Donostia)
"País Vasco no; es Euskal Herria o Euskadi”, me dice un señor alto y musculoso de unos 40 años del Barrio del Antiguo de la ciudad de San Sebastián, a quien le pregunto por la dirección en que encontraré esta mañana lluviosa a Asier Altuna Epelde.
Asier Altuna Epelde estuvo en prisión porque en su casa fue descubierto un carrobomba que iba a ser utilizado por la organización vasca ETA. Hoy, como dirigente del partido Sortu, atiende esta entrevista en la que explica por qué insiste en la pretensión de independizarse de España. A su lado un cuadro en Euskera –la lengua de Euskadi- en la que claman por el regreso a casa de los presos vascos que están confinados en cárceles distantes. / FOTO PASTOR VIRVIESCAS GÓMEZ
Busco al exmiembro de la organización separatista Euskadi Ta Askatasuna (ETA), quien después de pagar cinco años de prisión (de 2001 a 2006) por tener un carrobomba en su garaje cuando ejercía como concejal del partido Batasuna, ahora funge como representante para América Latina de Sortu (Nacer), un partido político creado en 2011 y que ideológicamente se inscribe en la línea del nacionalismo vasco, conocido en el idioma local –Euskera– como Izquierda Abertzale.
Estoy en la Sociedad Gastronómica, Recreativa y Cultural Antiguotarrak, en donde media docena de señores y señoras mayores de 60 años de edad están preparando el almuerzo, cuya venta les producirá algunos recursos para enviarles a los presos de ETA que están desperdigados por las más recónditas cárceles de España y Francia. Este es el barrio de mayor densidad de militantes en Donostia.
Asier Altuna Epelde acude puntual, desprevenido, y en esta entrevista tendrá tiempo para re- ferirse al conflicto armado interno colombiano, a los diálogos Gobierno-Farc en La Habana (Cuba) y a la acusación que le hicieron algunos medios de comunicación y el periodista de derecha Ricardo Puentes Melo de haber traído la bomba lapa que el 15 de mayo de 2012 fue utilizada para atentar contra el exministro Fernando Londoño Hoyos. También insiste en la necesidad de que el máximo dirigente de su partido, Arnaldo Otegi Mondragón, salga de la cárcel donde paga una condena de seis años por un delito de integración en organización terrorista, y de quien el político norirlandés Gerry Adams ha subrayado que se encuentra “entre quienes se atrevieron a soñar y a proponer nuevas vías pacíficas y democráticas para conseguir la libertad y la independencia del pueblo vasco”.
De 41 años de edad, Altuna Epelde terminó la secundaria en prisión y también alcanzó tras las rejas a estudiar Ciencias Políticas (de la que le falta el último año). “Tengo un sueldo digno en el partido” –dice para explicar de qué vive–, es hincha del equipo de fútbol Real Sociedad y manifiesta que tiene una familia, pero prefiere no dar detalles. La mayor parte del tiempo se la pasa asistiendo a eventos para hablar de por qué una considerable cantidad de vascos quieren independizarse del Estado español, y una de sus últimas figuraciones en los medios de comunicación se produjo cuando en julio pasado las autoridades migratorias le negaron el ingreso a México, donde participaría en el XXII Foro de Sao Paulo, una de las cumbres más importantes de los partidos y organizaciones de izquierda.
Sus críticos le han tildado de “terrorista” y “cobarde asesino”, enrostrándole su vinculación en el pasado con la agrupación que emergió en 1959 para luchar contra la dictadura de Francisco Franco Bahamonde y por la independencia del País Vasco, siendo acusada de la muerte de al menos 829 personas. Una ETA que a pesar del reclamo para que se disuelva, se niega a desaparecer, mientras analistas afirman que se encuentra más debilitada que nunca y que está condenada a extinguirse por “difuminación”.
En Colombia algunos aún insisten en que no hay que dialogar con la guerrilla sino exterminarla. ¿En el caso español por qué habría que negociar con lo que queda de ETA, como lo señala la encuesta de Euskarbarómetro que dice que 42% de los vascos está a favor de hacerlo sin condiciones y un 34% también lo expresa pero condicionado a la dejación de armas?
Si realmente el Estado español se identifica como un estado democrático, lo primero que tiene que hacer es dialogar, es llegar a acuerdos, y máxime cuando tiene en su seno tres naciones históricas como son Galicia, Catalunya y el País Vasco. En el tema que atañe a Catalunya es imposible seguir en la dinámica que está llevando a cabo el presidente de España, Mariano Rajoy, de ‘yo no dialogo y tengo la Constitución y la Ley, y tú la acatas o te reprimo’, eso no tiene ningún sentido, máxime cuando hay más de dos millones de catalanes en la calle. En lo que atañe al tema vasco, donde ha habido un conflicto de más de 50 años, también es obvio que no ha conseguido ni derrocar a la organización armada, ni a las propias ansias de libertad del pueblo vasco, y a la vez también es cierto que ni la propia organización armada ha conseguido tampoco sus objetivos por medio de la lucha armada. Entonces uno de los modos de encaminar lo que son las consecuencias de ese conflicto es por medio del diálogo y llegar a acuerdos, cerrando definitivamente lo que en 1978 después del fin de la dictadura no se pudo arreglar por diferentes motivos.
¿Qué tanto piso social tiene la Izquierda en el País Vasco?
Un peso muy importante, porque después de más de diez años ilegalizados como estuvo el movimiento independentista, en su momento Batasuna, ahora tenemos el partido legalizado que se llama Sortu y Sortu es parte de otros cuatro partidos que conformamos la coalición Euskal Herria Bildu (Euskal Herria Reunido). EH Bildu se presentó hace cuatro años en las elecciones municipales y en este ciclo se ha consolidado como una coalición que puede ser fácilmente también una coalición de gobierno. Después de las elecciones al Parlamento Vasco, que fueron hace tres años, quedamos como segunda fuerza. El partido que ganó fue el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que es un partido vasco de derechas, obtuvieron 27 parlamentarios, y nosotros obtuvimos 21 parlamentarios. En ese sentido el propio cambio de estrategia que se dio hace seis años, más la acumulación de fuerzas que se planteó para seguir avanzando en el ámbito político institucional y en la lucha de masas, pues está dando sus frutos y hay que contar con la Izquierda en el País Vasco, por más que les pese a muchos partidos de Derecha.
¿Pone en duda que en España hay una democracia?
Si España es un Estado democrático, debería aceptar el diálogo, cosa que no lo hace. Es obvio que hay elecciones después de la dictadura de 40 años y ahora tenemos una democracia que plantea las elecciones, el cambio de presidente por medio de las urnas y la ciudadanía tiene el voto, pero es una democracia que deja mucho que desear en muchos aspectos. Ahora mismo la ‘Ley Mordaza’, por la cual ni los periodistas pueden hacer su trabajo porque sacar una foto a un policía reprimiendo al pueblo es delito, eso da cuenta de cuál es la calidad y el pedigrí democrático del Estado español. De todas formas los cauces y las instituciones están ahí, y nosotros como partido independentista no nos sentimos dentro de ese Estado español porque lo que queremos es democráticamente decidir nuestro futuro y si la mayoría del pueblo vasco desea la independencia, el Estado español lo único que tiene que hacer es respetar esa voluntad; de la misma forma que respetaríamos si la mayoría del pueblo vasco decide seguir siendo parte de ese Estado español.
Pasai Donibane (Pasajes de San Juan), una localidad de unos 2.500 habitantes localizada a orillas del Mar Cantábrico, la bandera de los vascos –Ikurriña en idioma Euskera–, luce tanto como las que rezan “Presos políticos vascos a Euskal Herria”. Muy cerca de allí nació el almirante –pirata– Blas de Lezo y Olavarrieta, héroe de la batalla de Cartagena de Indias en la que los españoles derrotaron a las tropas inglesas en 1741. / FOTO PASTOR VIRVIESCAS GÓMEZ
¿Sortu es el brazo político de ETA?
¡No!, no lo es. Se puede hacer lectura a finales de los años setenta y los ochenta cuando había otro esquema y cuando se llamaba el Movimiento de Liberación Nacional, como se dio en El Salvador e Irlanda, y puede que algunos plantearan que eran el brazo político y nunca lo ha sido en ese sentido porque cada uno ha tenido su autonomía, pero desde la caída del Muro de Berlín (1989) todo eso se rompió todavía más y cada uno ha tenido su propio marco de actuación y su propia autonomía. Es verdad que hemos coincidido en lo ideológico, y planteamos abiertamente la independencia y el socialismo, y la organización armada también plantea la independencia y el socialismo como objetivos, pero eso no quiere decir que la Izquierda Abertzale sea el brazo político de ETA, y mucho menos Sortu porque Sortu nace en un contexto en el cual ETA ya da por finalizada su actividad armada. Sortu es legalizado en 2013, y ETA ya en octubre de 2011 por medio de la Declaración de San Sebastián de Aiete da por finalizada su actividad armada, entonces no puede ser el brazo político de ETA.
¿Qué tanto de soberbia hay en la reclamación de independencia por parte de vascos y catalanes, cuando las autoridades europeas han dicho que proyectos como estos no tienen viabilidad? ¿Admite que este reclamo de soberanía es un sueño del que van a tener que despertar?
No creo que sea un sueño. De hecho la constitución de Kosovo como Estado (2008), que lo declaró unilateralmente Estados Unidos, es lo que abre la Caja de Pandora en toda Europa, y en ese sentido podemos observar que cada año se están constituyendo nuevos Estados. Hace treinta años había como cien Estados y ahora hay casi doscientos Estados en Naciones Unidas. Eso da pie que el Estado es un instrumento válido y máxime ahora con toda la crisis económica y el fallido sistema neoliberal, lo cual está haciendo que se produzca una recesión y el Estado cobre cada vez mayor fuerza. Nosotros creemos que en Europa tiene viabilidad crear otros nuevos Estados, máxime cuando no somos respetados o por lo menos los vascos, los catalanes y los gallegos no nos sentimos representados por un Estado español que no reconoce ni nuestro propio derecho a decidir. Si tenemos que vivir conjuntamente por lo menos tendremos que decidir y nosotros también tendremos algo que decir. La lucha a favor del Estado es una lucha legítima. Así la entendemos, porque la mayoría en Cataluña así lo ha expresado claramente y creemos que acá también, porque aunque ahora mismo las encuestas no den una mayoría, sí hay un amplio consenso a favor de la independencia y hay margen para seguir trabajando e ir cambiando la consciencia de la gente para que apueste por un Estado Vasco, que seguramente estará dentro de la Unión Europea (UE) y tendrá relaciones preferenciales con el Estado vecino, que es el Estado Español, pero desde una perspectiva de respeto.
¿Qué representa para vascos como usted ese señor al que llaman el Rey de España?
España todavía mantiene el lastre de lo que ha sido su historia también. En España no ha habido una revolución burguesa, como se dio en Francia y en diferentes partes de Europa, y en ese sentido arrastra las consecuencias de no haber llevado a cabo una revolución burguesa. Por otra parte, las monarquías siempre han estado ahí, siempre han intentado confluir y de hecho siempre han estado con el poder. Cuando Franco plantea como sucesor a Juan Carlos I no es casual. El propio Franco dijo antes de morir que él lo había dejado todo atado y bien atado. En ese sentido el Rey no nos representa para nada, pero sí representa lo que es la continuación del franquismo en nuevos tiempos. La dictadura acabó en 1978 porque ya no daba más de sí, no tenía apoyo ni político ni social y en Europa tampoco era bien vista. España tenía que hacer un cambio de imagen y ese cambio de imagen lo hicieron por medio de un Rey que era el garante de que el franquismo continuara por otras vías. Digamos que en 1978 la gente pasó de ser franquista al día siguiente convertirse en demócratas, como dicen ellos. A nosotros el ‘Rey’ no nos representa, y nos parece una aberración y una vergüenza en Europa que se mantenga un Rey que vive a cuestas del pueblo, un pueblo que está padeciendo una de las crisis económicas más brutales como es el Estado Español, con más de seis millones de parados (desempleados), y se cobran impuestos para que ese Rey pueda ir a veranear en una de las zonas más bonitas, que son las Islas Baleares. No debería haber Rey, pero tampoco vamos a entrar en lo que debería ser España. Para nosotros sería deseable que fuera una república democrática la española, que reconociera el derecho a la autodeterminación y que diera a las naciones históricas el derecho a decidir su futuro.
Para ciertos sectores de la guerrilla de las Farc y el ELN la toma del poder sigue estando presente como una posibilidad. ¿Para la Izquierda del País Vasco, con la firma de la Declaración de 2011, la toma del poder por las armas ya está descartada totalmente?
¡Sí!, y mucho antes también. Después de la caída del Muro de Berlín ya se hace una reflexión sincera de que la toma del poder por medio de las armas no es factible y por eso en 1995 la propia organización armada cambia a la alternativa democrática que plan- tea más en cuestiones de derechos democráticos que le corresponden al pueblo vasco en el ejercicio de esa lucha para conseguir la autodeterminación. ETA no plantea en ese sentido el conseguir el poder por medio de las armas; en los cincuenta años de su historia Economía siempre ha planteado el diálogo y el acuerdo como único modo para llegar a una solución.

No estoy tan al tanto, pero me parece que las Farc desde el momento en el que en La Habana están dispuestas a negociar, tampoco plantean la toma del poder por medio de las armas. Digamos que hay un reconocimiento mutuo de que desde el momento en que se dialoga y se plantea esa vía como la única posible de que tanto el uno como el otro no han podido derrocar al adversario, es una forma de llegar a acuerdos entre ellos. Entiendo que desde el momento en que están en la mesa dialogando con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, ellos reconocen que tampoco pueden conseguir el poder por medio de las armas y buscan otras vías, que para nosotros son las más apropiadas y siempre las hemos defendido.
Aquí se dieron tres procesos de negociación, que fueron los de 1989 en Argel, en 1998-99 con el Acuerdo de Lizarra Garazi, y en 2006-2007 con el Proceso de Loiola, siempre se ha planteado que el único modo de superar el conflicto es por medio del diálogo y de la negociación.
Hay expertos que afirman que ETA perdió gran parte de su poder en el momento en que no puede renovar sus cuadros porque no encuentra jóvenes que se identifiquen con su ideología. ¿Eso es cierto?
Eso siempre han estado diciendo, pero ETA ha resistido más de cincuenta años. ETA siempre ha tenido una cantera importante porque hay mucha juventud afín con los objetivos de la organización.
Creo más que nada que los tiempos cambian y en pleno siglo XXI en Europa pues la lucha armada no es que ya no tuviera militantes, sino que no llegaba a entender esa forma de lucha armada. Creo que la organización armada ha hecho su propia reflexión y ha visto que el tiempo de la lucha armada en Europa ya ha pasado y tiene que cerrar ese ciclo. Me parece que es más una decisión estratégica a largo plazo de dar por finalizada su actividad armada después de 50 años. ETA se planteaba cerrar definitivamente la lucha armada por medio del diálogo y la negociación, y lo ha hecho de manera unilateral sin pedir todavía nada a cambio. Es cierto que ETA ha planteado cauces al Gobierno Español para que se abran canales de diálogo, pero ha dado pasos antes de pedir esos canales en este último ciclo que estamos viviendo ahora mismo.
En localidades vascas como Pasai Donibane es frecuente encontrar maletas y otros símbolos contra la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ejército Español con la consigna “¡Fuera de aquí!”. / FOTO PASTOR VIRVIESCAS GÓMEZ
Nota de la Redacción: En la próxima edición Altuna dice que le apuesta al fin del conflicto colombiano, y asevera que la Izquierda vasca sigue creyendo en que algún día gobernará por la vía democrática